El mañana nunca muere

Después del buen sabor de boca que dejó "Goldeneye", parecía que la saga volvía a recuperar fuerzas y dispuesta a traer una nueva visión de la acción para las nuevas legiones de fanáticos del personaje de 007.

A mi gusto particular, parece ser que todos los implicados en el proyecto no supieron ver realmente qué es lo que falló de Bond y volvieron a caer en los mismos y estúpidos errores. Si nos referimos a escenas de acción, hay que decir que son bastante abundantes y espectaculares, sin embargo, la era Brosnan inició una tendéncia absurda a exagerar las escenas, haciendo que sus películas fueran progresivamente más irreales, hecho que empieza a materializarse con "El mañana nunca muere".

Una buena iniciativa que tomaba la série era una nueva imagen a las chicas Bond, haciéndolas más guerreras e inteligentes, muy en la línea del espía británica, y hay que decir que Michelle Yeoh ofrece una presencia de lo más fresca, divertida y agradable, de hecho, ella es sin duda lo mejor del film. Los villanos no están mal, pero como malvado Jonathan Pryce peca de ser algo irregular, pues aunque sea un antagonista con un nivel intelectual elevado y tiene cierto carísma, su ego le hace a veces muy irritante. Judi Dench, como siempre sublime, aunque su intervención sea corta y deje con ganas de más.

Brosnan hace una relativa progresión con su personaje, no lo humaniza nada, cada vez es más misógeno y trata a las mujeres como mero juguete y sale totalmente guapo, limpio, peinado y airoso de toda explosión, tiroteo, etc, creando una imagen de Bond poco creíble e imposible de conectar con el público. Su Bond, no es del todo malo, pero Dalton, su predecesor, hizo una enorme progresión del personaje humanizándolo considerablemente, y Brosnan no la sigue. A uno le da la impresión que pese a que las chicas Bond hayan evolucionado, el personaje de Bond no lo ha hecho nada en absoluto.

Nos encontramos además con un guión muy flojo y poco trabajado, al servicio de las escenas de acción y alzando la figura de Brosnan con escenas de acción cada vez más exageradas e irrealistas.

Sus mayores bazas son que conserva el trépidante ritmo de la cinta anterior y que como película de Bond o de acción, cumple su cometido, entretiene.

Brosnan volvió como Bond en su segunda entrega, por desgracia descuidada bastante del guión y demasiado deudora de la acción... demasiado.
Resulta eficaz y muy entretenida, pero no llega a apsionar ni de lejos como hiciera, por ejemplo, Goldeneye, a la que además no supera en ningún momento.

Así que sólo me queda recomendarla como un entretenimiento repleto de buena acción, pero dejará una sensación de indiferencia general, tanto para los fans como para el público en general.

Pierce Brosnan sigue siendo el segundo mejor James Bond en su segunda aventura, que resulta algo decepcionante si la comparas con Goldeneye, pues si tiene acción de la mejor y más que suficientemente buena como para mantenerte entretenido dos horas, al guión le falta la inteligencia de la anterior de Brosnan, sólo se preocupa por mejorar la tensión de las secuencias de acción cada vez más y el intelecto y la preocupación por ofrecer momentos y personajes convincentes quedan en segundo plano.
Pero por ello no deja de ser un estupendo entretenimiento.

Esta nueva entrega de Brosnan como Bond es realmente entretenida y muy enérgica, sobre todo en sus primeros dos tercios, aunque al final el nivel decaiga un poco.
Pero aún así esta muy conseguida y es una entrega de Bond a considerar, pese a que no llegue a la altura de la excelente "Goldeneye".
Aquí Brosnan está mucho más convencido y confiado con su Bond y la acción es realmente apasionante y bien hecha.

En definitiva, una buena entrega.

Tras un debut muy bueno, Brosnan se aseguró una notable continuidad como Bond en las tres siguientes películas de la saga.
Y volvió con una película llena de acción y adrenalina, pero sin la garra de la primera entrega que protagonizó.
Aún así es su segunda mejor película como el espía británico.

Mucha acción, sí, pero también muy convencional.