El castañazo

Película cómica pero no acta para todos los públicos por su lenguaje y violencia. Paul Newman se enfrasca en otro proyecto de George Roy Hill tras los éxitos de “El golpe” y “Dos hombres y un destino”.

Tras un argumento nada motivante, visto en numerosas ocasiones en películas pésimas, sorprende ver una película tan sumamente entretenida.

Con un guión verdaderamente gracioso y una violencia ridícula se le añade los hermanos Hansen, que a pesar de su limitado diálogo son de lo mejor del cine cómico. Los actores todos bien elegidos donde destaca el personaje principal interpretado por uno de los mejores actores de todos los tiempos: Paul Newman. Cada personaje con su propia personalidad siendo una pieza de ese alocado puzzle de equipo.

Lo mejor, el final, una victoria de “haz el amor y no la guerra”.

Difícilmente, otra película sobre el mundo del hockey hielo será tan divertida como "El castañazo". Con el legendario Paul Newman a la cabeza, nos topamos con una historia simple sobre un equipo modesto de hockey que intenta sobrevivir al drama que vive la localidad con el cierre de la mayor fábrica de la zona que costará el empleo a más de 10000 trabajadores.
El argumento principal es evidentemente deportivo y con una crítica especial a la enorme violencia que se proyecta en uno de los deportes nacionales de Estados Unidos, pero además, en este film encontramos una gran serie de ironías sobre temas de la vida tan importantes como el sexo, la ambición, el amor, la vejez y el alcoholismo.
En definitiva, si quieren pasar un rato agradable y desternillarse con los hermanos Janson y compañía, deben ver "El castañazo", que para nada les dejará sensación de absurda comedia. Un 6,80.

Algo más que una divertida comedia, un clásico en el escaso y casi nunca acertado género del cine deportivo. La aportación de Paul Newman eleva el nivel de este desenfrenado film que nos deja tres perlas que son casi un mito en mundo del Hockey: los hermanos Hanson.
A raiz del éxito de los personajes se llegó a realizar bastantes años después una segunda parte (Slap Shot 2) que más vale no recordar.

Estamos ante una de las cintas más desenfadadas del gran Paul Newman. Donde el realizador George Roy Hill trata de realizar una sátira y una burla hacia el mundo del deporte, en este caso, en el ámbito del hockey sobre hielo.

No creo alejarme demasiado al decir que estamos ante una de las cintas más gamberras de la década de los setenta, donde se burla y critica el funcionamiento del mundo deportivo como una máquina engrasada para obtener el máximo de beneficios tratando a los jugadores como juguetes de feria.

La película es un cóctel de momentos realmente divertidos junto con escenas de partidos de hockey muy bien rodadas y ejecutadas.

Su guión es muy simple, de hecho, es una cinta que busca la mayor sencillez posible en su trama donde lo único que importa son las motivaciones y aspiraciones de cada uno de los jugadores.

No hay que esperar demasiado de la cinta, únicamente es un gran divertimento familiar muy disfrutable y divertido sin más pretensiones que entretener durante sus 2 horas. Lo consigue, pues posee ciertas escenas que difícilmente no reiremos a carcajadas.

No situaría este film entre los mejores de Paul Newman aunque, todo hay que decirlo, realiza una buena actuación.
Película de sobremesa, que muestra la historia de un equipo de Hockey (Los Cheeps) sumado en una crisis deportiva e institucional que parece abocarlo hacia la desaparición.
Comedia bien elaborada, con notas de humor y acción pero que no deja de ser una más del género.