La historia del boxeador Rocky, ¡escrita por el propio Stallone!, quién por el azar acabará peleando por el título mundial de los pesos pesados, saliendo esporádicamente de su entorno suburbial y marginado, hizo de Stallone todo un mito, acomodándose en un sillón taquillero de fáciles e inexpresivas películas de acción de las que ni ha podido ni ha querido casi salir.
Pese a su primera mitad (una indigesta mezcla de géneros muy mediocremente escritos y encajados dónde la comedia romántica se mezcla con el drama familiar y el melodrama amoroso) se puede hablar de ella como un film globalmente satisfactorio, una película que logra una digna parábola acerca del "nadie es más que nadie" y que expone la futilidad e infelicidad de ese mundo, con lo manido "el dinero no hace la felicidad". "Rocky" es una muesta de ello, pues el boxeo solo tiene una doble razón de ser en su manoseble espectáculo:1) lo puramente material, que conduciría a una falsa felicidad de marketing, maquillaje transitorio que no tapará unas heridas brutales físico/psíquicas en el futuro y para siempre; 2) el afán de superación de un individuo que quiere demostrar su sólida voluntad por ser alguien en la vida, algo realmente hermoso y alabable.
Lo mejor de la película es, aparte de la música de Bill Conti, la parte final que da un acabado técnico y plástico magnífico al film, pues muestra toda la crudeza y realismo que en el interior del ring se desata. Esto eleva la nota global y formal del conjunto a un nivel más que aceptable, olvidándonos de su discreta escritura e intepretación del divo Stallone. La saga no hacía sino comenzar, degradándose paulatinamente; como era de esperar sirvió de filón comercial en cuatro entregas (creo) con parecidos equipos técnico/artísticos.

P.D: Oscar a la mejor película y al mejor director. Stallone nominado al mejor actor. Sin comentarios.
¿De ese mismo año?: Por ejemplo, a bote pronto: "Taxi driver" de Scorsese y "Network (Un mundo implacable)" de Lumet. Y se quedaron tan anchos.