The Faculty

Sé que hoy en día es muy difícil abstraerse de la infinita información con la que nos bombardean antes de ver una película (tráilers, precríticas, críticas, promos, anuncios en la televisión, etc.) y más aún si es una película que tenga ya sus añitos. No obstante, aconsejo ver “The Faculty” sin saber nada acerca de ella. ¿Por qué? Pues porque al igual que otras como por ejemplo “Abierto hasta el amanecer” contienen un giro radical en el guión y se disfrutan más si te pilla por sorpresa (la cinta amaga con ser un slasher de adolescentes o la clásica película de institutos americanos, pero evoluciona rápidamente hacia el género de la ciencia-ficción).

Ni que decir tiene que esto es cine de palomitas, cine para pasarlo bien sin darle muchas vueltas al coco. Me parece una tontería querer juzgar este filme bajo un prisma de seriedad porque adolece por completo de la misma. No sé, de acuerdo que el filme es surrealista, que no hay quien se lo crea y varias cositas más, pero es que esto no es cine del estilo de “La lista de Schindler” o “El secreto de sus ojos”, así que me parece que las críticas negativas centradas en su falta de verosimilitud están fuera de lugar de todas todas.

¿Qué te espera en “The Faculty”? Pues básicamente cine comercial destinado al mero entretenimiento. No es una propuesta novedosa ni tampoco nada que sea una genialidad, pero el caso es que está bien hecha en todas sus facetas (al menos mejor que la mayoría de las películas de adolescentes actuales). El filme está bien contado (no resulta confuso ni excesivamente simplón), bien interpretado (han reunido a un elenco de jóvenes y actores más mayores que se compenetran muy bien), el apartado técnico no está mal para su época (las escenas de acción y efectos especiales son decentes para tratarse de una cinta de los 90), los diálogos no son estúpidos (tiene un par de ellos excelentes como el de la “conspiración” de la que hablan Elijah Wood y Clea Duvall) y, por último, entretiene de lo lindo (algo que, dicho sea de paso, cada vez menos espectadores saben darle el valor real que tiene. Me parece que está muy infravalorado el hecho de que una película no sea aburrida).

Me gustó más la película durante la primera mitad de metraje (de ahí en adelante ya se desmadra un poco la cosa), pero a pesar de ello sabe mantener la tensión y el pulso narrativo es alto (salvo momentos puntuales en que decae por culpa de tanto “esnifar”). Personalmente, no me da vergüenza decir que me ha gustado este filme y que me lo he pasado bien viéndolo.

Rodriguez, ese gran director no, ¡gigante!, no me canso de sus películas, hasta de las más absurdas. Sigo abajo porque este film y esta crítica sin spoilers no es nada. Para quién no quiera ver de qué va, os diré que tiene una gran fotografía, un BSO impresionante, unos grandes actores, mucho humor negro, tensión y una mezcla hilarante de géneros que no os dejará indiferente.

Lamentable, sí, lamentable es que haya alguien que pretenda tomársela en serio, porque esta película está realizada por encima de todo para divertir y provocar la risa fácil del espectador, obteniendo tal resultado, que no es poco.
El reparto es estupendo y nos encontramos con todo un inquietante profesorado compuesto por magníficos actores como Piper Laurie, Bebe Neuwirth, Robert Patrick o Salma Hayek, y unos conocidos alumnos que saben estar perfectamente a la altura de las circunstancias.
Lo peor: que abusa de los clichés y estereotipos de la típica peli de instituto -lo que la hace aún si cabe más divertida- y que la forma de acabar con los alienígenas podían habérselo currado un poco más porque eso de que terminen con ellos a base de polvos de cafeína insertados en los recambios de bolígrafos bic, resulta cuanto menos grotesco y desatinado, especialmente si escuchamos la “magistral lección” del fabricante de estas drogas en su laboratorio particular y la “inteligentísima” disquisición de la rebelde del grupo que constituyen un insulto al raciocinio del espectador medio.
Lo mejor: los diez primeros minutos del film; el reparto; una trama que engancha y divierte; y los efectos especiales.

Bueno, vamos a pasar lista: tenemos al típico estudiante pardillo con un rico mundo interior, pero que es el objetivo de las bromas de todos los enrollados del instituto; tenemos a los admirados miembros del equipo de fútbol, con el "quaterback" a la cabeza; tenemos a la nueva estudiante rara que deambula por allí intentando no llamar la atención hasta el día en que se le cruzan los cables y se lleva la escopeta a clase; tenemos a las típicas animadoras de caderas amplias y mentes estrechas; tenemos al rebelde sin causa, inteligente aunque pase de todo, que desprecia por igual a profesores y alumnos, dado que él está muy por encima; tenemos al machote integral que, como en los marines no daba la talla, decidió hacerse entrenador y putear a unos cuantos chavales, al tiempo que le daba salida a su testosterona. ¿Falta alguien? Pues metamos alguna profesora buenorra, una férrea directora y algún que otro miembro del claustro de esos amargados o de la vieja escuela.

Y con esos mimbres, el Kevin Williamson, que la noche antes se había visto "La Cosa" y "La invasión de los ladrones de cuerpos", decidió marcarse uno de sus cacareados guiones, de esos que más que lagunas tienen océanos, confiando en que el público objetivo le dé más importancia a la banda sonora y a los efectos que a la historia.

En fin, cine palomitero sin mayores aspiraciones, que, al menos, eso sí, entretiene.

Offspring sonando, una buena dosis de testosterona en forma de insultos saliendo por la boca de un magnífico Robert Patrick y uno de esos epílogos tan típicos del cine de terror. En efecto, eran los 90. Y Robert Rodríguez, cuya participación en esa década dejó joyas como Abierto hasta el amanecer o Desperado, volvía al cine de terror apenas tres años después de su primera incursión para firmar esta incomprendida película.

Con una tanda de arquetípicas presentaciones arrancaba The Faculty, una de esas entrañables producciones que tomaba por bandera la premisa inicial de un grupo de jóvenes envueltos en una situación terrorífica puesta en liza por Scream (que ni siquiera era lo que pretendía) y sobreexplotada a más no poder (Leyenda urbana, Sé lo que hicistéis el último verano…), pero que aquí lo lograba con la frescura y el humor necesarios como para no ser despreciada como en su día lo fue.

Cierto es que en gran parte no deja de ser un corta y pega que bebe de cuantiosas fuentes a las que el género debe tantísimo, pero tanto como que sabe confabular situaciones de esas que sólo el genio de Kevin Williamson pluma en mano podría manejar tan bien, y es que esa velada invasión que va asolando el instituto mientras conocemos más y mejor a sus protagonistas deja perlas realmente suculentas como esa persecución nocturna o el momento en que Casey y Delilah asisten al ataque a la doctora Harper.

Además de ello, Rodriguez sabe reformular las claves del género y hacer que una invasión soterrada a la vieja usanza en un instituto de la High School no caiga en el ridículo, manteniendo ese tono juvenil sin necesidad de llevar a extremos verdaderamente preocupantes estereotipos que, sí, son identificables, pero no resultan ningún lastre ni cuando se unen para combatir a unos alienígenas que no se cortan un pelo, y a los que unos intérpretes realmente memorables como el ya citado Patrick, una genial Piper Laurie y Famke Janssen, que deja varias secuencias para el recuerdo (en especial, las que comparte con Josh Hartnett), hacen más cabrones que nunca.

Los detalles que van quedando a lo largo del film son otra de las notas positivas de The Faculty, que sabe introducirlos con maña y hacer que con un par de pespuntes conozcamos la vulnerabilidad de esos alienígenas y qué les ayuda a subsistir en la Tierra. Vamos, que no esconde las cartas Williamson, y ofrece apuntes que no hacen más que redondear un universo propio tratado con maña e incluso pasión por otro cine.

Porque más allá de ciertos guiños, del que debo destacar el momento de las drogas en el laboratorio de Hartnett, que al contrario que sucedía en La cosa (a la que alude directamente), lejos de intentar incrementar la tensión, la rebaja acorde con el contexto, se puede hablar de esa pasión al existir una magnífica perspectiva que la acerca a vertientes mucho menos juveniles de lo que podría parecer en un principio, y es que escenazas como la del arranque o la de la conclusión en la piscina remiten a un terror mucho más cercano a otros esquemas no tan modernos, realizando así una mixtura verdaderamente interesante dentro del propio género.

Unos efectos especiales que se adecuaban perfectamente a una propuesta realmente adictiva, ofrecen el broche necesario a The Faculty, una de esas pequeñas obras del género que bien merece un revisionado de tanto en tanto, ya sea por la pericia del guión de Williamson, por el toque siempre gamberro de Rodríguez o por algunos de los personajes más inquietantes y canallas del cine de este hombre. A rescatar.


Crítica para http://cinemaadhoc.info
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