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Rep. Dominicana Tori y Lokita
1.355
Drama
En la Bélgica actual, un niño y una chica adolescente que llegaron solos de África enfrentan su invencible amistad contra las difíciles condiciones de su exilio. (FILMAFFINITY)
13 de noviembre de 2022
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Lokita, una adolescente africana, trata de que las autoridades belgas le den los papeles, pero éstas ponen en duda que ella sea, como asegura, hermana de Tori, un niño también africano, compañero de su mismo centro de menores, y que sí que tiene la documentación en regla.
¿POR QUÉ LA ELEGÍ?
No por su título, desde luego, que me parece sumamente desacertado (aunque veo que, por una vez, la cagada no se debe a la traducción comercial al castellano, sino que proviene de la elección original). Mi decisión de no perderme este estreno vino cuando me informé sobre de qué iba la vaina, y descubrí que estaba ante la nueva película de los Dardenne. No había más que hablar.
DESDE MI PUNTO DE VISTA
Los hermanos Dardenne tienen un historial que les retrata perfectamente. De su ya longeva filmografía, había visto cuatro muescas: ‘El hijo’, ‘Dos días, una noche’, ‘La chica desconocida’ y ‘El joven Ahmed’. Aunque unas me llenaron más que otras (sin duda, ‘La chica desconocida’ me parece su culmen), todas sus obras están cortadas por el mismo patrón, de un cine social, de denuncia de distintas opresiones, siempre narrado de forma sobria, sin adornos ni edulcorantes.
En esta ocasión, tienen la desfachatez de convertir en héroes protagonistas de su epopeya a dos menas, como tantos y tantos de los que nos están invadiendo, oscureciendo el tono medio de piel de esta Europa que, salvo honrosas excepciones como la “bien resuelta” de la valla de Melilla, asiste impávida a la flagrante estrategia del gran reemplazo que va camino de acabar con la civilización cristiana y blanca que ha habitado desde siempre el viejo mundo, como dios manda.
Ya en la primera secuencia de la película comprobamos cómo se las gastan estos pérfidos niños invasores. Lokita queda en evidencia ante las atentas funcionarias belgas que la entrevistan; es evidente que eso de que es hermana del tal Tori es una falacia, una de tantas que utilizan para aparentar ser víctimas desvalidas, cuando en realidad son lobos con piel de cordero. Afortunadamente, las seguratas que salvaguardan la pureza de nuestra ciudadanía descubren la jugarreta, y le niegan a la mentirosa adolescente los papeles con los que podría tener una vida legal y corriente en suelo belga.
Lokita, una adolescente africana, trata de que las autoridades belgas le den los papeles, pero éstas ponen en duda que ella sea, como asegura, hermana de Tori, un niño también africano, compañero de su mismo centro de menores, y que sí que tiene la documentación en regla.
¿POR QUÉ LA ELEGÍ?
No por su título, desde luego, que me parece sumamente desacertado (aunque veo que, por una vez, la cagada no se debe a la traducción comercial al castellano, sino que proviene de la elección original). Mi decisión de no perderme este estreno vino cuando me informé sobre de qué iba la vaina, y descubrí que estaba ante la nueva película de los Dardenne. No había más que hablar.
DESDE MI PUNTO DE VISTA
Los hermanos Dardenne tienen un historial que les retrata perfectamente. De su ya longeva filmografía, había visto cuatro muescas: ‘El hijo’, ‘Dos días, una noche’, ‘La chica desconocida’ y ‘El joven Ahmed’. Aunque unas me llenaron más que otras (sin duda, ‘La chica desconocida’ me parece su culmen), todas sus obras están cortadas por el mismo patrón, de un cine social, de denuncia de distintas opresiones, siempre narrado de forma sobria, sin adornos ni edulcorantes.
En esta ocasión, tienen la desfachatez de convertir en héroes protagonistas de su epopeya a dos menas, como tantos y tantos de los que nos están invadiendo, oscureciendo el tono medio de piel de esta Europa que, salvo honrosas excepciones como la “bien resuelta” de la valla de Melilla, asiste impávida a la flagrante estrategia del gran reemplazo que va camino de acabar con la civilización cristiana y blanca que ha habitado desde siempre el viejo mundo, como dios manda.
Ya en la primera secuencia de la película comprobamos cómo se las gastan estos pérfidos niños invasores. Lokita queda en evidencia ante las atentas funcionarias belgas que la entrevistan; es evidente que eso de que es hermana del tal Tori es una falacia, una de tantas que utilizan para aparentar ser víctimas desvalidas, cuando en realidad son lobos con piel de cordero. Afortunadamente, las seguratas que salvaguardan la pureza de nuestra ciudadanía descubren la jugarreta, y le niegan a la mentirosa adolescente los papeles con los que podría tener una vida legal y corriente en suelo belga.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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