Z, la ciudad perdida

Que diría Paco Martínez Soria. Pero yendo al tema, ahora mismo no recuerdo cuándo, ni dónde conocí la increíble aventura de Percy Fawcett (Charlie Hunman) en su búsqueda de la mítica ciudad de Z, en América del Sur, en el primer cuarto del siglo XX. Lo que sí es seguro es que en algún libro, diccionario o enciclopedia de lo fantástico en general. La historia es real, misteriosa y además fascinante porque tampoco sabemos qué encontró Fawcett pero si hacemos caso a sus diarios fue todo alucinante, lo que incluye animales extraños, bestias gigantes o razas de hombres mono. Así que con este material James Gray podría haber filmado una gozada de película, una aventura de tintes clásicos, delicioso ambiente postvictoriano y ciencia ficción desbordante, no en vano Fawcett, que fue todo un personaje, militar, arqueólogo, explorador y hasta ocultista, fue amigo del escritor británico H. Rider Haggard, otro creador de mundos imaginarios que el propio Percy se empeñó y creyó encontrar en tierras ignotas. Si nos fijamos en el detalle, esta expedición en busca de Z podría fraguarse como el paralelismo de otra búsqueda legendaria, la del Grial, cuyo héroe comparte nombre con el nuestro, Perceval/Percy. Hay aquí material de sobra.

Pues bien, "Z. La ciudad perdida" tritura todo este planteamiento para dar lugar una obra groseramente realista que asesina la aventura y la magia. A James Gray, que se basa en el libro de no ficción de David Grann sobre Percy Fawcett, lo que le interesa no son las hazañas del explorador sino meternos en el gaznate la doctrina contemporánea del pensamiento políticamente correcto, que es el progresista. Todo el entramado de la película es un pretexto para ensalzar a los indios, denigrar a los blancos, repudiar el colonialismo, despreciar a la nobleza y alabar el feminismo. En este sentido, el personaje de Ninna (Sienna Miller) es horrible, anacrónico y absolutamente insoportable, que en todas sus intervenciones tiene que quedar claro su feminismo y que incluso le roba el protagonismo a Percy encontrando cartas, lo que en realidad hizo él. Lo que está perdido aquí no es la ciudad sino esta película anticlimática, reiterativa y rollazo, que no sabe lo que quiere, que nos muestra unas expediciones de lo más aburridas, que prescinde de toda la magia de la búsqueda y la investigación, este Percy se convence con Z de buenas a primeras sin ninguna prueba, y que está más interesada en cualquier tontería que en la mítica ciudad.

He visto esta película creyendo que iba a ser de aventuras, de hecho suelo ver las películas sin saber casi nada de las mismas, y me he encontrado con una especie de Dersu Uzala un tanto descafeinado pero ha sido toda una sorpresa positiva.

Película de ritmo lento y un tanto exasperante a veces, es cierto, pero la belleza de la realización y la fotografía son un deleite para quien guste del cine lento e introspectivo. Abstenerse hardcore-palomiteros y similares.

Quizás sobrevalorada por la crítica pero ni de lejos tan mala como dicen los usuarios.

Esta película y las críticas que, por desgracia, leí antes de ver la película (críticas "profesionales"), confirman mi impresión de que los críticos de cine -no todos, pero casi- son gentuza que sabrá mucho de técnicas de filmación, pero no tiene ni la más mínima idea de lo que significan conceptos tan sencillos como "entretener" o "divertir", que es, en esencia, para lo que sirve el cine. Se puede aprender viendo cine, por supuesto, pero no es el séptimo arte un medio eminentemente pedagógico.
Esta película es un truño como el cerebro de los hijop... que la han alabado en sus "críticas". La verdad es que cuando se le da un púlpito a un gilipollas, no puede uno quejarse de las consecuencias.
Menuda pérdida de tiempo la maldita película. Ni siquiera pude terminar de verla. Si me llego a gastar 10 pavos que cuesta el cine, entre entrada y palomitas, busco al pintamonas de James Gray donde sea para cantarle las 40 en bastos. Si las críticas hubieran sido honestas, si alguien hubiera tenido la honradez suficiente para avisar sobre el efecto soporífero e idiotizante de esta mierda, estoy seguro de que el imbécil del director no hubiera hecho caja ni para sacar a su madre del club donde trabaja.
Ufff, que mala leche me ha entrado con la peliculita.

James Gray dirige esta historia cargada de aroma a cine clásico. Una película que se aleja de la espectacularidad de las superproducciones actuales, para revivir el más puro espíritu aventurero. Poniendo el foco en los personajes y los territorios inexplorados, en lugar de primar las escenas de acción por encima de todo.

A través de su trama, y sobre todo de sus personajes, ‘Z, la ciudad perdida’ nos ofrece un fiel reflejo de cómo se forjaban los antiguos exploradores. Hombres completamente absorbidos por el deseo de llegar allí donde ningún otro hombre había llegado. Capaces de afrontar cualquier peligro, o incluso ver morir a sus compañeros, y pese a ello, seguir realizando una expedición tras otra a los lugares más recónditos del mundo.

Atrapados por una obsesión casi enfermiza, veremos a estos hombres renunciar una y otra vez a sus cómodas vidas para volver a situarse en mitad del infierno. Y es que la película sobresale a la hora de retratar la jungla del Amazonas. Un territorio tan salvaje como bello. Tan despiadado como adictivo. Un lugar verdaderamente único en el mundo.

Sin embargo, ’Z, la ciudad perdida’ también presenta algún problema. Siendo el mayor de ellos su excesiva duración. Sus 140 minutos de metrajes pueden terminar por hacerse algo largos, sobre todo teniendo en cuenta que su fórmula, basada en alternar expediciones y retornos, acaba por resultar algo repetitiva.

En cualquier caso, James Gray ha conseguido llevar a cabo una película que seguro encantará a los aficionados al cine de aventuras más puro y clásico. Una oda a la belleza del amazonas, y al respeto a las tribus que en él habitan. Al fin y al cabo, todos llevamos un aventurero dentro, que sueña con encontrar nuestra particular ciudad perdida.

Más en: www.laclaquetametalica.com