Donnie Darko

Si no la has visto, estás tardando. Una película independiente que ya es de culto por su maravillosa complejidad, su ambientación, sus personajes y, sobre todo, por su magnífica y asombrosa historia.

Cada minuto de fotograma es mágico, delicioso para cualquier gran cinéfilo. Además, es una película que puedes ver una y otra vez y no cansarte de verla.

P.D.: Posiblemente, una de las mejores películas de ciencia-ficción y/o fantásticas que se han rodado jamás.

Simplemente una obra de arte y la pelicula de Culto más innovadora jamás creada. La " quiero " tanto como la "odio" ya que a partir de haberla visto mi visión crítica hacia el cine se vio inmensamente aumentada y aún hoy en dia, pasados 10 años de su estreno, todavia me cuestra encontrar peliculas que me transmitan algo, aunque sea la mitad de lo que me transmite esta. En fin, para cualquier amante del que yo considero buen cine, una obra maestra de innegociable visionado...

Le falla de lo que presume.

No tiene historia. Es una mezcolanza variada de ciencia ficción, viajes en el tiempo, personajes diabólicos, peli de institutos (con unos clichés que de gastados, dan hasta vergüenza), loca muy loca que da la sorpresa (lo nunca visto) y efectos especiales muy prescindibles que deja al espectador un tanto perplejo al comenzar la película, porque no sabes de que va.

Pasada la hora, siguen insistiendo en lo mismo que se vio en los primeros 15 minutos, y, no es que no se entienda, es que la cosa no da para más.

Ópera prima de Richard Nelly en la que, a modo de cocktail, se entremezclan diversos géneros y estilos: cine fantástico con tintes pseudocientíficos, gags y travesuras y romance propias de comedia teen, suspense y asesinato del thriller, todo ello mezclado en una suerte de coctelera independiente. El ambiente opresivo y la incertidumbre sobre lo que va a suceder correctamente combinado con un nivel adecuado (y, en muchos momentos, muy acertado) de humor, es lo que destaca del filme. Pero la resolución que tiene en el aspecto fantástico y de congruencia narrativa, con tanto bucle en el tiempo, es la peor parte de la película.

Visión aguda de los dilemas adolescentes y de la lucha entre la cultura y el conservadurismo más rancio. Con un ritmo perfecto, secuencias sugerentes e inquietantes y la notable interpretación de un joven Jake Gyllenhall, la cinta se descalabra en un final incomprensible. La compleja explicación del propio director es, cuanto menos, lamentable.