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Lagaan, érase una vez en la India

Musical. Romance. Drama Durante la ocupación inglesa de la India, los habitantes de una pequeña aldea se resisten a pagar el impuesto que los oficiales británicos han doblado. Ante las protestas deciden resolver el conflicto jugando un partido de cricket: si ganan los campesinos, se les exonerará de las tasas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
26 de abril de 2020
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Es una película muy agradable de ver, su duración es, sin duda, excesiva, pero se ve bien. Está llena de tópicos, es predecible y le sobra alguna canción... pero aún así es una película interesante que se disfruta sin demasiadas pretensiones.
Lo que empieza siendo una lucha contra la colonización británica se convierte en una historia de triángulo amoroso (sin desarrollar demasiado) para después pasar a ser una película puramente deportiva en la que sabes a ciencia cierta como se va a desarrollar. Está dentro de las películas "happy" de bollywood, lo que la convierte en un entretenimiento sin más desarrollo.
Dayangchi
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1 de julio de 2021
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238/38(22/06/21) Todo un soplo de aire fresco este film indio bollywoodiense del que no esperaba mucho, pues entraba en él con prejuicios, y en su devenir me ha atrapado en sus vitalistas redes. Una especie de cuento de hadas bondadoso. Escrita (inspirándose en la película “Naya Daur” de 1957 de B.R. Chopra) y dirigida por Ashutosh Gowariker, mezclando hábilmente la épica, el drama, la comedia, el clasismo de castas, la crítica social anti-imperialista, romanticismo, el musical (con el número tradicional de seis canciones para un film de Bollywood) y los deportes, con mucha fluidez narrativa ello a pesar de durar 215 minutos, me lo he tomado en dos partes, ya que además está partido en su (más o menos) mitad por una clásica ‘Intermision’. Fue en su momento la película india con mayor presupuesto costando 250 millones de rupias (5,32 millones de dólares estadounidenses), siendo un éxito de crítica en todo el mundo, siendo el tercer film en la historia en ser nominado al Oscar a Mejor Film en Lengua No Inglesa (tras “Mother India” de 1957, y “Salaam Bombay!” de 1988), perdió ante la sobrevalorada “No Man’s Land”. Además, consiguió los primeros premios de la Academia Internacional de Cine Hindú (El premio popular a la mejor película, director, guión, actor y otros, y el premio a la excelencia técnica por edición y sonido).

Ambientada en 1893, durante el período victoriano tardío del Raj británico colonial de la India. La historia gira en torno a un pequeño pueblo del centro de la India, cuyos habitantes, agobiados por los altos impuestos y varios años de sequía, se encuentran en una situación extraordinaria cuando un arrogante oficial del ejército británico los desafía a un juego de cricket, como una apuesta para evitar pagar impuestos. La narración gira en torno a esta situación mientras los aldeanos enfrentan la ardua tarea de aprender un juego que les es ajeno y jugar para obtener un resultado que cambiará el destino de su aldea.

Ello en una trama de claros efluvios al clásico relato bíblico de David vs Goliat, aquí transmutado del duelo entre unos aldeanos desarrapados vs unos arrogantes snobs imperialistas ingleses, que en el enfrentamiento escogen el arma, ósea, el cricket. Por cierto, un deporte del que desconocía sus reglas, sigo sin saberlas bien, pero la película tiene la habilidad de hacérmelo atractivo e intenso, hasta querer jugarlo (¿?).

Una historia de las clásicas de entretenimiento, donde los buenos son encantadores, y los malos lo son, sin caer sádicos, con un bonito triángulo amoroso, con personajes bien delineados en sus características, muy cálidos en sus roles, a los que el argumento ingeniosamente, da su tiempo para cada rol, con alivios cómicos graciosos, donde los números musicales no solo no estorban, sino que dan vigor inusitado con sus bailes coloristas y entusiastas, con un crescendo dramático vibrante, donde es crucial la música creada por el mito indio A. Rahman.

Todo esto expuesto con una gran ambientación, con una notable cinematografía (de Anil Mehta), en tonos ocre-terrosos, con cromatismos marcados, con tomas generales bellas, ensalzando los áridos escenarios punteados por la aldea o por hermosos palacios (se rodó en aldeas cercanas de Bhuj). Ejemplo de lo buena que es la producción es que el vistoso y preciso vestuario es creado por Bhanu Athaiya, que ganó un Oscar por su trabajo en Gandhi (1982).

Tiene de protagonista a un enérgico Aamir Khan, estrella de Bollywood, que transmite pasión y optimismo, con discursos enardecedores (como el que da para que no marginen al ‘intocable’); y la debutante en cine, pero estrella de las telenovelas indias Gracy Singh, aportando ternura y beldad; En el lado de los británicos está un divertido Paul Blackthorne, como un villano flemático, sin caer en marrullerías, al que su altivez es su peor enemigo. Rachel Shelley como la hermana del villano, entrega un dulce papel, donde sobresale su encantadora belleza.

Una cinta capaz de criticar incluso el sistema de castas hindú, algo muy estratificado, que incluso ha llegado a nuestros días, donde lo más bajo son los llamados ‘intocables’ (representado en el tímido Guran al que da vida Rajesh Vivek), que cual apestados son marginados. Aunque en su debe, como casi todo en la película tratado de modo liviano y superficial, con buenismo propio del entretenimiento que es, aunque dejando esta semilla. Muestra el imperialismo como un ente opresor y asfixiante con sus impuestos (aquí llamados Lagaan), así como la rebeldía ante la ocupación extranjera, representada sobre todo en el mastodonte Bhura (notable Raghuvir Yadav), pero no cayendo en caricaturas de vejaciones o humillaciones cruentas. De hecho los árbitros durante el climático partido son ingleses y se comportan de modo noble y justo.

Tiene su romanticismo en el triángulo entre la pretendiente hindú de Bhuvan, Gauri (Gracy Singh) y la inglesa Elizabeth (Elizabeth Russell), que se siente atraído por Bhuvan en modo flechazo, digo que será por su físico, pues no puede ser por su carácter, ya que los dos hablan distinto, se nota un elemento metido para hablarnos de que no debe haber barreras entre razas. Aun así, hay quien puede tener cierta intriga en saber con quién se quedará Bhuvan, aunque este (de modo bastante ingenuo) no parece darse cuenta de que la británica está enamorada de él, cosa que Gauri ve al vuelo, aun así no hay enfrentamiento entre amabas, todo es muy liviano en este sentido. En este sentido es destacable el tema de amor, con un gran número musical en la aldea entre Gauri y Bhuvan, pero que termina interviniendo Elizabeth gracias al montaje que nos lleva a su dormitorio en palacio, y como la visualiza Bhuvan en el rostro de Gauri.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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24 de diciembre de 2007
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que sorprende por la fuerza de atracción que ejerce en el espectador. Muy emotiva y heroica. Consigue lo que pocas películas consiguen ; transportar a su mundo por el tiempo que dura la película y aun a pesar de lo larga que es ni se nota ;)
Un 10 !
Akhasa
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20 de diciembre de 2005
7 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine norteamericano se ha caracterizado siempre por su ostentosidad y despilfarro en producciones de calidad más que limitada (lo cual en absoluto quiere decir que todas lo sean, pero sí que se intenta enmascarar la mediocridad con talonarios). No me parece precisamente la característica a imitar por otros tipos de cine, pero en fin, parece que el cine indio de la última época tiende a identificarse con esta magnificencia y recargamiento...

Lagaan es una película que desde el primer momento da el tufillo de precisamente eso: intentar imitar un estilo de cine, además de en decadencia y con un sabor un tanto añejo, pobre en argumentos. No obstante, e intentando dejar a un lado todas estas preconcepciones que uno se hace al sentarse en el sillón, me encuentro con una película que, de ser una película cortada por los parámetros normales, resultaría incluso entretenida para un sábado por la tarde. Ya sabéis, estilo telefilme.

Pero he aquí que me encuentro con lo que al principio pensaba era un CD de Extras (más egocentrismo del director, pensé para mí), y es que era... !!! el 2º CD de la película!!!, para completar las nada desdeñables 4 horitas de metraje. Ahora sí que es un telefilm de verdad. De los buenos. De los de Telecinco, al más puro estilo El Rey Mono.

Si valoráis vuestro tiempo, abstenéos de echar cuatro horas viendo esta película. Si tenéis algún amigo al que le gusten los trajes nuevos de emperador, que os haja un montaje y os la recorte hasta la hora y media de rigor. Lo mismo os resulta hasta entretenida. Quién sabe. Ahí va un 4 por ese supuesto...
Trip
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