Pensé que iba a haber fiesta

Desconozco si la gente que opina cosas negativas de la película la vio entera, pero quizás ese es el problema. La película de Galardi es eminentemente psicológica y no es otra película sobre amoríos y divorcios, no. Lo que hace la directora es ahondar en la psicología, sobre todo de los dos personajes femeninos, la frágil actriz interpretada por Elena Anaya y la amiga más orgullosa y con férreo carácter, interpretada por Valeria Bertuccelli. El film necesita su tiempo para que la manera de ser de los personajes cale en el espectador, pero el largometraje va de menos a más claramente, como no podía ser de otra forma. El tema que trata lo han contando antes un millón de películas, pero no con esta forma ni con interpretaciones así. Verdaderamente se cuenta la historia de una amistad y se habla de valores que hoy día están en desuso, como la honestidad. Erróneamente comparada con el cine de Rohmer, la película tiene un gen nervioso, una inquietud latente, la belleza de unos cuerpos deslucida por las sombras y, sobre todo, la verdad de dos actrices y una directora.

Me gusta Elena Anaya y me gusta la sencillez pero no tanto como para estar hora y media mirándola, esperando algo de movimiento, algo de acción que despierte mi inesperada somnolencia; porque si, es muy guapa, si, es buena actriz, si, la película es cálida y agradable pero..., tanto sosiego y tranquilidad aburren al más espabilado, duermen al más despierto! Nunca una película argentina ha tenido tan poco guión, tan poca palabra, tan poca chicha y a resultado ser tan poco atractiva. Lo único que pasa, el acontecimiento que motiva toda la película es de tardanza reposada y es tan débil y flojo en su intensidad que su breve lapsus de espacio y tiempo apenas deja huella en ti. Falta de motivación por profundizar, por explorar los sentimientos mostrados, emociones bellas y bonitas que apenas son absorbidas por el espectador. Un dejar pasar la cinta, un ver evolucionar el guión que no es compensado con el resultado obtenido, con la satisfacción de un público que anhela, desea una afinidad que te mantenga en vilo esperando la venida de interesantes y atractivos acontecimientos. Delicada, bonita, suave, tenue, frágil..., todo lo que se quiera pero..., poco interesante, en exceso apacible y, más bien, aburrida. Pensé que iba a haber fiesta!!! Yo, también.

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Notable cinta llena de pausas y momentos para la reflexión, ejemplo claro de como con muy poco se pueden contar grandes historias. Muy buena interpretación de Elena Anaya, llenando la pantalla con sus silencios que a veces parecen un sin fin de posibilidades. No está mal de vez en cuando poder disfrutar de este tipo de cine, donde lo comercial y lo simple se aparcan a un lado para dar paso a momentos de reflexión y de pausas a través de la historia. Cinta muy recomendable, eso si hay que tener claro lo que se va a ver, mas que un rato de "entretenimiento" es un episodio que invita a pensar.

Con expectación vi esta película, pues incluye a dos muy buenas actrices. Pero fue un golpe ver como la película se venía abajo. No puedo entender como las actrices aceptaron hacerla con guión tan malo. Esta directora no tiene idea de lo que se conoce como tensión dramática. Su dirección de actores es muy débil. Seguramente pensó que podría hacer una película en una casa. Por que no, si Bergman lo hacía. Victoria, ideas que suenan bien en el papel no necesariamente hacen una buena película. Tu guión necesitaba mucho, mucho más trabajo. Elena, tu actuación parece unas vacaciones pagadas en Argentina. Piensa dos veces antes de aceptar un papel.