La cuarta película del genuino genio Tati, dónde sigue incidiendo en las constantes que le dieran su gran éxito en la sobrevalorada "Mi tío", esto es, recurrir a la expresividad únicamente con la imagen (ausencia de diálogos, amor al cine mudo) y los ruidos, análisis crítico de la sociedad tecnológica moderna y todo su arsenal de artefactos, presencia del impertérrito y querible Monsieur Hulot, en un conjunto que todavía extrema más a su predecesora, en dos vertientes: "Playtime" es una película mucho más larga y además, en "Mi tío" se apreciaba un difuso argumento, pero aquí estamos hablando practicamente de un único "gag" enlazado, alargado y elástico de forma increíble, sin la más nimia presencia de una historia detrás. Casi nada.