Los infieles

No está mal ver alguna película de nuestros vecinos gabachos como esta para que se nos quite un poco el complejo de inferioridad que tenemos con respecto a ellos. Nosotros tenemos nuestras “españoladas” un poquitín casposas y ellos tienen sus “franchutadas” que de vez en cuando llegan a nuestras pantallas pero que jamás deberían haberlo hecho.
La película no tiene ni una pizca de gracia, para que vamos a decir otra cosa. Es de lo más reaccionario, retrógrado, insulso y misógino que uno pueda echarse en cara. Nos presenta un montón de escenas que parecen inconexas, sin un hilo argumental definido y una serie de episodios de lo más patéticos. El presentar a los muchachotes como ligones que salen por ahí de marcha, que ligan como fieras, que se tiran a todo lo que se les pone por encima mientras que sus mujeres se creen todas sus mentiras y se quedan en casa fregando y cuidando de los críos es muy triste. Se podría haber optado por hablar de la inmadurez del hombre, de su egoísmo, de cómo no puede perdonar la infidelidad cuando él la lleva a cabo cada dos por tres, pero en vez de eso tira por el camino de la comedia bufa de sal gorda y tosca. Y lo peor es que no tiene ni pizca de gracia, sólo hay un par de gags dignos de una leve sonrisa.
El final ya es la monda, de lo peorcito que he visto.

Como un globo que se deshincha, así podríamos definir esta película francesa.

El mundo de la infidelidad (masculina), visto desde varios puntos de vista, aunque siempre con los mismos actores. Está el exitoso, el que ve su declive, al que le gustan sólo las jovencitas, al que le gustan sólo las muy maduras... y todo su manual de ingenios, mentiras, farsas, coartadas y soluciones para no ser cazados.

Empieza fuerte, muy fuerte, con la pareja de amigos, uno al que le importa dos narices su mujer y el otro que no para de ir de flor en flor y en verdad la adora, la parte más divertida de la cinta. Luego disminuye en todo, aunque los sketches recuperan parte del humor (bestia).

A mediados del filme tenemos la parte dramática, cuando dos parejas de amigos se juntan y una de las mismas acaba, camino de su coche, hablando de infidelidades, primero ajenas, pero luego, intentan sonsacarse si las hubo propias, no está mal esta parte, pero viendo el tono de la película, me parece algo inadecuado, así como el desenlace de la historia entre el ortodonista y su ex-paciente.

Recupera parte de ese tono al final, con la terapia de adictos, que me parece algo desaprovechada, aunque su final es realista a más no poder y la parte con los amigos en Las Vegas, pero el final en sí, no me gustó, demasiado a lo Sasha Baron Coen.

Los protagonistas, bien en general, aunque me gustó bastante más Gilles Lellouche que Jean Dujardin, que está bastante bien en la parte del directivo que va a convenciones.

Podía haber sido más, mucho más, si hubieran acabado a los 15 minutos, hubiera sido un divertido cortometraje.

El género comedia es la bestia negra del cine francés. Puede que su humor sea de un grupo sanguíneo incompatible o sencillamente inexportable, pero esta vez se han lucido, porque esta peli es comedia sólo a ratos, otras veces roza el drama, otras el melodrama... En fin, es esta indefinición genérica uno de los grandes fallos de una cinta que, sinceramente tiene tantos que es difícil encontrar algún acierto.
La infidelidad es un gran tema para el humor, quizás uno de los más rentables, pero como cualquier otro no funciona per se. Dos tíos adoptan varios personajes a lo largo de más de hora y media con un único objetivo: el de ponerle cuernos a sus respectivas mujeres. Si buscaban (los cuatro o cinco directores que han colaborado aquí) la comicidad en una hilazón de situaciones inconexas, o apostaron bien fuerte y perdieron (porque sólo un par a lo sumo consiguen la sonrisilla) o confiaban demasiado en el carisma de la pareja protagonista que, la verdad, lo tiene para qué negarlo, pero no existen actores que levanten algo así. Lo pretendidamente desvergonzado y transgresor es soez y sin gracia, y el final, un delirio que produce hasta cierta vergüenza ajena. Adoro el cine francés, creo que es una de las grandes industrias que sigue sin defraudar, pero ésta, es de largo la peor peli que han hecho en muuuucho tiempo.

Terminando de ver “Les Infidèles” (2012) de Emmanuelle Bercot, Fred Cavayé, Alexandre Courtès, Jean Dujardin, Michel Hazanavicius, Eric Lartigau, & Gilles Lellouche con Jean Dujardin, Gilles Lellouche, Guillaume Canet, Mathilda May, Alexandra Lamy, Sandrine Kiberlain, Aina Clotet, Isabelle Nanty, Géraldine Nakache, Manu Payet, entre otros. Comedia francesa sobre un par de hombres maduros, adictos al sexo, mostrando su promiscuidad en diferentes historias y situaciones que no tienen conexión entre sí; todos ellos son ingeniosos, honrados y cínicos, cobardes e inocentes, enternecedores y despreciables… con una gran química de amistad, donde no hará falta el placer prohibido, que tampoco es fácil; eso sí, necesitados de compañía para calmar sus deseos de carne. La historia se compone de 10 segmentos, cada uno dirigido por un director diferente, y consta de un “Prologo”, “Bernard”, “La Bonne Conscience”, “Lolita”, “Thibault”, “La Question”, “Simon”, “Les Infidèles Anonymes”, que es la mejor y más hilarante de todos, con Marie–Christine (Sandrine Kiberlain), líder de la terapia de grupo, que trata de ponerlos en el camino correcto de la fidelidad conyugal; y finalmente “Las Vegas”, dirigido por los 2 principales actores, Jean Dujardin y Gilles Lellouche. Como dato, hay un segmento de Jan Kounen, titulado “Ultimate Fucking” que fue cortado de la versión original, porque fue considerado demasiado extraño y diferente de los otros; pero está disponible en la versión ampliada de la película en DVD/Blu ray. Todos los segmentos nos muestran la vida de hombres solitarios o que no están a gusto con sus mujeres, y buscan darse una cana al aire; así como muestra la realidad oculta de muchos: Su insatisfacción en la pareja, y la necesidad de buscar otras alternativas, cayendo en la infidelidad y… por qué no, en la homosexualidad, todo se vale. Por el formato, tan disperso, es casi imposible valorarla en su conjunto, pero si diré que la primera media hora es buena, en cuando a la comedia; la hora que sigue gira más al drama soporífero, que intenta sacar la vena actoral de los protagonistas; y la última media hora, retoma la clave de humor gamberro. Del reparto, la pareja principal de actores hacen a varios personajes, por ejemplo Jean Dujardin es Fred/Olivier/François/Laurent/James; y Gilles Lellouche es Greg/Nicolas/Bernard/Antoine/Eric; pero es Manu Payet como Simon, en un pequeño papel, de ni siquiera 1 minuto completo que se traga a los 2 principales, sobre todo en la terapia de grupo. Otro dato de interés, es que la copia original, incluía una escena eliminada, donde un hombre seduce a una mujer, mientras un avión se estrella contra el World Trade Center... pero esa no es la única controversia, en París, La Autoridad Reguladora de Profesionales de La Publicidad (ARPP) ordenó quitar las carteleras provocativas, por consideradas “groseras y vulgares, con una imagen degradante de la mujer, en particular, por las disposiciones relativas al respeto de la decencia y la imagen de la persona humana en la publicidad”, incluso si se relacionan con el tema de la película, es decir, una comedia sobre el adulterio. La trastienda no acaba ahí, pues Jean Dujardin y Alexandra Lamy, se casaron cuando la película fue rodada. Dujardin dijo que el segmento que hicieron juntos, fue duro para ambos, porque realmente tenían problemas de relaciones, y se sentía incómodo actuar frente a la cámara. Sin embargo, se separaron en 2014… ¿Por qué será?
NO RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/

Es una película de argumento pobre, sobre un tema morboso (celos/infidelidad) para atraer al público en masa, pero que no sirve nada más que para echarte alguna carcajada en ciertas escenas. No sigue un guión elaborado ni lógico, y el final es imposible hacerlo más absurdo.
Esperaba mucho más de este director, que en este caso, ha querido lucrarse haciendo basura por la reputación de éxitos anteriores.