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Black Mirror (Serie de TV)

Serie de TV. Ciencia ficción. Thriller. Terror. Drama Serie de TV (2011-2023). 6 temporadas. Serie antológica creada por Charlie Brooker ("Dead Set") que muestra el lado oscuro de la tecnología y cómo esta afecta y puede alterar nuestra vida, a veces con consecuencias tan impredecibles como aterradoras. "Black Mirror" comenzó su emisión en 2011 en el canal británico Channel 4, con dos temporadas de tres episodios cada una, y tras producirse un especial de Navidad la serie fue comprada y ... [+]
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Críticas 61
Críticas ordenadas por utilidad
21 de junio de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Oh, qué bueno, estrenaron otra temporada de Black Mirror!
Fui muy fanática de las primeras 3 temporadas. La 4 fue más o menos (tuvo sus altibajos). La 5 fue una ensalada confusa y olvidable. Pero pasó el tiempo y esta temporada 6 es como encontrarte con tu ex... de entrada te entusiasma, pero después recordás por qué te separaste.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
daria
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9 de enero de 2018
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie extraordinariamente pretenciosa, pero ridícula en su ejecución. No explota las ideas originales, en ocasiones interesantes. Humor sin ninguna gracia, y sentimiento de vergüenza ajena demasiado a menudo.
gusi
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3 de enero de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia mucho tiempo que quería visionar esta aclamada serie y la decepción ha sido mayúscula. He visto hasta la tercera temporada (incluida) y si bien hay algún capítulo aceptable en general es repetitiva y con un punto de ingeniería social "made in Netflix". La realización y los actores(ingleses) si que son de buen nivel. Lo peor para mí el modo de resolución de los capítulos, ni imaginación ni sorpresivos ni nada, se quedan en buenas ideas(aunque repetidas hasta la saciedad) pero poco desarrolladas. No entiendo esas notas de nueves y dieces, cuando ni los mejores capítulos( "himno nacional", "cállate y baila", "Blanca navidad", "San Junípero",... ) son de gran nivel.
Tonin
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27 de diciembre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es ya muy poco visto en los últimos tiempos algo que cuestione la funciones de nuestro nuevo sistema, aunque no es nada nuevo el tipo de formato que Black Mirror muestra. Aun así la convierte en una serie que es de las ultimas que de verdad me ha sorprendido en un muy largo tiempo, esa libre expresión de exponer el terror cibernético el tema IA los peligros de la biotecnología el régimen Orwelliano que no están nada fuera de nuestra realidad, son expuestos en cada episodio acompañada de cada tema mundano. Pero también expone al mismo espectador la perdida humana por el nuevo mundo tecnológico que deja una reflexión. es todo como una demanda de una falsa evolución al control cibernético.

Claro que la serie parece mas tenderse por el horror con estos temas y por ellos exagerar la tecnología para llevar mas intriga para ver mas, también repite en algunos episodios en cliché de las paradojas y llevar un humor no muy bien cuidado. pero de una forma funciona. Por ello no la culpa solo baja un poco su perfil.

Pero el formato es llevado con prudencia para resaltar mas lo obvio de los temas que como digo no escapan tanto al mundo actual, además no se siente como otra serie mas británica, eso la convierte en una serie especial del momento. Es recomendable.
ROMERO0_0
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11 de febrero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la hora de reseñar "Black Mirror" conviene deslindar las dos primeras temporadas de la tercera y la cuarta, con ese escalón intermedio que supuso el especial navideño "White Christmas" y considerando la compra de todos los derechos por Netflix en 2015 como el punto de inflexión. O de ruptura, según se mire.
Sin menoscabo de los varios guiños que, a poca atención que preste, un espectador medianamente avezado reconocerá, las historias independientes y autoconclusivas que componen la primera y la segunda ediciones —a mi juicio, mucho más representativas del sombrío espíritu de la serie— comparten unos mismos focos temáticos, tres concretamente, uno para cada uno de sus episodios: sistema político —"The National Anthem" y "The Waldo Moment"—, sociedad —"Fifteen Million Merits" y "White Bear"—, y relaciones de pareja —"The Entire Story of You" y "Be Right Back"—. Este último aspecto es el que mayores cuotas de inquietud alcanza a inducir, quizá porque basta fijarse en casi cualquier cena pretendidamente romántica de nuestros días para caer en la cuenta de que, salvando las distancias, tan preocupantes disfunciones comunicativas están ya sucediendo.
En efecto, el eje vertebrador —con Netflix o sin ella— es evidente: el futuro ya está aquí. No sólo eso, sino que ha llegado para quedarse. O sea que no hay vuelta de hoja. Y aunque no se trate de los infiernos de neón y lluvia ácida tan caros al hoy pleistocénico "cyberpunk", el del futuro-presente es un mundo muy poco amistoso. La exagerada proliferación de dispositivos electrónicos en general, y de pantallas en particular —éstas serían los “espejos negros” a que se refiere el título—, ha puesto en marcha un proceso deshumanizador cuyas consecuencias terribles nos pinta su creador, Charlie Brooker, con desoladora agudeza. Claro que, a tenor de lo visto y oído cada día en todos los ámbitos, es posible que sus agoreras predicciones hayan pecado de optimistas.
El turbador mensaje se nos entrega en un formato sumamente atractivo, con un diseño de producción impecable y de la mano de una nómina creciente de celebridades —sobre todo a raíz de que Netflix se metiera en harina—. Así, a bote pronto y hablando de memoria, vemos desfilar por los distópicos escenarios a, entre otros: Domnhall Gleeson, John Hamm, Oona Chaplin, Rafe Spall, Natalia Tena, Bryce Dallas Howard, Jerome Flynn, o Kelly Macdonald.
En cuanto a la tercera temporada, ésta supuso un giro hacia el espectáculo muy en la línea de Netflifx. Una inyección presupuestaria generosa siempre es de agradecer; no así el cambio de registro, que, me parece, no le sentó bien a "Black Mirror" en absoluto. El primero y el tercer episodios —"Nosedive" y "Shut Up and Dance"— lograban mantener el tipo, al tiempo que el segundo y el cuarto —"Playtest" y "San Junipero"— presentaban aún aspectos interesantes. No obstante, el quinto y el sexto —"Men Against Fire" y "Hated in the Nation"— eran tan convencionales que parecían trasplantados desde sendas producciones de serie B sin ninguno de sus encantos intrínsecos.
La cuarta entrega ha venido a confirmar esa pérdida de "punch" y una alarmante tendencia al "happy ending". Claro que, a fin de cuentas, y pese a contar su "portfolio" con joyas maquiavélicas de la talla de "Narcos" (ídem, 2015-Actualidad), Netflix no se caracteriza precisamente por la mala baba. No es HBO, vaya. De los seis capítulos que la integran, me parece que sólo "Hang the DJ" y la sonora bofetada a la sobreprotección materna que supone" ArkAngel" rayan todavía a la altura del proyecto original. La imaginería kitsch de "USS Callister", en exceso paródica, malogra un punto de partida muy sugerente: ¿qué pasaría si el eterno perdedor pudiera materializar su resentimiento con total impunidad?. Tanto en su frialdad nórdica como en sus abracadabrantes trampas argumentales, "Crocodile" remite por momentos a la absurda "Fortitude" (ídem, 2015-2017), tan prescindible que no debería constituirse jamás en referente para serie alguna. El episodio dado en llamar "Metalhead" es el producto, bizarro a conciencia, de cruzar a "Cujo" (ídem, 1983) con "The Terminator" (Terminator, 1984) en un mundo post-apocalíptico y porque sí. En la línea del antedicho "White Christmas", "Black Museum" se quiere una especie de versión a escala de la propia "Black Mirror" en su edad dorada, integrado por tres historias con el uso espurio de la tecnología como hilo conductor. Sin embargo, no tarda en tornarse predecible, al tiempo que el histrionismo de su protagonista Douglas Hodge frustra cualquier empeño que se ponga para tomárselo moderadamente en serio.
Carorpar
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