El camino a casa

Perdonar la nimiedad, que fácil es hacernos sentir felices. Que complicado tocarnos la fibra sensible con la sencillez que lo hace Zhang Yimou en este film. Arropado por una fotografía fantástica y unos medios mínimos. No apta para corazones curtidos.
Gracias a todos, pues para mi hasta hace poco este director era un desconocido.

¡Saluditos Filmaffinityadictos!.
Estamos ante una obra maestra llena de lirismo, belleza y ternura. La película te va envolviendo poco a poco sin que te des cuenta, hasta sentirte en un halo de armonía y plenitud que se siente cuando se lee una gran poesía, pocas veces cuando se ve una película.
La banda sonora y los exteriores tan decididamente encantadores, ayudan a crear esa magia.
Aún, después de varios meses, su recuerdo sigue en mis pupilas y en mi corazón.
Sólo apta para personas sensibles (que no sensiblonas).

¿Qué hay más sencillo que el amor? Y es a la vez tan complejo y misterioso... como la película de Yimou. Tal y como nos tiene acostumbrados el gran Yimou además de esta bonita historia (una vez más sin sensiblerías y sin lagrimitas tontas) hace una crítica a la situación social que le toca vivir; Yimou vivió algunos de sus años de juventud en el campo y nos muestra en esta ocasión el problema de la sociedad rural, falta endémica de medios, despoblación, apego a costumbres y tradiciones, etc. Una vez más, no sólo es interesante la historia principal sino el entorno donde ésta se desarrolla.
Como siempre la factura técnica es impecable, algo de todos conocido, aunque debo aquí apuntar un pero: los momentos de la narración que hacen referencia a la actualidad están rodados en blanco y negro, ¿seguro? Así como Yimou muestra su maestría para la fotografía en color en esta ocasión queda patente que su meticulosidad no es la misma para con el blanco y negro, porque tiene toda la pinta de haber sido rodado en color y luego haberlo suprimido, algo que canta mucho cuando se contrasta con una fotografía en blanco y negro bien estudiada y diseñada.

Una historia de amor, imposible y mágica. El personaje, tierno y constante, se mueve por paisajes helados de indudable belleza. Se trata de una historia sencilla capaz de enternecernos el corazón desde el primer minuto. Al igual que la protagonista se enamora del profesor, nosotros nos enamoramos de la protagonista. Queremos traspasar la pantalla para poder abrazarla, protegerla y darle ánimos en su 'quasiimposible' proeza.

En el haber de la película señalaría la notable interpretación de Zhang Zigi, que refleja claramente todo lo que siente en cada una de las escenas, su interpretación es brillante.
Hay que añadir que la fotografía es espléndida como en casi toda la filmografia de Zhang Yimou, y la banda sonora es realmente excelente, a muchas de las escenas les otorga una
fuerza considerable. Por último señalar que algunos personajes que aparecen son realmente
destacables, como el reparador, realmente curioso.
En el debe creo que se da un vacío argumental casi escandaloso, la historia de amor no existe
como tal, no pasa absolutamente nada entre la pareja salvo un par de detalles, con lo cual o obvias que han tenido una relación muy intensa o sino es fácil llegar a pensar que la protagonista se ha vuelto loca puesto que no para de correr y llorar en toda la película sin que el director consiga explicar el porqué de sus reacciones.
Aún así es una película muy agradable de ver.