Curve (La curva de la muerte)

Una mujer viaja de San Francisco hasta Nevada para casarse, pero en un momento se desvía, y luego se le para la camioneta en la que se transporta, un desconocido la ayuda, y en agradecimiento, decide acercarlo, hasta que luego se da cuenta que es un psicópata, decide arriesgarse, haciendo que la camioneta vaya hacia el barranco, quedando atrapada dentro.
Película que mezcla 2 géneros, el de supervivencia, y el thriller, aunque la verdad que no lo hace muy bien.
No se entienden por qué el tipo que es un psicópata, se limita a burlarse de ella, y poco más.
Tampoco ayuda que la mitad de la película la protagonista esté sin poder moverse.
La historia no sabe tener la tensión necesaria, y se vuelve un compendio de golpes bajos de todo lo que la heroína debe pasar para sobrevivir, y recién logra cierta tensión en los minutos finales.

De esta Curve no cabía esperar mucho. A poco que uno haya visto cine y con escasos minutos de metraje ya se intuye lo que vamos a encontrar. A medio camino entre el survival de videoclub, la sobremesa de Antena 3 y un capítulo de "El último superviviente", Curve tenía pocas papeletas para que invirtiera mi tiempo en ella, pero...por algún motivo la película logró llamar mi atención.

Resumiendo: niña pija con bodorrio a la vuelta de la esquina, alguna que otra duda al respecto y un largo trayecto en carretera en el que el coche que le presta su prometido y el móvil fallan como mandan los cánones. Llega un tipo andando que pasaba por ahí a echar una mano...y el resto lo dejamos a la imaginación.

Y es que Curve no deja de ser mediocre, pero resulta memorable por una frase que lo cambia todo, la que le dice el hombre a la chica en pleno trayecto (spoiler):