Al final del camino

Cada uno hace con su tiempo lo que le venga en gana, faltaría plús...
Pero si tienes algo mejor que hacer, cualquier cosa incluída la siesta, no lo dudes...
Es rematadamt mala, no sé como Diego Peretti accedió a ser partícipe de semejante bodrio.
Por cierto, yo la ví en el curro, por aquello de no tener mejor cosa que hacer, y ni así se salva.
Lo único bueno que se podría comentar es el duelo de cepillos en el baño, por decir algo vamos...
Saúdos

Mala película con un guión infumable. Los actores hacen lo que pueden ante chistes fáciles y situaciones totalmente surrealistas. Le doy un 2 porque alguna peor que esta he tenido la desgracia de ver.

Siempre que voy a ver cine español intento ir sin esperarme lo peor (porque si no, ni siquiera iría), ni tampoco lo mejor para no decepcionarme cada dos por tres. Pero la verdad es que me esperaba algo mejor de lo que ví, me esperaba un tratamiento de un viaje algo más divertido o profundo a lo "Pequeña Miss Sunshine", no sé... ¿en qué estaría pensando?

Comedia previsible a más no poder, solo se hace interesante los primeros minutos. Pero la verdad es que no hay chistes divertidos, ni gags de carcajada, como mucho levantará alguna sonrisa bastante forzada. Pero este humor no lo llegué a pillar, es tan poco gracioso como el de películas como Disaster Movie, es decir, nulo. y lo más preocupante es que muchos hagan apología de este ¿humor? y lo identifiquen con el "typical spanish". Estoy totalmente de acuerdo con algunas críticas aquí expuestas: ¿Por qué el humor español tiene que ser tan estúpido?, ¿por qué se usa tanto la palabla follar?, quiero decir... no aporta nada a la historia y no hace gracia (a no ser que se sea un niño/adolescente en la edad del pavo en plena efervescencia sexual, al que le da la risa floja nada más oir la palabra follar ¿?).

Los actores dan la talla, pero desgraciadamente no tienen un guion decente con el que poder trabajar. Solo se hace medianamente soportable por los actores que los pobres hacen lo que pueden con la poca dignidad que este cine español les permite que, si antes solo trataba temas políticos, ahora se ha rendido a la tontería de la comedia sin gracia pero con el tirón de actores televisivos que llenan las salas.

Creo que no es una película que merezca la pena verla en las salas, aunque tal vez sí en la pequeña pantalla para pasar el rato.

Menos mal que siempre nos quedará Amenabar...

Lo mejor: La buena química entre Fernando Tejero y Malena Alterio
Lo peor: Este ¿humor? español...

Al igual que "El penalti más largo del mundo", esta película es un mero vehículo de lucimiento de su protagonista, Fernando Tejero, y también de Malena Alterio, que repiten unos roles totalmente calcados a los de sus ya míticos Belén y Emilio de la malograda "Aquí no hay quien viva". La química entre ambos actores es enorme y eso da buen rollo, pero esa química es lo único que destaca en este largometraje que se sustenta básicamente en el tirón mediático de la pareja protagonista.
El argumento es elemental y el desarrollo previsible, pese a lo cual parece armarse un pequeño embrollo en los últimos minutos del metraje. La historia está tachonada de muchos chistes de gracia mediana, unos pocos hilarantes y bastantes realmente chapuceros. Las interpretaciones no son lo que se dice de calidad, pero es que los personajes tampoco son shakespirianos precisamente. Digamos que se les puede aguantar, salvo cuando exageran su histrionismo, momento en el que es mejor desconectar al crítico que todos llevamos dentro.
En resumen, una película recomendada para los fans del tándem Tejero-Alterio y para todos aquellos que quieran pasar el rato con un producto al que no exigirle demasiado. A mí, por lo menos, me entretuvo.

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Más críticas en:
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Si esto es el Camino de Santiago yo soy un hamburguesa con queso. A este tío, a Olmo, al gurú del amor le propongo otros timos que puede hacer para engañar a cuatro pelagatos con 20.000 euros de sobra:

Di que van a ver Machu Picchu y enséñales una postal.

Di que vais a ver el canal de Panamá y llévalos a tu casa a ver la televisión de ese país.

Di que vais a visitar la Muralla China y llévalos a ver una pared llena de graffitis con letras chinas.

Di que vais a la luna y llévalos al bar "La luna".

Di que vais de safari y llévalos al monte de tu pueblo.

Di que os vais a las Bermudas y llèvalos a la sección de verano del Corte Inglés.

Di que vais a celebrar el carnaval en Río y los llevas a la charca de tu pueblo.

Todo esto viene a ser lo mismo que decir que vais a hacer el camino de Santiago y luego estar tres días haciendo el pijo.

Dejando a un lado mis sabios consejos, que seguramente tendrá en cuenta para futuros negocios, creo que la película daba pie a ser muuuuuuucho mejor de lo que finalmente fue. Una historia de amor, una amistad, una relación familiar o cualquier cosa con el Camino de Santiago de fondo da mucho juego y a mi me interesaría verla.

Fernando Tejero y Malena Alterio abandonan por una vez sus típicos papeles de feuchos fracasados, pero graciosetes, para adoptar los roles protagonistas de una comedia romántica donde ellos son (por increíble que parezca) los más sensatos del grupo y los únicos normales. (Qué grima da ver tan serio y tan de mala hostia a Tejero). ¡Y es que hasta son los guapos!.
De esto último no tengo nada que decir porque prefiero esto mil veces que ver a dos modelos tontainas sacados de un anuncio de Calvin klein.

Las escenas del cepillado de dientes son patéticas.

Algunas escenas que se supone que tienen que ser graciosas no lo son. Véase el ciclista omnipresente, los coreanos, el novio con la oveja...

La escena final con la pareja protagonista tirada en medio de la plaza y besándose es para poner pausa y decantarse por una de estas dos alternativas: Fingir que no has visto nada o bien fingir que no has visto nada.

Aún así, ¡aún así!, apruebo a Al final del camino con un 5 ya que, si bien en el fondo es lo mismito de siempre, intenta variar un poco en la forma y eso es digno de tener en cuenta. No se hace pesada, igual tienes que cerrar los ojos y taparte los oídos en alguna escena, pero no está del todo mal e incluso consigue entretenerte un ratillo. Además me encantan las road movies y no siempre tienes la oportunidad de verlas ambientadas en España, por sus caminos, acabando en la catedral de Santiago.

Ah! Y encima sale el hotel donde yo mismo dormí antes de visitar la catedral (incluido el restaurante donde cené). Solo por esa escena y por haber hecho que recordase aquel momento tan lejano mereció la pena ver la peli.