Con esta película, Rossellini volvió a ofrecer otra magnífica fotografía de un momento, de un año, de unos días concretos tras la Segunda Guerra Mundial, en una Italia, en una Europa presidida y perseguida por su propia confusión. Y lo hizo a través de la historia de una acomodada y pasiva mujer altoburguesa (Bergman) a la que el trágico suicidio de su infante hijo la hace, aparte de entrar en un bache emocional y humano depresivo, a pasar a una activa búsqueda de motivos para vivir, conciencia social incluida. Todo esto, su confusión, la confusión de su entorno, la Confusión general, hacen que la tomen por una desequilibrada y descarriada mujer.
"Europa 1951" es un reflejo noble, sólido y humanista de un momento, de una mujer, de un país, en una metáfora de amplitud geográfica más que considerable. Sus primeros treinta minutos son espléndidos, la película en sí resulta magnífica y loable, conteniendo excelentes interpretaciones, descollando particularmente una aquí secundaria Giulietta Massina.