La doble vida de Verónica

Efectivamente. Soy otro desgraciado que ha perdido poco menos de dos horas de su fascinante vida en el ejercicio de coprofagia que constituye ver esta repugnante tomadura de pelo. Tras cada plano notaba la sensación física del mojón bajando por mi garganta. Y me tragué varios.

Leo las críticas y las calificaciones y me hago popó líquido de pensar a qué clase de gente le pueden gustar estas cosas: ¿impresindible?, ¿recomendable?, ¿maravillosa? He sentido cosas más profundas apretando encuclillado en la taza del water
¡so pervertidos!

Dios mío de mi vida, señores, vaya caquita acabo de meterme entre pecho y espalda. El director se merece una somanta de hostias, la guillotina, yo qué sé. De momento que lo vayan encerrando porque está como un cencerro.

La peli es lenta de cojones, el tiempo se detiene durante su proyección. Noté físicamente cómo me crecían las uñas, sentía cómo iban saliendo de mis dedos. El pelo me crecía y todo se hacía más lento.Se suceden unas escenas tras otras, sin ningún sentido, sin ningún motivo más que el de rellenar. Pasa un tío en moto. Y después sale una vieja con dos bolsas del carrefour. También me pareció ver un charco por ahí.

Sí, definitivamente creo que sale un charco. Rectifico: salen dos viejas con bolsas (no es coña, las viejas salen).

La peor psicomierda que he visto en mi miserable vida. La nada hecha cine. Un dvd ideal para colgar de un hilito en la terraza y espantar a las moscas. Se la recomendaré a alguien que quiera putear.

Os lo digo de verdad, me gustaría que hubiérais visto la cara de gilipollas que se me quedó cuando salieron los créditos finales. No tuve más remedio que descojonarme vivo.
No la veo otra vez ni dándome dinero.

Imágenes de gran belleza. Tema interesante. Interpretaciones acertadas. Pero en numerosos momentos de la película el ritmo cae estrepitósamente y, al menos en mi caso, llega a aburrir.

Todos tenemos un doble en algun lado...o un lado de la personalidad que podría haberse desarrollado de otra manera. De esa posibilidad es de lo que habla La doble vida de Verónica. Kiewslosky hace un cuento mágico y existencial teñido de la melancolía de la Europa del este. Ciudades misteriosas, marionetas misteriosas, encuentros misteriosos. El hilo de Ariadna del azar. Para todos aquellos a los que les gusta sentir después de una película, el poso de la inquietud interior.

Se ganó la unánime reverencia de la crítica internacional con la trilogía de los colores (Azul, Blanco y Rojo), aunque a ésta le precedió un decálogo de una lírica intimidad, sórdida y opresiva, sobre los 10 pecados capitales. Cumplidos los 10 años de su fallecimiento, Krzysztof Kieslowski volvió a estar en el candelero, pues con motivo de tan fúnebre efeméride fue estrenada en algunas de nuestras salas una pieza del Decálogo inédita hasta entonces en España, No matarás. A este relevante acontecimiento cinematográfico se unió la pequeña delicia fílmica que aquí nos ocupa, la edición especial en DVD de La doble vida de Verónica, una película bisagra situada entre los dos grandes momentos (y monumentos) creativos del cineasta polaco antes mencionados.
Moderando el tono apesadumbrado que imperaba en sus obras anteriores, Kieslowski especula con la posibilidad, por muchos imaginada, de que el doble de una persona exista en algún lugar del globo, y de que tan deseado encuentro entre ambas partes se produzca de forma casual e inesperada. Eso mismo es lo que le sucede a Verónica, la joven cantante de opera protagonista de la película, quien morirá de una afección cardiaca poco tiempo después del fortuito encuentro. Tras el fallecimiento, su “gemela”, ajena a todo lo ocurrido, comenzará a sentirse sola y abatida, insinuándose así que algo más que una mera semejanza física unía a las dos mujeres. De cautivadora belleza, esta pequeña y azarosa historia nos introducirá en un mundo onírico y cargado de unos matices sensoriales tales, que nuestros sentidos quedarán embelesados de manera avasalladora.

Algo mágico y extraño encierra esta película, con un solo inconveniente, no es una película redonda, es el precursor de lo que será más tarde su famosa trilogía.

La doble vida de Verónica encierra muchos mensajes en lo que en apariencia son dos historias sencillas con un toque de fantasía, la realidad y fantasía se entremezclan en esta peculiar película.
El director polaco entremezcla sus ideas y filosofía sobre el ser humano y la vida con dos países diferentes, una mezcla consciente del mensaje que Kieslowski quiere trasmitir aunque no esté muy claro.

Kieslowski sigue utilizando los elementos característicos de su cine como los silencios, la luz, una fotografía cuidada y bella además de poética con un fondo humano solamente de Kieslowski pero todo ello no encierra la redondez que posee Azul o Rojo, películas posteriores que son una continuación del nuevo estilo que Kieslowski andaba buscando ya en su Decálogo.

Kieslowski nunca ha hablado directamente, siempre da señales de su pensamiento, símbolos de lo que su filosofía y visión es, no nos da el material digerido sino nos plantea una serie se preguntas para que nosotros busquemos las respuestas, La doble vida de Verónica es exactamente eso, una historia en apariencia sencilla pero en el fondo late una serie de ideas que son una cascada de emociones y sentimientos sobre la vida y el ser humano.

Kieslowski es una personalidad muy especial y en estas películas de su etapa francesa se hacen notar, con todos los medios que deseó se hacen posible estas películas de una sensibilidad tan especial.

El gran director polaco empieza a combinar su filosofía y su sensibilidad en estas películas, con La doble vida de Verónica se siente que algo grande se está cociendo.