Los demonios de la guerra

*Una historia original que se sale de lo habitual

Con Los demonios de la guerra (Warhunt) tenemos una de esas películas de serie b que disfrutamos los que sabemos qué esperar de antemano. La trama consigue ser original y dar algo fuera de lo común. La película nos sitúa en 1945 en plena Segunda Guerra Mundial. Allí un grupo de élite es requerido para adentrarse en la mismísima selva negra alemana. Unos días antes un avión de su propio país fue derribado, desapareciendo sin dejar rastro. Ahora este grupo tiene la misión de intentar dar con él y comprobar qué sucedió, y, si por casualidad, quedan supervivientes.

Lo que no esperaban era encontrarse con unas extrañas mujeres que parecen tener contacto con fuerzas del más allá. Lo que desencadena una guerra contra un enemigo tan inesperado como inusual. Desde luego con esta premisa a mí se me hacía la boca agua, pues no estamos acostumbrados (por desgracia) a argumentos tan originales. Una mezcla de géneros que van del cine bélico hasta el thriller, con dosis de elementos sobrenaturales y terror, son bienvenidos, siempre que se lleve a buen puerto, claro. Creo que su director dio con la tecla y ha parido un film bastante curioso.

*Los demonios de la guerra

Desde luego, Los demonios de la guerra (Warhunt) se sustenta en una puesta en escena muy eficaz con sus escasos recursos económicos. Tanto el guion como la trama son concebidos como pura serie b, dando un enfoque actual con sus elementos extraños de mezcla de géneros. Su director consigue una película hecha para el disfrute de los que amamos esas cintas artesanales que tuvo su apogeo en la década de los años cincuenta. Si el guion es sencillo, el trabajo de su director es de encomiar, pues sabe hacer que nosotros como espectadores estemos atentos a lo que va sucediendo con la trama. A esto se le suman unos efectos especiales y digitales que sacan el mayor provecho posible con lo que tienen.

El film es oscuro en su concepción, creando una atmósfera opresiva mientras va avanzando la trama. Esto hace que por él transite un halo de misterio y terror maravilloso, dejando espacio para que respire el guion y no se haga aburrido. Ahí es donde tanto el director como el montaje de la película salen ganando, demostrando saber dar las dosis justas en cada momento sin alargar las escenas.

*Los actores cumplen pese a sus limitaciones

En cuanto a las actuaciones de sus protagonistas, Los demonios de la guerra (Warhunt) por suerte no se sustenta en ellos. También habría que decir que tampoco es indispensable para el desarrollo de la película. Uno no espera grandes papeles ni estupendos trabajos de interpretación cuando lo que tiene uno ante sus ojos es un producto concebido para que lo sobrenatural sea el protagonista.

Con todo ello el elenco de actores consigue hacer un trabajo decente, ayudando a hacer más creíble una historia tan fantasiosa como entretenida. Estamos hablando de actores de segunda o tercera división (si quitamos a Mickey Rourke, aunque su actuación es bastante mejorable) por lo que tampoco se les puede pedir más. Lo bueno es que saben fundirse con la trama, dando lo que se les pide para una película de estas características.

*Conclusión

Como comentario final sobre Los demonios de la guerra (Warhunt), no me queda nada más que decir que hay que darle una oportunidad. Esta película está concebida para los amantes de la serie b. Aquellos que nos encanta ver míticos films, y no tantos, que van del terror que hacía la Universal, aunque sus primeros films eran de presupuesto alto, en los años treinta, hasta la ciencia ficción y sus paranoias de guerras nucleares en la década de los cincuenta, pasando por las cintas bélicas que se hacían como churros en los años ochenta.

Ahora en pleno siglo XXI, títulos como este son de agradecer. No es que la película sea un manual de referencia, pero sí da lo que uno espera de ella. Acción, thriller, terror y elementos sobrenaturales son su base; fuera quedan otros elementos que aquí no pegan, sabiendo su director conjugar con ellos. Si estuviéramos en plenos años ochenta y con la fiebre del videoclub, esta sin duda sería una de esas películas que irían de mano en mano, pues el boca a boca haría su trabajo, presidiendo un gran cartel con su póster alguna pared del local.

Escrito por Víctor Vega Cuervo