Big Man Japan

Rodada como un falso documental en el que se nos presenta la vida de este hombre a través de entrevistas a él, a su agente, a su ex-mujer, a su hija, a gente anónima, etc... podría parecer una bizarrísima película del género kaiju (monstruos gigantes) pero está más cerca del drama que de otra cosa.

La peli es muy aburrida pero es que los monstruos molan tanto y son tan imaginativos en algunos aspectos que ya casi sólo por eso merece la pena verla, pero juntando todo el tiempo en el que aparecen monstruos no llegará ni al 15% del metraje y el resto es sopor absoluto.
Si el cine japonés ya es denso de por sí, imagináos si encima pretenden emular realismo en plan documental.

Repito, no es una comedia ni una peli palomitera de monstruos, tiene una historia detrás que la convierte en un puñetero drama. Hay que ser muuuuuy receptivo y estar familiarizado con la cultura pop japonesa para pillarle el punto.

Esta claro que esta película no es apta para mentes convencionales, no le encontraran sentido a una película que obviamente tiene todo el sentido del mundo, pero un sentido muy "freak".

Como ya digo en el titulo, el film es un claro homenaje al cine bizarro nipon del tipo Godzilla, Mothra, Ultraman y un largo etc, del que los japoneses han sabido inundarse ellos mismos.

Yo desconocía la existencia de este film y de su director, un conocido humorista de éxito en japón, y hay que decir que originalidad y humor no le faltan, pero no un humor al que estamos acostumbrados, ni un humor desternillante, se trata de un humor mucho mas sutil e inteligente y todo ello detrás de una gran auto-critica de la actual sociedad japonesa.

En el film el japoneses se reconoce como lo que es, pero ademas se siente orgulloso de ello y de su historia bizarra en lo que cinematograficamente se refiere, y eso es lo mejor de todo, saber reírse de uno mismo con estilo y de esta manera demostrar inteligencia y demostrar al mundo que ellos son así y son felices. esta película es un ¡viva el freak! ¡viva lo bizarro! y que ¡viva la madre que nos pario a los japoneses!

No está mal en general. Pero la película se ve mermada por escenas demasiado frikis para mi gusto. Está interesante el planteamiento del protagonista y como la sociedad lo trata a pesar de que la socorre de vez en cuando. La relación con algunos familiares y con otros personajes también está lograda, aunque hubiera estado mejor añadir un poco más de desarrollo psicológico en algunos de estos personajes que casi pasan desapercibidos. Intenta ser comedia, pero no lo es para mí. Intenta ser drama, pero las situaciones tan absurdas impiden que la película se salga con la suya en ese aspecto, y al final no es nada. Es una concatenación de situaciones locas y frikis, especialmente el tramo final, que no arriesga demasiado y se queda a medio camino en la exposición de algunas ideas: la soledad del héroe, el uso manipulativo... Uno se queda con la sensación de que se podría haber realizado con más talento y no tanto para impresionar escena tras escena.

Se puede y se hace ver, pues la película se sigue con atención, y es original y llamativa a ratos, aunque tonta y efectista también. Mejor que cualquier americanada de superhéores.

Vamos a ser sinceros: Dai-Nipponjin es una mierda muy gorda. Su punto de partida es fantástico, para qué negarlo, una especie de falso documental que sigue la vida de un superhéroe al que el pueblo ha dado la espalda y que ahora vive como bien puede, una vida monótona, aburrida y sin sobresaltos... salvo cuando un monstruo gigante lleva a las calles japonesas y tiene que convertirse -electrocutándose los pezones- en un hombre gigante de 20 metros de alto.

Desgraciadamente todo se queda ahí, en la superficie. Durante más de una hora, se divaga de mala manera sobre la vida normal de este personaje, consiguiendo más bien que el tedio se apodere de la pantalla y que los párpados empiecen a cerrarse cada poco, precedidos de profundos bostezos que siempre son mala señal en una, a priori, original y fresca comedia.

Es únicamente en los momentos más frikis cuando la cinta de Matsumoto consigue despegar y mostrar algo de energía, que es, básicamente, cuando Daisato -el protagonista- se enfrenta a estos engendros que van desde una estrella de mar que se tira pedos, hasta un pulpo bailarín o un demonio musculado. Todo esto está, obviamente, hecho cutre de cojones, con 3D muy rancias pero que son divertidas, al menos en comparación con todo lo que hemos sufrido previamente.

Y los últimos compases, con la aparición de esa especie de Familia Ultraman -hijo incluido- consiguen levantar un poco el vuelo de lo que, hasta ese momento, había sido tedio multiplicado por cuatro con pequeños elementos arrojando algo de luz. Sin ese final tan absurdamente friki, y sin esas escenas cojonudas después de los créditos, la cinta pasaría de mi generoso cuatro a un temible uno...