Europa, Europa

Esta es la historia increíble y real de un joven judío alemán llamado Solomon Perel nacido en 1925. Debido a la conjunción de varias circunstancias se hace pasar por ario, es visto por el régimen como un héroe y como recompensa es enviado a una escuela de élite de las juventudes hitlerianas, allí deberá desempeñar hasta el final de la guerra su papel de perfecto pequeño nazi.

Una lúcida metáfora acerca del estado de confusión que reinó a lo largo de los años que duró la II Guerra Mundial; unos años dominados por la sinrazón y el sinsentido, en los que cualquier persona quedaba anulada en función de unos ideales autoimpuestos que no dejaban sino entrever la fragilidad de unas doctrinas forjadas a golpe de manipulación. Asistimos a un ejercicio de fingimiento en clave picaresca a través de un largo y doloroso camino por las entrañas de un continente herido de muerte, odio y horror, la simulación, las mentiras de un muchacho que debe aprender a esconderse de sí mismo si no quiere que descubran su secreto, es el germen que utiliza la directora para iniciar un mecanismo narrativo que se sustenta en una mentira que se va enroscando sobre sí misma a lo largo de diferentes episodios en los que practica multitud de géneros perfectamente engarzados (drama, romance, guerra, comedia, terror…). Sin embargo, hay un peso que no desaparece a lo largo de toda la cinta: el miedo; miedo a que, cualquiera de los enemigos, descubra ese secreto de Solomon que tan sólo el espectador conoce, eso hace que haya en todo momento una tensión que llena de sensación de ahogo el relato, añadida a la soledad y el desamparo del personaje.

Una película con un ritmo pausado, pero que mantiene el interés del espectador en todo momento, y lo consigue a través de un guión modélico que dosifica hábilmente drama, acción y toques de comedia. Un film más oscuro, más grave de lo que parece, revestido de una negra y amarga ironía, una mirada sobre el miedo, sobre la culpa, sobre la impotencia, sobre la pérdida definitiva de la inocencia. Una descarnada visión de una época, del alma humana, del absurdo de dos sistemas totalitarios, una película rica en matices y que sin ser netamente bélica, resulta imprescindible para comprender la Europa de la II GM, unos años dominados por la sinrazón y el sinsentido, en los que cualquier persona quedaba anulada en función de unos ideales autoimpuestos que no dejaban sino entrever la fragilidad de unas doctrinas forjadas a golpe de manipulación.

Europa Europa narra la juventud del judío alemán Salomón Perel durante la 2ª Guerra Mundial y las circunstancias que le llevan a pertenecer a las filas nazis. Su familia se ve obligada a huir a Polonia por culpa de la presión ciudadana contra los judíos y, una vez allí, tras la invasión nazi de Polonia, los dos hermanos más jóvenes (Salomón Perel el más pequeño) son obligados por su familia a viajar hacia el este, al encuentro de los comunistas de Stalin. Las circunstancias, de nuevo, separan a Salomón de su hermano mayor, llevándole a ser educado en los postulados comunistas en un orfanato, hasta que Hitler rompe su pacto de no agresión a los países bajo dominio de Stalin.

Es, a partir de aquí, cuando la película narra las vicisitudes del judío en las filas nazis tras ser capturado. La maquinaria nazi cae en la mayor contradicción posible a sus principios, residiendo aquí lo maravilloso de la película y, también, lo más duro: un judío perfectamente integrado entre arios y que, cada vez, soporta menos la presión de su soledad y aislamiento, debido a su secreto.

Se trata de una historia muy bien llevada que engancha y que consigue la plena identificación con el personaje principal, una interpretación con muchos matices. La película es emotiva en muchos momentos pero también tiene remansos de un fino sentido del humor. Aparte, merecen especial mención, la ambientación de la época, una excelente fotografía y una banda sonora muy conseguida y emocionante.

Hemos escuchado hasta la saciedad que la realidad supera a la ficción. La vida de Solomon Perel es un ejemplo incontestable de esta manida proposición. Unos conocimientos básicos de Historia nos ayudarán a comprender mejor la tristemente irónica adolescencia de Solomon. Europa, Europa (Europa, Europa 1990) narra el extraordinario periplo de este joven judío alemán. "Solly" huyó de los nazis. Su destino sería la Polonia invadida por la Unión Soviética. Se formó en un Komsomol, pero la guerra y su instinto de supervivencia le convirtieron en un aclamado héroe nacionalsocialista. Una montaña rusa en la que el caprichoso azar nos muestra el aspecto más odioso de esta Europa de la que formamos parte. La cinta de la directora polaca Agnieszka Holland narra de forma liviana, pero sincera, aquellos terribles días en que los que la inquina inherente al racismo latía en el corazón del viejo continente. 7/10

Una buena historia, con un ritmo continuo, sobre la vida de un niño y su huida en la guerra, sin su familia, pasando de un bando a otro..., sin necesidad de grandes presupuestos, ni de recurrir a batallas o a la violencia gratuita, se consigue contar una historia con total realidad de hechos contrastados, veraces, sobre todo la ambientación de la escuela nazi para conocer cómo se lava el cerebro a los jóvenes; o las medidas del cráneo para reconocer que niños son alemanes, tratado con ironía y sarcasmo... todo ello con grandes sensaciones, que se transmiten fácilmente al ser contadas con humildad, sin rodeos, sin adornos baratos...
Altamente aconsejable a todos aquellos que, como yo, ignoramos lo que ocurrió en la mayor catástrofe de la humanidad.

Holland es un directora polaca que se decidió hacer su carrera en el extranjero, con esta película se ganó la crítica internacional y con ella las puertas a Hollywood.

Europa Europa representa el reconocimiento de Holland en el mundo del cine como una buen directora que sabe hacer grandes historias.

En mi opinión es una directora que sabe hacer buen cine pero no películas impecables; en planteamiento de sus temas ya da algún problema que otro y siempre será centro de críticas.
El tercer milagro, Europa Europa o Copying Beethoven son el ejemplo de un cine un poco peculiar pero siempre correcto y entretenido.

Esta película está basada en la historia de un pobre joven que tuvo que pasar por todo para poder sobrevivir, que pone en evidencia la ignorancia de todo enfrentamiento bélico y sobre todo la de Hitler y Stalin pero en como se hacían las cosas.

No hay nada que añadir para esta temática, nada que no se haya dicho antes ni se haya escrito pero Holland aborda el tema desde la experiencia de un judío que tuvo que fingir para poder sobrevivir.
Qué importa si uno es judío o comunista, cristiano o bolchevique, lo más importante es la vida de cada ser humano.

La película está dirigida de una manera muy correcta, tiene algún que otro fallo de decoración, guión u otras pequeñeces pero la historia está muy bien contada y uno es capaz de entender la historia y de poder profundizar en ella y poder ir más allá.

Una buena película que hasta hoy es bien recordada y está en lista de esas películas sobre el holocausto judío.