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El extraordinario viaje de T.S. Spivet

Aventuras. Comedia T. S. Spivet, un niño de diez años, vive en una granja de Montana (Estados Unidos) con su madre, una mujer obsesionada por los escarabajos, su padre y su hermana, que aspira a ser Miss América. Spivet ha ido desarrollando un talento innato para la cartografía y los inventos. Un día, recibe la noticia de que el museo Smithsonian le ha concedido el prestigioso Premio Baird por la invención de la máquina del movimiento perpetuo. Lo invitan ... [+]
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
21 de julio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que hubiera pasado una eternidad desde que medio mundo nos dejamos engatusar por esa joven dulzona y extraña llamada AMELIE. Pero no, sólo han pasado 13 años. Curioso.

Curioso porque es como si hubiéramos convivido con ella toda la vida. Como esa vecinita que nos traía a todos locos de pequeños y que después de los años te vuelves a encontrar llena de arrugas, el pelo cano y unos kilos de más. Y piensas, "Pero si no es tan mayor"
Efectivamente. Hay gente que envejece mejor que otra. Amelie tuvo una juventud gloriosa, pero envejeció sin pasar por la madurez.

La madurez perdida de Amelie lleva buscándola su director Jean-Pierre Jeunet desde entonces, sin encontrarla. Claro que, por otro lado, un niño travieso e inventivo como Jeunet nunca podrá, ni deberá alcanzar ese estado tranquilo y tedioso en que la mayoría de los mortales ansía vivir.

Eso es lo que le pasa a T.S. Spivet. Es un niño ingenioso, extraño y encantador al que no se le puede pedir nada más que sea como es.

Este "Extraordinario viaje" a que nos invita Jeunet es, como suele ocurrir en este tipo de películas, tanto físico como emocional. Y si bien ninguno de los dos nos deja totalmente satisfechos, si gozan de suficiente entrañabilidad como para hacerse un hueco en nuestra memoria.

No voy a desvelar nada del argumento de esta entrañable historia, salvo su excusa argumental: un niño de 10 años, que vive en un rancho de montana con su padre, su madre y su hermana, inventa una máquina de movimiento perpétuo. El Instituto Smithsonian de Whasington le concede un prestigioso premio por dicho invento, y el niño se escapa para ir a recogerlo, recorriendo medio país. Ahí empieza el viaje...el físico.

Como aliados para narrarnos su personal viaje, Jeunet cuenta, sobre todo, con un debutante Kyle Catlett,un niño de esos que llena la pantalla y que lejos de empalagar, crea un personaje tierno, humano, frágil y verosímil.

A su lado Helena Bonham Carter, lejos del exceso, nos ofrece otra lección de interpretación, dejando el protagonismo a quien lo tiene.

Callum Keith cumple, como de costumbre, en la piel de su padre, un ranchero parco en palabras y demostraciones afectivas.

Sólo el personaje de Judy Davis resulta demasiado caricaturesco, sobre todo en el tramo final de la película, y el inevitable , Dominique Pinon , metido con calzador, ralentiza y alarga en exceso, sin motivo ni sentido la parte central.

Tenemos pues ya nuestro viaje físico, y gracias a estos grandes actores, nos dejamos arrastrar a ese otro viaje mucho más interesante que es el emocional, el viaje redentor, el de descubrimiento personal, el del perdón, el de la culpa, el de la aceptación...el que triunfa sobre todo lo demás. A pesar del exceso de almíbar, incluso de cursilería, en alguna de sus escalas. Exceso, por otra parte, buscado e intencionado, aunque no siempre justificado.

El Viaje de T. S. Spivet tiene la dulzura, el encanto y el empalago de Amelie, pero en una dosis que si bien sorprende menos, agrada más. Tiene su magia, pero en un mundo real. Tiene menos histrionismo y más historia. Tiene menos ambición, pero sí, también más madurez.

Es un viaje que resulta visualmente agradable, original y con el sello inconfundible de Jeunet, pero mejor dosificado.

Sólo en su tramo central llega a aburrir (tampoco por mucho tiempo), pero no por sus excesos estilísticos vacíos, sino por una narrativa un poco torpe y errática que no sabe, ni sabemos, a dónde nos quiere llevar. Posiblemente una de las principales carencias de este director que no acaba de encontrar aún el equilibrio narrativo, aunque empieza a acercarse.

Superado este bache, la película despega con todo su armamento, revela sus verdaderas intenciones y es cuando nos conmueve y emociona. Cuando nos convence y cuando nos enamora, aunque sea por un momento.

Podríamos decir que Jeunet ha dejado de ser un interesante medio director y ya casi es un director completo. Quizás sólo necesite un par de cursillos acelerados de narración cinematográfica, y la madurez suficiente para que las formas acompañen al contenido, sin aplastarlo, y a la vez sin perder su frescura y su personalidad.

En esta ocasión ha estado a punto de conseguirlo, y de hecho, lo ha conseguido en la mayor parte de la película. Amelie está madurando, aunque haya tenido que convertirse en un niño de 10 años para conseguirlo.

PD: para quienes tengáis la oportunidad de verla en 3D, no lo dudéis.
piensaencines
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5 de julio de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No deja de ser un niño en una gran aventura de añorada meta que busca cariño y comprensión, ternura y atención, dejar de sentirse aislado y no querido para pasar a ser amado y cuya ausencia provoca el despertar de la estima, la búsqueda y encuentro de lo más deseado, el abrazo de una insustituible madre y la segura protección del caballito en la espalda de un padre que te devuelva la sonrisa y te haga único al llevar su sombrero de cowboy; abandonar la melancolía y tristeza interior de la soledad y la culpa recíproca y abrirse a la alegría y amor de una familia peculiar y dispar pero unida por el gran misterio de su cordón umbilical a pesar de su gran variedad. La presentación es fantástica, deliciosa excentricidad llena de impactante colorido que atrapa tus ojos cual estrambótico binocular en el cual la mirada debe ser ralentizada y enfocada, la vista precisa y concentrada para apreciar y degustar la belleza y espectacularidad de un formato de cuento, fábula exquisita en la narración cognoscible del interior de un cerebro superdotado cuyo espíritu es anhelo indiscutible de dulzura y afecto, de sensibilidad y pasión, descubrimiento de unas emociones afines a un niño incomprendido que siente la amargura de una inolvidable pérdida, la añoranza de un volver a ser, la imperiosa necesidad de un deseoso querer estar. La historia es más afectiva y sensible que anteriores trabajos de Jean-Pierre Jeunet aunque menos motivante y seductora pasada la impactante novedad inicial pero sigue contando con una cautividad de todos tus sentidos que es fiel y devoto toque característico de la imaginación y fantasía para la narrativa visual de esta directora. Se trata de valorar cada paso, devorar cada escena con la grandeza del espíritu inocente de un pequeño que permanece inmóvil y paralizado ante la pantalla por la exquisitez de lo visto, por el deslumbre de lo expuesto y la magnificencia de una historia resultona y llevadera de verborrea electrizante y estética hipnótica que vive y se mantiene por su querida y sabia combinación de elementos que forman un cuadro único y exclusivo expuesto con enorme gracia y elegante presencia, finura delicada de estimable sutileza en su escondida comicidad, en su exigencia personal, en su grata bienvenida, en la vivencia de un calor oculto y escondido de miradas que buscan rapidez e inmediatez, facilidad y entretenimiento superficial pero notorio y estimado para pacientes de sabia espera, lectura inteligente y exclusividad marcada; no apta para todos los públicos porque allí donde otros verán aburrimiento-tontería-pesadez otros apreciarán la inmensidad de una sonrisa encantadora, la rareza de una incomprensible comodidad, la severidad del gusto atípico, el curioso estado jovial y alegre que aparece sin apenas esfuerzo pero con veredicto firme para proclamar el registro de una vivencia poco común, deliciosa extrañeza de repetido deseo. No es un cómic delirante, no es un héroe común, es un relato diferente de hilarante impresión e inolvidable recuerdo.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
lourdes lulu lou
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7 de mayo de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cargada de luminosidad, de fuerza; y rescatando el espíritu del lejano oeste. Un padre rudo y varonil, frente a una madre intelectual, con poco en común entre ambos, pero que pese a todo funcionan como una pareja inquebrantable, donde sus hijos, al parecer actúan como catalizador del relato.

Una hermosa historia acompaña a T.S. Spivet, el niño prodigio que a través de su mirada, recorre todo su pequeño mundo, diciéndonos cómo es, o la manera en que lo percibe, pero al tiemp dejando abierta la posibilidad de entender que también existen otras lecturas, cercanas, si permanecemos atentos a lo que se relata.
LEUGIM
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19 de junio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Pierre Jeunet es un director muy peculiar. Sus películas no se sostinen sobre una historia, sino sobre unos personajes. Pero lo realmente sorprendente es que los personajes que sostienen las películas de Jeunet son meras caricaturas y son, por tanto, bastante planos.

Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos, Amelie, Micmacs son trabajos interesantes (para muchos son geniales) que siguen esta pauta. La mayor parte del meraje está dedicada a las excentricidades de sus protagonistas y de los personajes que los secundan. Son films de detalles, de chispazos, de momentos geniales e imaginativos, pero también de un cierto caos y de un propósito poco claro.

Visualmente, todas ellas son bellísimas, utilizan encuadres muy muy trabajados y originales, pero al menos a mí no logran ni emocionarme ni transmitirme lo suficiente.

El extraordinario viaje de TS Spivet responde a la misma fórmula. Jeunet se translada de Francia a una granja de Montana, Estados Unidos. Sin embargo, su universo sigue siendo el mismo: amable a pesar de los conflictos, luminoso y colorista, donde se mezcla el aire retro y moderno. Un mundo plagado de personajes extravagantes y simpáticos, como si de un plácido cuento para adultos se tratara. En esto recuerda al cine de Wes Anderson, aunque para mí un escalón por debajo.

La película es sencilla, y consume demasiados minutos examinando pequeños detalles de los personajes, mientras que los conflictos principales se cierran de manera estrafalaria y no del todo convincente.

Repito que El extraordinario viaje de TS Spivet no es una mala película, pero no logró cautivarme como sí hizo la infravalorada Largo domingo de noviezgo, para mí la mejor película del director hasta la fecha.

El Cine en la Sombra
http://www.elcineenlasombra.com/
ArturoGMaiso
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14 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jean-Pierre Jeunet lleva ya muchos años en esto del cine, ha ganado un merecido prestigio gracias a su trabajo, su sello es inconfundible y su originalidad está fuera de toda duda, su cine es una mezcla de realidad con fantasía, visiones adultas convertidas en fábulas, Delicatessen (1991), La ciudad de los niños perdidos (1995) o Amelie (2001) son algunos sus títulos, quizás lo más sonados, sin olvidarnos de su incursión en el cine más taquillero con Alien resurrección (1997).
El extraordinario viaje de T.S. Spivet sigue bebiendo visualmente de esa marca de la casa que tanto le caracteriza y que alcanzó su máxima plenitud con la galardonada Amelie, pero en este film solo son pequeñas bocanadas visuales, bien ilustradas durante todo el metraje, pero algo más cautas. El perfil narrativo sigue teniendo su distintivo, su marca, una especie de cuento quimérico para todos los públicos pero sólo para un público, ¿qué quiero decir con esto? Pues es algo muy sencillo, la película vive de esa ingenuidad que suelen transportar consigo todos los cuentos de hadas, pero en ocasiones, cargados con ciertas alegorías que pueden aburrir o confundir al público más joven.

Argumentalmente peca de insipidez, Kyle Catlett tiene esa cara de niño superdotado y da el perfil de chico que vive en su propio mundo en ocasiones al margen de su círculo más cercano, aunque le falta algo de expresividad o emotividad, a la historia le faltan algunos esos matices que hace que su visionado sea más atractivo, le falta ese toque de humor que tan buenos resultados dio en trabajos anteriores, le faltan puntos de brillantez y el desarrollo en ocasiones resulta algo tedioso, quizás sea por un exceso de cursilería.

Me ha gustado el papel de Helena Bonham Carter, su personaje me ha parecido el más interesante de todos, en una historia en el que los adultos son tan niños como adultos y los niños son tan adultos como los propios adultos, hay un escopetazo de brillantez en esa espiral de comportamientos, los padres en ocasiones no terminan de resolver sus problemas y actúan como niños, el enfoque que le dan a ciertas situaciones de la vida se aleja de la realidad la realidad de ellos se convierte en un cuento para niños. Por el contrario los niños son más conscientes de ciertas realidades y ponen las herramientas necesarias para resolver los conflictos que pueden generarse en el día a día.

Realmente si el director no fuera Jean-Pierre Jeunet el resultado a nivel de satisfacción hubiera sido diferente, pero, cuanto más grande eres mayores son las expectativas y el resultado aunque aceptable no ha llegado a cubrir lo esperado.

http://www.filmadictos.com/el-extraordinario-viaje-de-t-s-spivet/
PeterQ
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