La ola

Eso me he preguntado varias veces durante la película, y una más al terminar de verla.

La dirección es buena, al igual que la fotografía, el ritmo es perfecto de principio a fin, la banda sonora encaja con lo que se cuenta, y Jürgen Vogel destaca en un reparto repleto de jóvenes que interpretan, y bien, a los típicos jóvenes de película (tópicos, se podría decir).

Pero me pregunto cuánto en esta película es real. Me pregunto qué les dan a los chavales para desayunar en Alemania para que lleven, sin venir a cuento, un experimento de una clase hasta el extremo al que lo llevan. Me pregunto cómo en un grupo de jóvenes que ensaya para una obra que quieren orientar una obra de teatro hacia la crítica a la globalización (o algo así), sólo haya dos personas que se den cuenta de el mal rumbo que estaban tomando las cosas. Y me pregunto cuáles son las razones que impulsan a todos esos adolescentes a formar parte de La Ola, pues la película los deja como borregos. En eso falla La Ola (la película).

Tenga a mano algo contra lo que pueda descargar su ira, me lo agradecerá.

Me gusta el cine ideologista, pero a los personajes de este filme les faltan razones (o por lo menos no se explican), que podrían haberse introducido, suprimiendo líos amorosos y escenas de botellón.

Aún así, es más que buena:

7.5

Buena película alemana en la línea de aquella otra de parecida temática experimental titulada "El experimento" (Oliver Hirschbiegel, Alemania 2001).

Buena porque a grandes y rápidos rasgos, pone de manifiesto a través de un experimento in situ, en un instituto alemán, realizado por un profesor y sus alumnos, que un "alto nivel de desempleo e injustia social, amén de otros factores de descontento y frustraciones, favorecen con seguridad el surgimiento de una dictadura".

Lástima que Dennis Gansel, guionista y director, no haya abordado con mayor profundidad y rigor el hecho de que si bien la AUTOCRACIA elimina todas las formas de libertad y exige sometimientos, la falsa democracia (PARTITOCRACIA), necesita mantener las formas de la libertad para justificar que reina la "democracia", pero la verdad es que se apodera de ellas y las profana.

Lamentablemente Dennis Gansel filma una propuesta de gran potencial dejándola en simplona. No entra a analizar lo esencial: que LA AUTOCRACIA O DICTADURA DÉSPOTA es muy parecida, gemela o prima hermana de la PARTITOCRACIA (régimen reinante actualmente en Europa y al que van a seguir sosteniendo los mediocrizados votantes europeos el próximo domingo). ¿Por qué?

Porque la autocracia déspota prohibe la discusión y exige sólo obediencia, mientras que la falsa democracia (la PARTITOCRACIA) manipula el debate para que tenga apariencia de opinión libre, cuando en realidad prescribe y controla con mano de hierro las ideas y criterios. Como desde antiguo se sabe y se dice, "los extremos se tocan" y en política es evidentísimo.

En fin, es una buena película, no llega a notable, pero sí resulta válida para generar reflexiones de gran importancia, sociológicamente hablando.

Una idea, la autocracia en este caso, en un entorno favorable, con individuos absorbentes, puede ponerse en práctica, y obtener consecuencias, esa es la idea principal del “La Ola”.

La Ola es de esas películas de denuncia social, donde un medio adecuado, el profesorado, en unos individuos sin arraigo, los alumnos, se puede inculcar ideas, de toda índole social, que pueden crear a largo plazo bienestar o malestar.

Un guión tremendo, evolucionando como toda idea, mutando y adaptándose al entorno, formando un conjunto en su totalidad digno de admirar, porque a veces no hacen falta grandes efectos, para hallar grandes películas, además con una resolución sin importancia, ya que lo que importa es el contenido, y en este caso el aprendizaje, y Gansel lo consigue, dejando al espectador con más cuestiones que respuestas, al mismo tiempo que interioriza en los miedos y pesares de los mismos, de los padres sobre todo, pensando si esto mismo no podría estar pasando en las escuelas de sus hijos, donde a día de hoy, profesores libertinos o desfasados, están enseñando a sus inútiles y modernizados hijos doctrinas ególatras o totalitarias.

Actuaciones correctas, cada uno en su papel, desde el profesor anarquista que en ensaña la autocracia de forma magistral, hasta los alumnos esponjas, que absorben la idea sin plantearse su cuestión moral, sino que la aceptan por su propio bienestar, creando una comunidad, donde tiene cabida la inmensa mayoría, y donde aquellos que sobresalen son los “raros”.

El resto de los elementos que conforman la película no son destacables, correctos, pero nada sobresalientes, ya que de esta película hay que tomar la idea y el mensaje, el resto no es merecedor o por lo menos queda oscurecido por la propia idea de Gansel.

Disfrútenla, porque pocas películas dicen tanto, con tan poco.

Excelente película de la que se visulumbran dos virtudes, es cautivadora y es reflexiva. Cualquier profesor de ética debería visionarla en sus clases.

Es cautivadora porque el espectador puede sentir la fuerza de la ola. Cuando oyes el temblor del suelo con los pasos, el sonido de la masa al levantarse, la uniformidad al realizar el saludo no puedes dejar de sentir una embriagadora sensación de que te gustaría participar, ser parte de algo grande, unido y que deje huella. Sin embargo, esa sensación te hace sentir incomodo a sabiendas de que es terrible a donde puede conducirte... porque es un sentimiento que no es razonable pero que esta lleno de "razones", pues recoge los sentimientos de injusticia, miedo y soledad. Los hace suyos y los reconduce hacia los intereses del líder. Para cuando la masa se da cuenta de que el movimiento no responde a sus necesidades ya no son individuos, y ya sólo les queda callar y obedcer (esto es lo que hace cada uno de los protagonistas con sus propios problemas).

No comparto que sea de rapido desarrollo, que querían... que la película fuese de diez horas o que hubiesen dicho un año en vez de una semana. Un detalle nimio que merece la pena ser obviado porque no tiene consecuencias en el conjunto.

¿Es reflexiva porque versa sobre sistemas fascistas?... no. En el inicio yo compartiría la afirmación inicial de un estudiante que es imposible el resurgimiento de un movimiento fascista como el propuesto. Pero en todo momento contemplas atónito como todo se desarrolla con fluidez y credibilidad. No tienes más remedio que reflexionar como los movimientos autoritarios son capaces de recoger cualquier problema y utilizarlo en su favor llegando a todas las clases. El único punto negativo de la película es el final, no necesitaba una lección moral, durante todo el filme nos llena de ideas y sentimientos que nos permitirán tomar nuestra propia decisión.

Este experimento pedagógico para explicar el funcionamiento de gobiernos totalitarios es llevado hasta sus últimas consecuencias.
En mi opinión, es una combinación entre la necesidad de un sentimiento de pertenencia a un grupo por jóvenes fáciles de manipular y un amago de creación de un nuevo movimiento nacionalsocialista.
Me impresiona la interpretación de Frederick Lau, en el papel de un adolescente marginado por sus compañeros de clase y desatendido por su familia. Son factores que le hacen implicarse hasta límites inesperados en La Ola.
Y por último, el final. Tremendo, tal vez un poco esperado, pero con un contundente discurso final.