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El carnicero

Intriga. Thriller. Drama En un pequeño pueblo francés, durante la celebración de una boda, la maestra Helene y el carnicero Popaul entablan conversación. Ella, a pesar de su juventud y belleza, vive como una monja en el segundo piso de la escuela. Él es un hombre muy gentil que sufre terribles pesadillas provocadas por recuerdos de la guerra. Cuando empieza a surgir una relación sentimental entre ellos, dos mujeres aparecen brutalmente apuñaladas en el bosque. (FILMAFFINITY)  [+]
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Críticas 34
Críticas ordenadas por utilidad
5 de agosto de 2008
26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claude Chabrol, admirador de la obra de Hitchcock, filmó este thriller que bucea, para mi gusto bastante superficialmente y de un modo frío y algo distante, en el tema del asesino en serie.
En una provincia francesa salpicada de pequeños pueblos, se están cometiendo crímenes y las víctimas son mujeres jóvenes. Mientras la policía se esfuerza en buscar el rastro del asesino, la vida intenta seguir su curso entre el temor que se respira en el ambiente. Cualquiera diría que en unas tranquilas aldeas de interiores no pasaría nada fuera de lo común, pero la mano del crimen es muy larga, y no hay lugar que esté a salvo.
Helene es la joven y bella directora de un colegio rural. Lleva mucho tiempo ejerciendo en la misma aldea y se ha acomodado a su sencilla y sosegada rutina. Es una maestra dulce y muy querida en el pueblo, acude a los actos sociales, conoce a todo el mundo. Es muy amiga de Popaul, el carnicero, un hombre afable que poco a poco va desarrollando más que amistad hacia ella...
Con un estilo elegante pero frío (y probablemente fuera ésa su intención), Chabrol bosqueja con pequeños trazos el perfil del asesino, nada sin adentrarse demasiado en la corriente de fondo que gestó al criminal. Traumas, heridas profundas del alma, deseos imposibles, demonios personales, y batallas perdidas contra uno mismo que derivan en los actos más atroces.
Y también bosqueja el terrible dilema de la sospecha. ¿Callar lo que se intuye? ¿Estar demasiado aturdido para reaccionar? ¿Conceder el beneficio de la duda? ¿Sentir tanto miedo que uno se queda mentalmente paralizado? ¿Experimentar compasión?
Sentimientos encontrados que en ciertos momentos incomodan y plantean una polémica.
Una fotografía clásica y de buen gusto pero excesivamente formal, que se aleja de las emociones viscerales del espectador. Una música más bien estridente y poco acertada que no aporta gran cosa. Unas actuaciones aceptables y en ocasiones destacables, pero yo no he dejado de advertir cierta rigidez pese a la naturalidad de los diálogos y al suave despliegue del guión.
Un interesante análisis del fenómeno del crimen en serie por motivos patológicos, y de los límites de la complicidad.
Vivoleyendo
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26 de mayo de 2007
23 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente El Carnicero me parece una obra con planteamientos interesantes pero no tantos como para calificarla como obra maestra. En este sentido comparto plenamente la opinión de Raulmtz de Bilbao, aunque disiento de él en que existan dos fases, una primera espesa y una segunda más inquietante. El tono general de la película se mueve con cierta ligereza entre lo costumbrista (la boda, las canciones, el colegio, la panadería, la carnicería, etc.) y lo psicopático (la enfermedad mental). Y esta es precisamente una de las virtudes que debo alabar en la película de Chabrol, la naturalidad con que se integra en el “paisaje” un personaje con las connotaciones sicóticas de éste. Y me impresiona que Claude Chabrol resista la tentación de jugar a ser Dios y juzgar al personaje. Y no sólo no lo juzga el director sino que tampoco podemos hacerlo nosotros, somos incapaces de hacerlo porque Chabrol lo ha dotado de tanta naturalidad que casi lo asumimos como inevitable, como algo que estuviera allí, como las cuevas prehistóricas.

No es una película de suspense, de quién es ó qué pasará. Eso está absolutamente claro. La única inquietud estriba en conocer cuales serán las consecuencias, de todo tipo, para la maestra (la musa y esposa de Chabrol, Stephane Audran) y esa inquietud aun late en el aire en la mirada final de ella perdida ó encontrada sobre el horizonte. Es una película de realidades, de cotidianidades, de asumir lo que debe asumirse, del amor por encima del bien y del mal y de paisajes por muy crudos que estos paisajes sean.

El cine francés, como en general el cine europeo, siempre ha tenido ese punto de curiosidad, de improvisación, de adentrarse en espacios inexplorados ó prohibidos, del cine personal frente al cine comercial. Este es un ejemplo. Un buen ejemplo.
FATHER CAPRIO
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2 de septiembre de 2009
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una boda, un paseo. Un colegio, una carnicería. Recoger champiñones, fumar un cigarro. Una pierna de cordero, una ensalada…Elementos sencillos, humildes, cercanos, para dar forma a una relación, la del carnicero Popaul y la profesora Helene, que no se puede explicar con palabras. Ni Chabrol termina encontrándolas, dejándose llevar finalmente por unos primeros planos infinitos donde el silencio y el rostro de los dos protagonistas escenifican la complejidad de un encuentro que deja estupefacto al espectador.

Desarrollo impecable del mismo. Con una primera parte bien diferenciada, y que sirve para la presentación y primer contacto de dos almas solitarias, Chabrol mantiene alejada su cámara y respeta el camino que los propios personajes han trazado. Rápidamente simpatizarán y comenzarán a intercambiar inquietudes. Ella sofisticada, delicada, bella y herida en un lejano pasado sentimental. Él amable, sereno y cercano pero a la vez inseguro y lastrado emocionalmente por los muchos años de guerra que vieron sus ojos. Ya en la segunda parte, Chabrol crece y se acerca a ellos para redondear su historia. Introduce también el thriller y la intriga, ambos primordiales para el desenlace definitivo. Pero para entonces el espectador solo quiere saber qué pasará con Popaul y Helene y si sus miedos, sus fobias y sus condiciones humanas permitirán el tan ansiado acercamiento. Ansiado también por ellos. Amor contenido. ¿Amor imposible?

Gran película. Enorme etapa final llena de paradojas, simbolismos y metáforas. La guinda al pastel es excelente y la sensación de haber presenciado una relación irrepetible es fantástica. Como un cuento de niños que Chabrol quiso contar en un mundo real…asqueroso mundo real.
Alfie
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7 de octubre de 2007
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chabrol puro y duro. Inquietante y sórdida, la película se desarrolla en la Francia rural y profundiza en la psicopatología del asesino que mata por un impulso irrefrenable posiblemente desencadenado por el trauma de la guerra.
Una presentación del mundo rural cuidada al detalle y todo ello a través de imágenes, los diálogos, los imprescindibles.
El foco sobre la relación de los personajes principales (Jean Yanne y Stéphane Pudran) ambos con pasado traumático y ambos buscando en el otro la solución. Un clima que va creciendo a lo largo de la película administrando unos tempos suaves.
Y el desarrollo final, meticulosa y sin emoción resulta la descripción de la sangre que hace el asesino en las escenas finales. En fin, buen suspense.
frasquito
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22 de agosto de 2007
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas míticas del cine francés, considerada la obra maestra de Chabrol.
Se centra en la historia de un carnicero (Yanne), ex-militar, que regresa a su pueblo, conociendo en la boda de un amigo a la maestra del lugar (Audran), con la que pronto entablara una gran relación de confianza y amistad. A la vez, pronto en el lugar comenzarán a aparecer jóvenes asesinadas...
Hasta no llegar a sus últimos veinte minutos, soberbios y magistrales, no te das cuenta de lo que realmente quiere contarnos Chabrol: una historia de amor imposible, sin que exista ninguna imposibilidad insalvable para que ésta se dé, entre dos soledades que se necesitaban y se dejan escapar una vez se apaga el genial y metafórico parpadeo del ascensor del hospital.
Entre medias, Chabrol nos regala un film hermoso, frugal, que refleja con nota la vida de una ciudad de provincias dónde todo el mundo se conoce y dónde la existencia de un psicópata pululando por la zona quiebra el armonioso sociocostumbrismo y la tranquilidad de la localidad, volcando la jovialidad reinante y ese paisanaje ruralista y cercano. Muy buen uso de una música fría y monocorde de Pierre Jansen. Excelente interpretación de la pareja protagonista.
Aún así, creo que le falta algo para ser una obra redonda.
kafka
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