Moolaadé (Protección)

Moolaadé es la mejor película de la historia del cine. 10 sobre 10. Superior a cualquier otra. Solamente no ha sido así reconocida por ser una película africana, con una historia africana, y aquí interviene el racismo; o mejor dicho el desprecio por lo ajeno. Lo mejor de la película es el guión, perfecto, es una auténtica tragedia griega. Los actores han sido elegidos como si fueran el papel de su vida; no parece que estén actuando, sino viviendo la historia. La cámara es otro acierto, ha sido colocada de forma que no interfiere, sino que realza las actuaciones. El director ha sabido secuenciar la tensión de forma gradual hasta el final. Nada chirría, ni nada falta o sobra, cada segundo de la película es importante. Es perfecta y una obra maestra. Algún día se reconocerá

Quien se acerque a Moolaadé pensando en disfrutar del encanto de lo exótico que nos puede deparar una coproducción en la que participan cinco países africanos (más la previsible cuota francesa), podrá encontrar tipismo, paisajes deslumbrantes, imágenes coloristas, músicas de percusiones envolventes, ... pero descubrirá mucho más: una película emocionante, militante y hermosa.
O. Sembene (1923-2007) contaba más de ochenta años cuando filmó este excelente drama en el que palpita el corazón de África. A lo largo del metraje se abordan temas tan centrales como la fuerza de la tradición, la modernidad, el papel de la mujer o de la religión en las pequeñas comunidades del continente.
La trama: el enfrentamiento que divide a los habitantes de una aldea cuando cada bando invoca el respeto a una tradición en oposición a otra (moolaadé/protección, salindé/ablación), provoca una auténtica revolución encabezada por una mujer valiente y comprometida con su causa (interpretada por F. Coulibaly, otro de los motores del proyecto, cuya biografía merece la pena revisar).
En definitiva, una excelente oportunidad de disfrutar de un cine nada convencional y de una calidad excelente.

8 de abril a las 19:09 ·

- ...el Poder obviamente, como nos lo hizo notar aquel franchute, se realiza en el cuerpo de las personas -me dijo luego de terminar de ver la película el tío Gervasio.
- ...perooooo... es una película sobre la ablación de los genitales femeninos en Burkina Faso. -retruqué desde mis exiguos conocimientos...
-es mucho más qué eso... -contesto él, yo puse la cara de duda que siempre pongo cuando no lo comprendo y lo seguí escuchando.
-es también un tratado sobre la Microfísica del poder, sus instituciones, el patriarcado, su discurso, la familia, la religión, la normalización, la naturalización de la violencia -continuó...
-¿en serio?,¿tooooodo eso? -delaté mi ignorancia yo...
-¿querés verla otra vez y te la voy explicando? -con la paciencia de siempre me invitó a volver a disfrutarla…
-¡Dale! –asentí yo, y volvimos a ver esta pelí de Ousmane Sembene, el denominado padre del cine africano….

Película africana, algo bien poco común en nuestras pantallas, que se centra en la problemática de la salvajemente tradicionalista ablación, por la cual se corta a las niñas el clítoris, con lo que quedan practicamente marcadas física y psicológicamente de por vida.
Sembene sabe lo que quiere decir y lo expresa de forma correcta, para que el espectador lo entienda bien. Aplica, además, un aceptable puesta en escena y una limpieza formal de aprobado. Algo lenta en su desarrollo y en el desenlace, no obstante.