Rebelde sin causa

Lo que más me ha impactado de esta película es la interpretación de James Dean. Me parece magistral. Aparte de esto, la película nos ofrece una reflexión sobre la adolescencia, y los problemas que ella conlleva. Es ese un aspecto paradójico de la película: por un lado, el análisis de la adolescencia resulta fallido e inacabado; por otro, y quizás precisamente por su falta de profundidad, es fresco y actual, lejos de aparentar el medio siglo que tiene. Si queréis ver a Dean en estado de gracia, no os perdáis esta película (en versión original, claro está).

A "Rebelde" le sienta muy mal el paso del tiempo, básicamente por las situaciones absurdas que desarrolla un guión absurdo, infantil, inverosímil, mal planteado de principio a fin; que sorprendentemente tuvo una gran acogida en su época, imagino que entre los 'rebeldes' adolescentes a los que iba dirigido.

Y aunque no se le puede echar la culpa del bodrio a su protagonista, el siempre exagerado Dean no ayuda para nada con una actuación, por decirlo suavemente, fuera de lugar.

La dirección del señor Ray mejorable, como todo en la película.

Por ahí dice una crítica que "envejeció mal", a mi me gustó el colorido, la fotografía, la ambientación, el principio que auguraba una mejor película.

Pero algunas escenas me resultaron algo exageradas, como el padre con el mandil, el otro padre repeliendo un beso de forma desproporcionada, el miedo de Plató al final.

La temática es interesante pero la forma de representarla quedó un tanto desfasada a través del tiempo, se hace lenta, pero a pesar de ello se deja ver, mas o menos.

No entiendo cómo esta película ha alcanzado el prestigio que se supone que tiene. Tal vez porque es una de las tres únicas películas de James Dean, tal vez por la estela que deja el nombre de Nicholas Ray, pero a mi me parece un tostón donde todo es exagerado.

Toda el argumento se sustenta sobre estereotipos exagerados: el padre calzonazos, adolescentes incomprendidos, el rarito de clase que no tiene amigos, la banda de malotes del instituto... Todo está expuesto sin matices, sin la menor sutileza, con la exageración por bandera. No vaya a ser que algún espectador se le ocurra dudar o, incluso, pesar...

El propio James Dean, que demuestra que ha estudiado el lenguaje corporal y los ademanes de los adolescentes, cae en la exageración más ridícula.

Y esto me lleva a otro mal endémico de las películas de adolescentes: actores de 24 o 25 años interpretando personajes de 17 (con excepción de Wood y Mineo, ambos ganadores del óscar).

En fin, una película aburrida por lo exagerada y previsible...

El peso de los mitos a veces es demasiado cuando uno se enfrenta a largos que se consideran casi vacas sagradas, como la que aquí nos ocupa.

¿Mi opinión? Es un film sobrevalorado. Pese a cualidades propias de largos del momento (una mirada limpia sobre las cosas, una narrativa clara, un scope notable, etc.), se aprecia que el drama de la historia está extremado, hay inconsistencias dramáticas (tirando hacia lo melodramático demasiado a menudo), un moralismo un tanto obvio, una historia de amor que parece un tanto metida con calzador y un enfoque que resulta ingenuo para estos días. De veras - la maldad de lo que sucede resulta corny y para nada oscura, aunque tengo la impresión de que en su momento debió de hacer quedarse lívido a más de algún padre o madre estadounidense del momento. Una pena.

¿Cualidades? Claro. ¿Sobrevaloración de la peli? Sin duda.

En cuanto al cast de veinteañeros que parecen tener treinta y se supone que tienen 17, nada de nada. Es un enfoque que se sigue actualmente aún y no tiene sentido. Menos Sal Mineo - todos suspenden. oiga.