La pasión de China Blue

Que "La pasión de China Blue" no sea tan mala como el resto de la desquiciante filmografía de Ken Russell (La pasión, de vivir, Los demonios, etc...) no la convierte ni de lejos en una buena película. Y eso que al estilo frenético, inconcreto, recargado, bizarro y esquizofrénico de este director a una historia así le venía al pelo. Pero cuando uno solo esta acostumbrado a hacer obras tan epatantes como vacías, cuando busca siempre el escándalo fácil, arbitrario y sin sustancia poco o nada se puede hacer con un material como este, tan prometedor como resbaladizo.
En esta ocasión Mr. Russell se aleja de retratos de artistas (llamar biografías a pelis como Listzomania es cuanto menos una falacia) y trata de hacer lo que el entiende por una película moderna, en la que tanto Anthony Perkins como Kathleen Turner (ambos por cierto aguantando el tipo con un estoicismo digno de mejor causa) repiten sus sempiternos papeles de siempre, y se agarran a los cliches sobre los que se sustenta el grueso de sus interpretaciones, a las que desde luego esta Pasión de China Blue no aporta nada nuevo, distinto o novedoso.
A pesar de todo el tono morboso,oscuro y erótico de algunas secuencias y una falta de sentido del ridículo bastante regocijante convierten a esta peli en una obra que se puede ver y hasta disfrutar, aunque siempre que se esté advertido de que no debe por nada del mundo tomarse en serio.

Morbosa película erótica protagonizada por la sex symbol de la época Kathleen Turner que interpreta a una viciosa prostituta encargada de satisfacer las perversiones de todo quisque. Anthony Perkins le da la réplica encarnando a un pervertido sacerdote papel en el que encaja como un guante. En general se trata de una cinta inofensiva y muy mediocre en la que tan sólo destacaría un par de frases memorables y alguna escena curiosa. (spoiler)

"La pasión de China Blue" juega con el sonido como el cine expresionista jugó con las sombras, Turner, en una de sus mejores interpretaciones pone su personaje a la altura del cine del mejor Brian de Palma. La película indaga y analiza verdaderos sentimientos humanos y escapa de toda superficialidad. Perkins, estridente y en una continuación eterna de Norman Bates, aporta la arista de la perturbación. Compartas o no lo que Russell narra, disfrutarás de este juego de seducción donde el placer está contiguo al dolor.

Un bodrio sin pies ni cabeza, pues su simulacro de interesante argumento (una mujer madura, de día ejecutiva, de noche prostituta de "luxe" para todo tipo de fantasías, que es agobiada por un neurótico predicador y se enamora con el hombre encargado de investigar a qué se dedica realmente, en plena crisis matrimonial: ¿había o no habia argumento?) deviene y degenera en pantalla dada la narcisista, sobredimensionada y genialoide capacidad fílmica del astuto "gatito" Rusell, quién logró un considerable éxito comercial a fuerza de escandalizar gratuitamente con levísimos arañazos de pobre cineasta, dónde algunos creyeron ver nítidos zarpazos de león.
Pretenciosa, epidérmica y muy mediocre, destaca el voluntarioso empeño de la Turner y un definitivamente perdido personaje de Perkins, tristísima caricatura, risible muñegote de su "maldito" -al final- e inolvidable Norman Bates. Una pena el encasillamiento de este notable actor.
Es una película desfasada, y solo hace veintitantos años de ella.

Pues para que voy a mentir, esta película la vi hace ya tantos años en mi juventud.........pero está protagonizada por una Kathleen Turner estrambótica y un lunático Anthony Perkins. Con un argumento que ni se puede desvelar, ni tengo ganas de hacerlo, y que todos ya sabéis, aquí todos los personajes son penosos y patéticos. La idea original debió ser muy eso, original y directa, pero en mi opinión esto que se llevó a cabo no es lo que el director tenía en mente. Con un guión trabajado, eso sí, mérito de la película es montar un circo muy personal gracias al cual puede decir que no ha copiado a nadie. A Ken Russell se le podrán achacar muchas cosas, buenas y malas, pero que no tiene imaginación nanai de la China. El resto del reparto es increíblemente bueno, pero los personajes son unas marionetas grotescas en un mundo boca abajo en el que está tan abajo que no sabes si estás en el de las maravillas o en éste. A mí la película no me gustó, y esa es la verdad.