Desayuno en Plutón

Una película de muy buena lógica, bien cuidada y con buen tema a mostrar (sin fijarnos en la sexualidad de los personajes y los gustos y hechos de cada uno) el cual es “¿Por qué buscar amor donde no hay?”, o simplemente “¿Por qué buscarlo?”, cuando este lo tenemos más cerca de lo que pensamos.
Con una magnífica actuación de Cillian Murphy, el personaje nos envuelve en una búsqueda continua de cariño, y un sentido inusual; que hasta cierto punto, parece inconsciente, pero que sabe más de lo que hace ver.
Las únicas manchas de esta película, sería lo largo que se hace a la mitad de esta, y que en varias escenas te quedas con algunas dudas o inquietudes de porque sucede así.
Un film no apto para los que piensan que una película con un gay es una película cómica; es mejor ir a verla con tranquilidad y sentido humano.

Jordan se vuelve a mostrar personal con una especie de cuento actualizado en el que un "niño" quiere encontrar a su madre. En realidad se trata de una búsquda de alguien dentro de sí mismo, una maduración de un ser que es tan frágil como los pajarillos que aparecen (incluso nos hablan) a lo largo de la película y sobrevive siendo diferente en un mundo adverso.
Cillian Murphy está excepcional, siempre comedido y en el punto justo sin caer en histrionismos, dibujando con total acierto un personaje que vive en un mundo de fantasía que se crea para aislarse de las heridas que le infringe la vida, y que a menudo se acerca al borde del abismo.

Es una obra con momentos cómicos, mucha ternura y cercana al desgarro algunas veces, pero equilibrada y que demuestra que el cine aún puede discurrir por otros caminos.

Neil Jordan, un maestro del cine con peculiares maneras, un tipo nada corriente. No se puede decir que pase de un género a otro con facilidad ni con ligereza, yo lo veo siempre muy interesante o excepcional, lo mismo haciendo una épica como Michael Collins que una de acción injustamente vapuleada, La extraña que hay en ti.

Desde aquella misteriosa En compañía de lobos (1984) rompió fronteras desde su Irlanda original con ansias de exhibir emociones encontradas, pasiones singulares, personajes cargados de razones o de poderosa capacidad de ensueño.

Y ahora este fascinante Desayuno en Plutón con fondo del violento conflicto Irlanda-Gran Bretaña, pero con una pátina de comedia de encanto sin espada.

Parece retomar su Juego de lágrimas de 1992, donde había mucha más violencia, pero también una historia de amor entre un hombre y una mujer que no era tal, un hombre y un travesti... planteando el conflicto de identidad sexual en una Irlanda terriblemente prejuiciosa en el juego de machos y hembras a destajo. Aquel hombre era Stephen Rea, que aquí hace una colaboración metido a saco en una secuencia bellísima que es un guiño hacia aquella película de hace 15 años. La joven preciosa que le sorprendía exhibiendo su principal diferencia sexual es un olvidado Jaye Davidson que tiene en común con Cillian Murphy una androginia inquietante, una belleza muy extraña porque siendo su comportamiento muy femenino nunca deja de ser un chico, y muy especialmente, un buen chico, un chico sin prejuicios que tanto quiere a quienes le humillan como a quienes le adoran, un chico duro para recibir los peores golpes, un chico que busca denodadamente a su madre... y para quien el sexo palpitante no es más que un elemento de su existencia, pues se trata de un ser suficientemente fuerte como para decir al mundo entero que no hace falta que le digan que le quieren, ya que todo es mucho más profundo y más encantador que lo que la realidad pueda ofrecer.

(Continúo en el spoiler por falta de espacio)

[Extracto de la conversación entre dos petirrojos]

-¿Por qué Neil Jordan siempre divide opiniones con sus películas? A mi esta me ha encantado, realmente.

-Bueno, tiene uno de los estilos más personales que hay. Lo suyo son más cuentos que historias. Convierte la imaginación de los personajes en imágenes, llena la pantalla de colorido y sin embargo lo hace contando historias que en el fondo son muy duras. Esta va de un personaje que lo pasa mal durante toda su vida pero logra superar esa frustración y encontrar siempre el lado bueno de las cosas.

-Sí, cierto. Es que me recuerda a otra peli suya...

-“The Butcher Boy”, de 1997. Ambas están basadas en novelas del escritor Patrick McCabe, y cuentan la historia de un personaje criado en la dura Irlanda rural de finales de los 60. Pero aquella era un cuento durísimo sobre la influencia que tienen sobre una persona los malos tratos, físicos y emocionales, en la infancia, y esta trata más bien de la forma en que un chaval afronta un mundo hostil con él por cómo es, y cómo nunca desiste en intentar alcanzar sus sueños...

-Y, otra vez, lo hace retratando de fondo el conflicto irlandés, claro, omnipresente en su obra. Desde “Juego de lágrimas” es un tema que ha tratado con mucha fortuna, y ayuda a crear un tamiz secundario a la historia del prota y a meter algunos de los momentos más dramáticos, con los que rompe constantemente el tono onírico que mantiene el resto de la peli.

-Claro. Y salen Liam Neeson y Stephen Rea, y Cillian Murphy está absolutamente impresionante, y la dirección artística y la fotografía son excelentes, y encima suenan un par de temas estupendos de Van Morrison. Una película espléndida, en definitiva, muy recomendable.

-Sip....oye, acaba de venir el lechero. Vamos a picotear la nata...

Una película muy curiosa y divertida al mismo tiempo, porque muestra la absurdez de muchas de las conductas humanas, que se quieren serias pero que no son más que inventos del ser humano para dar cierto sentido a su vida: el compromiso político, el activismo, la militancia en grupos de oposición, pacífica o violenta, mil y un problemas que se inventan y se magnifican para rellenar hueco en nuestras vidas.
Mientras que al protagonista sólo le importa una cosa: encontrar a su madre, y esa es verdaderamente la única tragedia humana que se merece el calificativo de serio en la película.
La odisea por la que pasa el protagonista hasta dar con el objeto de su deseo es increíble, y maravilla la fuerza y al mismo tiempo la ligereza de carácter del protagonista, su lucidez, su sentido del humor, su sarcasmo e ironía que ponen las cosas "serias" en su justo lugar.
El actor principal es una maravilla, eso sí, hace falta visionar la película en VO para apreciar mejor todos los registros de un actor tan magnífico.
El final es uno de los mejores posibles, aunque es amargo, muy amargo. Nadie gana, todos pierden, pero esta película es una excelente muestra de hasta qué punto desprovista de sentido puede ser la vida, y al mismo tiempo, qué sabia es igualmente.
Recomendable, destaca con fuerza en el pobre panorama actual de peli-bodrios.