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Immortal (Ad Vitam)

Ciencia ficción. Acción. Drama Nueva York 2095. En una extraña pirámide que flota en el cielo, los antiguos dioses egipcios están juzgando al dios Horus. En la ciudad, una joven llorosa de cabello azul es arrestada, aunque posee un gran poder, un poder oculto del que ni siquiera ella es consciente.
Basada en el cómic "La Feria de los Inmortales" de Enki Bilal. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
19 de junio de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada vagamente en los comics de la trilogía de Nikopol, de Enki Bilal, y dirigida por el propio Bilal, tiene un argumento algo diferente. A pesar de la falta de presupuesto es una peli digna y recomendable, ya que es por lo menos diferente en su argumento y diseño a la mayor parte de pelis de ciencia ficción, que en general no hacen gala de gran originalidad.

Lo Mejor: dirección artística, originalidad del argumento, los actores también están bastante bien (teniendo en cuenta que se habrán tirado todo el rodaje hablando con un croma).

Lo Peor: es bastante irregular, tanto en la historia como en el aspecto visual. Alterna partes brillantes con otras bastante cutres, más por falta de medios que de talento, seguramente. Las infografías a veces parecen de videojuego.
Julian
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14 de julio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me tiré de cabeza con Immortal sin ni siquiera advertir que no había agua en la piscina. El histriónico contraste de culturas, o mejor dicho, de religiones que se da en la película ya me hizo sospechar desde el primer minuto que una pirámide con dioses pájaro sobrevolando la ciudad de Nueva York no iba a acabar en nada bueno.

Pero no solo es cultural el contraste, ni tampoco únicamente un choque de deidades en un ambiente futurista, también es un gran contraste la forma en que la película está narrada, un total despropósito. Visualmente tampoco sale bien parada, combinando técnicas de animación con imagen real. Efectivamente, de esa clase de películas donde lo digital pasea solventemente por el hecho de ser algo que a día de hoy todavía llama la atención, pero que en cuanto aparece un ser humano en pantalla se ve tan ridículo con esos trajes y esas pelucas que no causa otra cosa de risa, tanto ahora como dentro de unos años (dentro de unos años la cosa será peor, que se lo digan a Tron).

Pero no acaba aquí la cosa, ya que Immortal comete el gran error de combinar esta animación digital con actores de carne y hueso en un mismo espacio/tiempo. Puede que intercalar imágenes reales con otros "actores" digitales sea extraño, pero combinar en una misma escena personajes reales con digitales es verdaderamente catastrófico, bastante más que meter un actor real en un escenario digitalizado (lo cual no pasará como mucho de incómodo), y mucho peor cuando la animación de la película para nada es una maravilla (es correcta, pero no como para combinar ambos mundos).

No he dicho casi nada de la historia porque realmente dejó de interesarme a la hora, y mucho me pareció. A la media hora perdí el interés y luche por darle una oportunidad, pero la película de Enki Bilal es bastante insostenible. Puede llegar a ser entretenida pero le falta movimiento, le falta espectacularidad y le falta mucha personalidad, una personalidad que no tiene uno de los factores más importantes del género cyberpunk, la ciudad. Se me viene a la mente el Neo Tokyo de Akira o Los Angeles de Blade Runner y las recuerdo como una parte más de la película, casi con vida propia, pero pienso en este New York y no puedo sentir algo distinto a la decepción.
NeoJ
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26 de enero de 2021
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Enki Bilal es ante todo un creador y un magnífico artista, que sin duda pasará a la historia del noveno arte y no a la del séptimo. Sus tres films son Bunker Palace Hôtel (1989), Tykho Moon (1997) e Immortel, ad vitam (2004). El segundo es muy conocido en Japón pero es este, el tercero, el mejor de ellos, de lejos. Pese a que en 2018 ha publicado en cómic una nueva obra, “Bug”, dificilmente podría repetirse que el propio Bilal la adaptara al cine. Eso fue en cambio lo que ocurrió con este fim, Immortel. En él adapta y fusiona las historias de las dos primeras piezas de la trilogía Nikopol. Y nadie podría haber adaptado mejor sus libros al cine.

Si me pregunto a mí mismo qué historia de comic más me ha marcado me asalta una duda entre dos, y las dos las ha dibujado Bilal. Serían “La feria de los inmortales” (1980) y “Partida de caza” (1983). Esta segunda tiene guión de Pierre Christin y creo que podría adaptarse al cine, con el riesgo evidente de quedar muy por debajo del nivel del comic. La primera es en cambio “puramente Bilal”. De ahí mi calificación de excelente, pues considero que solamente el propio Bilal podía y debía adaptarla al cine. Y considero que lo hizo de forma genial. Me convenció totalmente esa adaptación, incluso su traslación de Paris a New York.

Quien la vea sin conocer el personaje y las dos historias en sus viñetas no puede tasarla más que como film, mientras que quienes antes habíamos leído y visto en papel “La feria de los inmortales” y “La mujer trampa” podemos disfrutar de todos los paralelismos y de todas las diferencias entre un soporte artístico y otro. Se trata siempre de una epopeya triangular, de dioses animales, madres de dioses y héroes antifascistas, pero aun más allá, hay reflexiones profundas sobre la membranosa piel que distingue lo divino de lo humano, la locura de la cordura o lo terrestre de lo ajeno.

Lágrimas azules, prótesis titánicas, pirámides varadas, mutantes y androides reprogramables, zonas prohibidas, viajeros galácticos, cópulas a tres bandas, poemas de Baudelaire… el cóctel es tan sobrecogedor en la pantalla como lo era antes en los libros.

En la trilogía en papel había muchas cosas que ni se mencionan si quiera en el film (desde el sangriento partido de hockey sobre hielo hasta el gato verdiblanco, pasando por los dazibaos populares o el mismísimo París de 2023 previsto por Bilal hace más de 40 años). Lo realmente fantástico es que no se echan en falta, pues a cambio nos podemos sumergir en escenas imposibles en soporte de viñeta (desde el salto de Horus al inicio de su “cacería” a la visita al museo en que Jill Bioskop presencia su no del todo voluntaria humanización, pasando por los roces y los cariños del astronauta ‘okupado’ y la linda ‘receptora’ de la semilla de la inmortalidad)

Si te gustó Bilal en papel, posiblemente disfrutes de cómo movió sus piezas en “Immortel”.
Ugrafiator
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