Una joven prometedora

Una propuesta cineasta muy floja, heredera directa del subgénero cine "rape and revenge", curiosamente en la década en que vivimos los ahora, muchos de los defensores furibundos de este tipo de cine eran antaño sus detractores (cosas de los spin doctors bienpensantes supongo).

Como propuesta cinematográfica no mejora en nada las películas de Bronson estilo death wish o la lamentable película Sueca "Thriller - en grym". La diferencia es que las personas que antes disfrutaban de ese tipo de filmes eran tildados de toda clase de epítetos no precisamente agradable mientras que, hoy en día tienen el placet social de un par de partidos políticos y el aplauso de determinadas redes sociales.

No destaca por nada, ni por su interpretación ni por su guión ni por su fotografia. De veras, lo único "novedoso" en esta película para tener un 7,0 de media es su carga ideológica. Leni Riefenstahl también rodaba cintas con una evidente carga ideológica y propagandística, que solo gustaban a los defensores de las mismas, pero, al menos en lo escenográfico, tenía un talento que en ningún momento muestra Fennel en esta cinta.

En resumidas cuentas, si disfrutas del cine planfletario femimarxista, eres votante de Podemos, podemas o podemes en cualquiera de sus multiples evoluciones y empleas habitualmente términos como "empoderamiento", "justisia sosiáh", "White Washing", "mas explaining", "man spreading", "visibilidad" y demás anglicismos o adaptaciones de los mismos ésta puede ser una gran película para tí, de hecho te ofenderá que haya gente que la catalogue como una película floja o directamente de bodrio hembrista y panfletario.

Si para tí el cine es mucho más que lo que el spin doctor de turno decide que es correcto como doctrina y corriente de moda ("mainstream" para los "progrennials" actuales) o no compartes los postulados "feministas" orgánicos esta película no aportará mucho para tí, al menos no más que cualquier death wish Bronsoniano.

Esperemos que esta crítica sea publicada íntegramente, habida cuenta de la cantidad de criticas con la misma carga ideológica o incluso superior en sentido inverso que se pueden apreciar. Doy por sentado que las criticas no se publican o censuran en función del sesgo ideológico de las mismas.

Un saludo a todos, todas y todes.

Esta película es un insulto a la inteligencia del espectador, no tanto por su nominación a mejor película que solo obedece a que es un panfleto político del Hollywood actual sino más por su elaboración, totalmente preocupada de cumplir con todas las correcciones políticas por encima de la búsqueda de calidad.

Empezando con un guion demasiado previsible (incluso en sus giros), tanto que podría considerarse adecuada para que antena 3 la pusiese un sábado por la tarde, siendo generosos. La estrechez de miras a la hora de escribir semejante ordalía, hace que todas las situaciones se vean forzadas y queden en un término medio de discurso serio y humor negro. No convence ninguna de sus premisas ya que para considerar serio su discurso debería cargarse de razones menos maniqueas y más reales, y el supuesto humor ni está ni se le espera.

Como thriller de venganza puede funcionar en algún momento, pero no ceja en su empeño de caer en el ridículo y la previsibilidad en cuando ves de qué va el panfleto.

Los actores secundarios jamás han tenido un trabajo más fácil ya que no han necesitado el más mínimo matiz, simplemente exagerar su estereotipo y a correr.

Carey Mulligan está recibiendo muchas críticas positivas, algo que me sorprende. Si bien es cierto que por una parte es ella (y solo ella) quien lleva más o menos de forma digna el peso de la película, por otra parte ocurre algo parecido con los secundarios. Aunque es un personaje menos plano, se pasa la película alternando entre rictus de loca triste con sed de sangre y muchacha enamoradiza. No cuadra, hace lo que puede, pero el guion no da para más.

Vivimos en una sociedad tan adoctrinada e infantilizada -el cine "usano" tiene gran culpa de ello- que no se da cuenta de la falta de lógica y las incoherencias en las que suele caer.

Respecto al fondo, esta película lanza a sus espectadores un mensaje peligroso; desde un discurso totalmente maniqueo, defiende la violencia y pretende cargarse un pilar del derecho tan básico como la presunción de inocencia, un retroceso legal y moral en toda regla.

¿Se imaginan una película donde todos los negros fuesen gente malvada que merece ser asesinada a sangre fría sin un juicio justo y con solo la palabra de un blanco? Seguramente fuese vilipendiada y censurada en medio mundo, pues ahora cambien la palabra negro por hombre y tendrán el infame mensaje de este filme propagandístico.

En la forma es una vulgar película de venganzas, con pretensiones y muchos colorines, en el fondo es un deplorable alegato a la superioridad moral de unas ideas rancias que creíamos superadas: que hay malos y buenos en función de alguna razón racial, sexual o religiosa.

La protagonista de “Una joven prometedora” emprende una venganza para hacer justicia a una amiga que fue violada y se quitó la vida. Su peculiar plan no pretende saldar cuentas con el violador sino con el sexo masculino en su totalidad, porque todos somos un poco culpables de aquella muerte. Tú también.

Cada noche la atractiva Carey Mulligan finge ebriedad en discotecas para dejarse atrapar por ligones incautos que creen haberla seducido. Nada más lejos de la realidad. La intención de Mulligan no es ligar con babosos sino desenmascarar sus intenciones, ridiculizar sus bajos instintos y en definitiva demostrar que todo hombre oculta un pervertido. Mulligan no mata a sus víctimas, solamente las reprende. Su única arma es una reflexión moral que lanza a su adversario como un sermón de colegio de monjas. En un mundo como el actual, dominado por el sexo, este discurso puede parecer antiguo, pero la nueva izquierda ha logrado que las viejas obviedades parezcan nuevas injusticias.

El espectador más escéptico podrá tachar de ridículo el humor negro de la película, que nunca llega a ser una comedia completa, sólo faltaría que la protagonista fuera objeto de burla. El feminismo no está para bromas así que el tono busca su lugar, como pollo sin cabeza, entre el drama, la sátira y en el peor de los casos “American Pie”.

El ministerio español de asuntos feministas que dirige Irene Montero habrá aplaudido la película con la misma alegría que Houston cuando Neil Armstrong pisó la Luna. El proyecto feminista global ha vencido y la política ha ganado su Oscar al guión original. El mundo se ha convertido en una película. Una gran ilusión fuera de la realidad.

Tengo para mí que toda denuncia social que cae en la desgracia del sensacionalismo barato transforma sus buenas intenciones iniciales en propaganda autocomplaciente hambrienta de aplauso. En esta nueva era guiada por la insignia de lo políticamente correcto vemos amplificada la voz de muchos artistas que tienen poco o nada que decir, y lo que dicen lo hacen de manera grotesca y chillona, oportunista en ocasiones, con ausencia de matices, sin talento ni verbo suficiente para recolectar la verdadera complejidad de la realidad que nos rodea.

Cassey quiere vengar la violación que sufrió su amiga cuando eran adolescentes, de ese tipo de violaciones que los agresores pretextan con el mucho alcohol, el ella lo provocó, el éramos universitarios y estábamos de fiesta. Ok. Un tema a la orden del día para el que, en mi opinión, todavía estamos muy atrasados, del que aún vemos noticias escandalosas. Por mí como si les echan ácido en los huevos.

“Una joven prometedora” ha sido una, o mejor dicho, es quizás la mayor de las grandes sorpresas en la edición este año de los “Oscars”. De entrada llama su atención el equipo de producción, una lista muy numerosa, porque si no corría el riesgo de no llevarse a cabo, siendo la mitad mujeres y apareciendo en ella desde su protagonista, Carey Mulligan, a la también actriz Margot Robbie.

Esta fusión de drama, comedia negra (demasiado negra para el “gran público”) y thriller, es el debut en el mundo del largometraje de la joven actriz Emerald Fennell, cuya nominación al mejor largometraje del año sea menos discutible que su nominación a la dirección, donde algunos y algunas si han entrado en otros premios, como Shaka King, Regina King, Spike Lee o Aaron Sorkin, eso sin contar no americanos, ya que ese cupo mínimo lo ocupa Thomas Vinterberg por “Otra ronda”, el triunfo del año.

El guion, también de Emerald Fennell, está bien elaborado, en el que aunque se conjuguen varios géneros, nunca se pierde ni lo que quiere contar ni su ritmo, esquivando falsos malabarismos que hubieran estropeado el resultado final.

Y es que, aunque a algunos parece que les suene excesivo los honores conseguidos por “Una joven prometedora” lo cierto es que, sin ser un film notable, sí es una buena película defendible, bien llevada, en ocasiones muy fresca, lo cual juega a su favor en todo momento y coherente con todo lo que cuenta y en el tono que se utiliza. Por ejemplo, desde su principio, con los títulos de crédito, de pronto, nos parecía que estuviera “homenajeando” en cierta manera a los créditos iniciales de “Laberinto de pasiones” de Almodóvar, aunque nada tengan que ver entre sí.

También hay quien ha dicho, que en esta época del “Me Too” era un título que había que reivindicar. No comparto la idea que se un cruce de “Impacto súbito” y mezclado con películas reaccionarias como las interpretadas por Charles Bronson (menos mal que a nadie por ahora se le haya ocurrido decir que también bebe de “La extraña que hay en ti”, una de las más flojas de Neil Jordan), porque no es nada de eso y mirarlo así sería de gran simpleza.

La línea seguida es muy colorista, desde la cafetería donde trabaja Cassie, su protagonista, a la casa de sus padres o los lugares que se frecuentan. No hay oscurantismos, se roza lo “naif” y estéticamente es muy agradable, además se inserta con total libertad un personaje “trans”, que además realza, como decíamos antes, su frescura, quedando patente que es un film de este nuevo siglo, así como la visión femenina, más que feminista, que el film tiene. Ese divertimento también se transmite en algunas canciones incluidas (aunque hayan temas originales que le dan una inquietud necesaria al relato) como la de Paris Hilton “Stars are Blind” o la acertada de Fletcher “Last Laugh”. Todo en ella está cuidado y bien pensado.

Por supuesto mencionar que los actores están muy bien, cumpliendo con sus cometidos, especialmente su protagonista, Carey Mulligan, que se apoya en su sorna británica, haciendo un difícil equilibrio entre el cinismo y el dramatismo, demostrando su gran versatilidad.

Buena película con la que el público masculino no debe sentir que se le ataca, sino donde se habla de ciertos varones (prefiero ese término a decir hombres). Como en su momento no debieron sentirse aludidos viendo “Thelma & Louise” o “La última seducción”, donde también Linda Fiorentino daba una lección magistral que a muchos acojonó. Lástima que por una serie de reglas estúpidas ella se viera imposibilitada a poder haber sido nominada al “Oscar”, la única mención que se le resistió.

Paso al spoiler brevemente