Conspiración en El Cairo

No sé muy bien qué decir de esta peli. No es del todo aburrida. Es previsible y transcurre despacio, con algún momento de tensión mal filmado. Cuando quedas de cañas con colegas que llevas algún tiempo sin ver, y charláis sobre lo mucho que odiáis vuestros trabajos, o alguien vuelve a soltar una chapa sobre ser padre, Conspiración en el Cairo sería ese Almería-Getafe que están pasando de fondo por la tele del bar. Si esa bola la pilla Benzema...

No se ven muchas pelis en las que se muestre el interior de una escuela coránica, ese mundillo que tiene pinta de oler a pastilla de jabón y polvo. La peli tiene pues algo que contar, pero lo cuenta mal. Aquí Tarek Saleh debería aprender de Spielberg, que te hace creer que esa escena de familia típica americana, haciendo cosas de familia típica americana es lo mejor que te ha pasado en la vida. Más de una vez uno piensa "si hiciese de madero John Turturro estaría guapísima". Definitivamente, Hollywood nos ha lobotomizado.

Alguna obligación inexcusable me impidió ver los últimos 25 minutos. Afortunadamente, no me perdí gran cosa y el partido acabó 0-0.

Buen material para criticar en el bar con los colegas y resaltar los defectos más habituales del género negro policíaco.

A través de los ojos de Adam vamos descubriendo, casi en primera persona, Al-Azhar. Este abrumador lugar, es la institución docente más importante del islamismo y los gobernantes de Egipto lleva siglos intentando hacerse con su control. El protagonista se ve envuelto en una serie de conspiraciones entre las diferentes corrientes religiosas y las élites políticas del país.

Por un lado, el visionado supone una inmersión en esta sociedad rígida, opaca y hermética. La densa atmósfera en el interior de Al-Azhar se hace tangible y manifiesta en todo momento. Me ha resultado interesante echar un vistazo a esta realidad, y conocer parte de su funcionamiento y sus costumbres, a ratos casi a modo de documental.

Pero la película también es un thriller, y los momentos de suspense compensan las densas sensaciones que producen las secuencias que transcurren en el interior de Al-Azhar y la hacen más entretenida.
A través de estas conspiraciones, conocemos los distintos intereses religiosos y políticos en juego y cómo unos y otros actúan en nombre de Dios, pero siempre en beneficio propio.

La impresionante arquitectura, también juega su papel. Imponentes templos y edificios se muestran inalterables, como muchas de las tradiciones que allí aún perseveran. Me ha gustado mucho la fotografía, en especial los planos frente a estos edificios que nos presentan a un Adam insignificante y solo, un peón más en medio de una gran lucha de poder.

Los actores que interpretan a los protagonistas, Ibrahim y Adam, están muy bien sus respectivos papeles. Fares Fares aparece convincente y carismático, y consigue trasladar al espectador los conflictos morales y religiosos derivados de la ejecución de su trabajo. Tawfeek Barhom a través de sus silencios y miradas, te transmite su lucha interna y sus continuas dudas sobre si está comportándose como un buen musulmán (o sobre si debe hacerlo si quiere salir bien parado).

De primeras, sorprende la ausencia absoluta de papeles femeninos. Después se entiende que es, en parte, intencionado, y que el director nos muestra que las mujeres, invisibles en la película, son igual de invisibles en esta sociedad, más aún si de poder se trata.

Le doy un 7 a la peli, porque tiene bastantes cosas buenas y por denunciar la corrupción del poder en Egipto.
Reservo las notas más altas para películas que querría ver una y otra vez, y no es el caso..

La película narra la historia de Adam, un pobre muchacho de pueblo que es escogido para ingresar en la universidad islámica de Al-Azhar de El Cairo, donde se convierte en un peón dentro de la batalla entre las élites religiosas y políticas del país.

El comienzo es bastante lento, la intriga se cuece a fuego lento y para cuando empieza la verdadera trama ya da todo un poco igual. Tiene algunos detalles absurdos (se sientan en mesas diferentes para hablar claramente entre ellos y luego se van juntos!?), giros rocambolescos y una monotonía que hace extremadamente difícil verla del tirón.

La historia tiene elementos interesantes y alguna actuación destacable, pero la dirección carece completamente de pulso. Lo más emocionante es intentar mantenerse despierto.

En “El Cairo Confidencial” (o “The Nile incident”) Tarik Saleh conseguía unir con éxito suspense y crítica social. En “Conspiración en el Cairo” (o “Boy from heaven”) el experimento no le sale del todo bien. La crítica política, dirigida en este caso contra las alturas, no funciona.

No funciona porque empieza con una afirmación falsa que permea el resto de la cinta y la condena: “Durante siglos, los dirigentes egipcios han intentado controlar la institución de Al-Azhar. Hasta ahora siempre habían fracasado”. El invento, una chorrada que atenta contra la más básica intuición política, intenta cargar las tintas contra el actual presidente egipcio, un Al-Sisi ausente y omnipresente (en forma de cuadro, foto o valla publicitaria). Al pasarse de rosca y caer en lo maniqueo, el discurso se pierde en la crítica superficial. ¿Para qué perder el tiempo en las sutilezas del poder si tenemos la reencarnación del mal a mano?

La trama de espionaje (hay más de Le Carré que de Umberto Eco en la película) que sirve como hilo conductor tampoco termina de funcionar. Demasiados elementos inverosímiles en el reclutamiento del espía y su proceso de infiltración. Por no hablar del giro final, en flagrante contradicción con el tono general de la cinta.

Pese a todo, quedan cosas buenas: ambiente noir, claustrofobia social, buenos actores, planos preciosistas (atención al lirismo de la escena de recitación coránica) y homenajes por todas partes. Aquí, Jorge de Burgos es bueno…

Adam, el hijo de un pescador, es aceptado en la prestigiosa universidad de Al-Azhar en El Cairo, con la esperanza de descubrir un mundo nuevo y recibir una educación de calidad. Sin embargo, sus expectativas se ven truncadas cuando se ve envuelto en las luchas políticas y religiosas del país, perdiendo su inocencia en el proceso.

La película promete ser un thriller político-religioso similar a Cairo Confidencial, pero resulta ser extremadamente lenta e incomprensible. No se entiende por qué el director ha optado por un ritmo tan lento, lo que hace que la trama y los personajes sean difíciles de seguir.

Solo recomendable si no tienes nada mejor que hacer.