Yannick

"Peliculita" del, pero que muy especial realizador, Quentin Dupieux que, esta vez, no me ha hecho demasiada gracia (vamos, que salvo los primeros diez minutos, no me ha "molado" que digamos).

El muy particular mundo de Dupieux me suele gustar mucho, me río con sus estrafalarias historias, llenas de sentido, pero esta no me ha hecho tilín.

Es muy corta, no llega a los 65 minutos, pero hasta se le podría haber recortado unos seis o siete.

Tiene su guasa la historia, los intérpretes están fenomenal, pero no me ha convencido, dejándome una sensación de, primero decepción, pues esperaba algo más, y segundo de oportunidad perdida por haber hecho algo con más trascendencia. Y es que al final, ¿qué queda? Lo curioso del planteamiento, su puesta en escena, pero también, en mi caso, un cierto vacío. Por mi parte, muy alejada de la casi obra maestra que alguno/as crítico/a o comentaristas dicen de ella.

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Guión flojísimo. Inverosímil la veas desde el punto de vista que la veas. Ninguna situación es cómica, sino grotescas. Actuaciones malas, malas. A corto plazo, insufrible. Con más perspectiva, mejor no haberla rodado.