Exodus: Dioses y reyes

Aburrida y completamente prescindible.
Es imposible destacar a ninguno de los personajes, ya que todos son completamente planos en un contexto en el que un niño, que por lo visto representa a un Dios con ansias de venganza, dirige las vidas de un pueblo elegido por él mismo.
La producción es apabullante, fría, y la interpretación de los actores correcta... justa... justita.

El precio de la fama, lo llaman. Por un lado, es maravilloso cuando eres un director aclamado con una cantidad de reconocimientos a tus espaldas, por otro, nadie te va a perdonar en tu próxima película el fallo que pasarían por alto a cualquier otro. Básicamente, cada nuevo film que haces supone que te la juegas.

En ese sentido, yo creo que tengo algo de suerte. Para mí, Ridley Scott ha hecho obras maestras, pero no suelo coincidir con la tendencia. La tan aclamada "Blade Runner", a mí me produce sopor y bostezos durante gran parte de la misma, me gusta mucho "Alien", pero no me parece la película definitiva y, sin embargo, tengo a "Gladiator" como la definición de lo que debe de ser una película redonda. Con todo lo necesario para que suscite las emociones que pretende.

Llegados a este punto, me encuentro con "Exodus". Y debo decir que, precisamente por lo anterior, me temía un bodrio infumable de dos horas y media. Pues no. No lo es. De hecho es una película más que entretenida que tiene bastantes argumentos para engancharte de principio a fin.

Podemos resumir sus brillantes virtudes en:

- Efectos especiales: Realmente apabullantes. Y no me refiero solo a escenas épicas de batalla o plagas divinas. Hablo de la recreación de Egipto; de cómo están cuidados los detalles de ambientación; de cómo desde el primer momento te ves inmerso en la película y mires donde mires, encuentras un detalle que casa perfectamente con el todo. Sin lugar a dudas, estamos en Egipto en la pretendida época del Éxodo.

- Cristian Bale: Venga ya, es un grandísimo actor. Una cosa es lo que le manden hacer y otra cómo lo hace. Se trata de un Moisés más que digno. Guerrero cuando debe serlo; débil si la situación le supera; Rebelde si lo que escucha no se ajusta a lo que cree; líder, ante todo. Estoy de acuerdo en que su personaje exigía más matices pero, con lo que le dan, con el guión y los diálogos que le han escrito, no se puede hacer mejor de lo que lo hace. Para mí, un diez.

- La épica: Se pretende crear una historia épica y se consigue. Todo se construye sobre una base de grandilocuencia tan grande como exige un guión que habla de un imperio, unas plagas, un éxodo y todo lo que conlleva. En este sentido, la historia está bien enfocada. Es verdad que hay demasiadas cosas que pasan "demasiado deprisa", pero es que hay tres horas de película, señores. Si nos ponemos a explicar todo lo que hay dentro de la historia, hay que proyectar la película en cuatro salas de Kinépolis, a razón de una parte por cada una.

- Dios: Aquí voy a contracorriente, pero debo decir que me parece agradable la actitud del director, que decide no pintar a este "especial" personaje como la personificación de la paz y del amor, que sería lo fácil. Aquí es un macarra con todas las letras, y, yo por lo menos, creo que le da un toque a la película muy valorable y agradecido.

Hasta aquí lo bueno, que ya ven que lo hay. Sin embargo, en la parte negativa podríamos hablar:

- El "malo": Es muy poco creíble. Decisiones realmente crueles en una personalidad que casi invita a pasarle el brazo por el hombro. Cuando alguien es malvado, lo es. No es tonto y en el fondo, de tan tonto que es, es malo.

- Desaprovechamiento de actores: Dios santo. Es ver el reparto, ver cómo brilla Bale comparado al resto del mismo, y pensar que para lo que hacen los demás, podrías haber elegido al elenco de "Ana y los siete".

- No acaba de emocionar: Y esto es lo más grave del todo. Y de esto hablaba antes cuando mencionaba a "Gladiator". Una película tiene que suscitarte algo más. Debe hacerte pensar, reflexionar, sentir, emocionarte, reír... Tantos millones de dólares para que lo único que consiga es sacarte un "Oooohh" por un efecto especial de traca, es una película que no ha conseguido su objetivo.

- Resolución de situaciones: Especialmente la parte de "los mares" (sin entrar en spoilers). Está bien que tratemos de dar una visión distinta al original para que el "remake" no pueda ser acusado de copia sin mas, pero esto es como ir a la reunión de "Led Zeppelin" tras treinta años retirados y que no toquen "Stairway to heaven". Hay mínimos que deben cumplirse. Lo contrario, te hacen caer en el ridículo. No se olvide, sr. Scott. De la innovación a la tragicomedia solo hay una delgada línea de separación.

En resumen, está entretenida y merece la pena. Sobre todo si vas con las expectativas muy bajas. Pienso, como he leído por ahí, que tampoco es tan mala noticia que se resucite la figura de Moisés y el Éxodo y que, aunque sea como BlockBuster, algún espectador habitual de "Mujeres hombres y viceversa" que no haya dejado la adolescencia, tenga algo de contacto con conceptos de historia, cultura e, incluso religión (una cosa es profesarla o no, y otra no saber ni de qué va).

Y, ahora, amenazan con Blade Runner II. Al menos todos vamos a estar de acuerdo en frotarnos las manos. La diferencia es que unos lo harán para disfrutarla, y otros como paso previo para calentar los puños. Veremos.

Mi 1 inmutable: película del siglo pasado a base de efectos especiales que ni aporta nada nuevo ni es certera con todos los datos históricos que da. Faraones equívocos, realidades físicas erróneas del antiguo Egipto y, lo peor, conversaciones intrascendentes para el espectador.

Scott, vuelve a los aliens.

Tanto tiempo entre nosotros, haciendo de jugador de bolos con nombre de profeta, de ensoñación que cecea, de Primo Levi, y no nos habíamos dado cuenta de que John Turturro es igual que el faraón Seti.
Hay parte del cine de Ridley Scott que se construye como se construían parte de las edificaciones de la civilización egipcia: a lo bestia. Y, admirador hasta el escrúpulo de la obra de Cecil B. DeMille, quien aseguraba poder filmar una película si se le daban dos páginas de la Biblia, me ha venido bien la revisión del británico, que vino a dotar al sagrado texto de un poquito más de fuerza y honor. En esa línea, quedan pintiparados Christian Bale y Joel Edgerton, honorables aficionados al fisioculturismo.
Es cierto que desde Gladiator los rodajes de Ridley Scott tienen muchos paralelismos: batallas redondas, épicos guerreros y flechas voladoras, pero me gusta EXODUS. No olvidando, claro, que no debo hacer ídolos, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo ni de lo que está abajo, ni de las aguas que se encuentran debajo de la tierra.

La trayectoria de Ridley Scott (a quien admiro), me resulta en su mayoría apabullante con su poderío visual, pero en su afán de parecerse al prodigioso director Cecil B. DeMille tanto en 'Las Cruzadas' (1935), realizando Scott 'El reino de los cielos' por su parte, como en 'Los diez mandamientos' (1956), que fue la última película de DeMille es inútil dadas las ansias del director de Alien. Aquí el artífice de Blade Runner y Gladiator a mi juicio ha metido la pata soberanamente en ese intento fallido de querer equipararse a la filmografía bíblica de alguien icónico e irrepetible. Cecil B. DeMille es único y la hinchazón de efectos especiales que es 'Exodus' jamás podrá estar a la altura del calzado megalómano e icónico que Cecil B. aportaba a su cine. Respeto las licencias de cualquier cineasta (menos las de Aronofsky con Noé) a que no se tomen al pie de letra lo escrito en el antiguo testamento ya que este tampoco tiene que ser tomado como fidedigno. A diferencia del nuevo testamento, el viejo no atiende a lo literal, pero salvando las distancias, el guión de Steve Zaillian para este Éxodo: Dioses y reyes me resulta chirriante en muchos aspectos. Dios aquí se muestra en forma de niño (con la zarza ardiente de fondo) ante Moisés- Christain Bale, como una aparción onírica después de un golpe en la cabeza, discutible permiso cinematográfico...Dios aquí parece ser un niño con una rabieta que permanece impasible ante el sufrimiento de su pueblo, interesante permiso cinematográfico. Moisés en un principio levanta en armas a su pueblo contra las atrocidades de la nobleza egipcia bajo le auspicio de Dios, extraño permiso cinematográfico y más rarezas, como poner a Moisés a cincelar las tablas de la ley, con Dios buscando la aprobación de este. A diferencia de 'Los diez mandamientos' interpretada por Charlton Heston y Yul Brynner, y la animada 'El príncipe de Egipto' (1998), el actual film de Ridley Scott omite prácticamente el progresivo distanciamiento de los dos hermanos que se apreciaba y entendía mejor en las anteriores películas y acelera el enfrentamiento para ponerle más énfasis al viaje revelador que realiza aquí su Moisés. Un Moisés que Bale interpreta como alguien cultivado, agnóstico y dialogante que es capaz de discrepar con el mandato divino convirtiéndose en un guía radicalmente opuesto al bíblico que interpretó un Heston memorable y venerable que era un instrumento de fe atendiendo a la imagen que esculpió Miguel Ángel en su reconocida escultura. Un Bale-Moisés que cambia el báculo que se transformaba en serpiente llevado por Heston con poderío y que 'abría las aguas' en tan magníficas escenas que todo espectador guarda en su retina, por una espada egipcia, trastocando aquí la solemnidad de uno por una más que cuestionable verosimilitud en el otro, con todas las plagas, catástrofes en cadena, justificable apertura y traspaso del mar rojo para la liberación del pueblo hebreo mediante maravillosos efectos digitales y que no llenan la nostalgia y la espectacularidad tanto como la que sí tuvo el film de DeMille en el año 56, para ser apreciada para las futuras generaciones por mucho que el actual Ridley Scott se empeñe en hacernos ver su película. En esta ocasión tengo que suspender a Ridley por haberse equivocado en mi opinión con su hebreo escogido. Aunque Bale transmite fuerza en su personaje y los efectos especiales que lo rodean son de una calidad incuestionable, no serán suficientes para que dejemos de ver siempre y en todo momento cada vez que queramos ver buen cine bíblico: 'Los diez mandamientos' de Cecil B.DeMille, obra maestra sin parangón.
cristobalcine.jimdo.com (críticas a partir de Septiembre de 2014)