El topo

Me hace gracia que mucha gente piense que porque la cosa esta nos parezca a algunos aburrida sea porque no la hayamos entendido, en fins, snobs los hay en todas partes. La pinicula es un bodrio con ínfulas de peli culta, pero lo que cuenta no es nada nuevo, agentes dobles que van cambiando de bando según sopla el viento, personajes grises, aburridos, pastosos y carentes de interés, ni las grandes actuaciones de todos sus actores, Gary Oldman especialmente, salvan a este auténtico truño. El espía que surgió del frío es, de largo, mucho mejor, más interesante y su personaje principal, aunque también gris, es mucho digno que la caterva esta de mascados de la vida.

densa, fría, lenta... e interesante. Este libro no lo he leído pero sí otros de John le Carré y así son.. densos, fríos, lentos e interesantes.
Las interpretaciones son buenas, la idea es buena, el final es bueno. Es solo que me pasé los primeros 30' un poco out. Muchos nombres (menos que en sus libros, gracias) y no llegaba a engancharme y aún así me alegro de haberla visto hasta el final.

Se me dan mal las películas de espías. Me atraen; me resulta un tema interesante, pero, a la vez, me cuesta. Acabé de ver El Topo sin haberme enterado de nada, y a base de no enterarme, me aburrí a veces. No me pareció mala película, por otro lado. La ambientación y la estética están muy logrados, y los actores, todos perfectos. Muy bien elegidos. Pero creo que a veces el director se centra en detalles, planos o puntos de la historia que carecen de peso para el argumento y que confunden y le restan acción y fluidez. Que sí, que una peli de espías tiene que confundir y no ser evidente desde el principio, pero no me parece bien pretender resolverlo todo en 5 minutos, después de haber pasado dos horas dando rodeos. Te quedas con la sensación de que se dejan cabos sueltos, pero ni tú mismo eres capaz de especificar cuáles. Para mí, no es una peli que satisfaga, de las que sales del cine alegrándote de haber ido. Me parece que, tras haber estado esforzándose tanto tiempo por seguir el hilo, el espectador se merece un final más emocionante, contundente, intenso. No me suelo quejar de que las películas sean “lentas”, pero esta me lo pareció. Ni soy fan de la acción, pero en este caso creo que una pizquita no le habría venido nada mal.

Cuando en el año 2008 Tomas Alfredson traspasó por primera vez las fronteras de su pais, para darse a conocer internacionalmente como director de cine, consiguió cautivar a la crítica de todo el mundo con Déjame entrar. La película, delicada, sorprendente y especial, colocaba a su director como uno de los referentes a seguir del cine escandinavo. Nada hacía presagiar que su siguiente proyecto iba a ser algo tan radicalmente diferente como la adaptación al cine de la novela de John LeCarre El topo.
La película, ambientada en unos turbios e incómodos años 70, con la Guerra Fría todavía haciendo de las suyas ente los servicios secretos de los principales paises europeos, entra con una sutileza de lo más afilada en las interioridades del MI6 británico justo cuando todo hace creer que hay un topo infiltrado entre sus filas. Tan incómodo asunto solo puede ser tratado como se merece por la inteligencia, estilo y contundencia del gran George Smiley. Para ello Smiley deberá volver del retiro forzoso al que ha sido relegado tras el fracaso de una operación llevada a cabo en Hungría. Es justo en el desarrollo de esta acción en el momento en que comienza la película y en el que nosotros, los espectadores, nos introducimos en un relato que se despliega sobre la pantalla con tantos tentáculos que es imposible no sentirse abrumado ante la cantidad de información, nombres y lugares.
Pero tenemos la suerte de que Tomas Alfredson ha asimilado a la perfección el estilo y la personalidad de la literarura de LeCarre, y toda esa complejidad narrativa está presentada ante el espectador de forma magnética, haciendo que cualquier atisbo de confusión quede sepultado bajo toneladas de talento y, sobre todo, por la propia fuerza de una historia que en todas y cada una de sus aristas resulta absorbente.
Si la historia que cuenta El topo resulta exigente y no siempre fácil para el espectador, cualquier intento de desentenderse del relato se ve frustrado ante el poderoso trabajo de puesta en escena que realiza el director sueco, en el que clava el tono y la atmósfera que se desprende de la novela en que se basa. La recreción de ambientes, lugares y situaciones nos traslada al corazón mismo de la Guerra Fría, y de esta forma las imágenes, densas y envolventes, se convierten en el soporte perfecto para los esquinados recovecos de un relato como este.

(sigue sin spoiler)

'El topo' es una película de espías compleja y absorbente que cuenta con unos inspiradísimos actores (Gary Oldman, Colin Firth, Mark Strong, John Hurt, Benedict Cumberbatch, Tom Hardy...) que se ponen al servicio de unos personajes a su vez complejos y absorbentes. La trama va y viene, empieza por un lado y, de repente, da un salto y explica algo que no conocíamos.

El protagonista (un envejecido Gary Oldman) es George Smiley, un hombre taciturno y solitario, entregado al duro trabajo de descubrir un topo en un núcleo tan cerrado como la cúpula de los servicios secretos británicos en plena guerra fría. El topo se encuentra ni más ni menos entre sus compañeros de fatigas, hombres que como él, forman parte de este complejo entramado.

La cinta posee una cuidadosa puesta en escena, un arranque prometedor que luego cumple con las expectativas depositadas y una brillante ambientación que huele por los cuatro costados a guerra fría, los lugares por los que se mueven los personajes carecen muchas veces de luz, oscuros y pusilánimes, como los mismos personajes, o el protagonista, que parece moverse por inercia en este mundo que se ha vuelto extraño.

Los personajes, sin duda, el plato fuerte, tienen sus propios tics, miedos, inseguridades, errores, movidos por las circunstancias que son muchas veces adversas, lo que los hace verosímiles a los ojos del espectador.

Acertadísimo en el fondo y la forma, 'El topo' es sin duda un eficaz thriller, que retrata con exatitud y entrega el complejo mundo de la guerra fría, donde todo el mundo desconfiaba de todo el mundo. Película compleja que invita a la reflexión si a ello se une el vaivén sentimental del protagonista, una subtrama que sin duda enriquece aún más la trama principal.