Haz click aquí para copiar la URL

El chico más bello del mundo

Documental En 1971, con motivo del estreno mundial de 'Muerte en Venecia', el director italiano Luchino Visconti proclamó a su Tadzio como "el chico más hermoso del mundo". Una sombra que hoy, 50 años después, pesa aun en la vida de Björn Andresen. Una película sobre el precio de la belleza.
<< 1 2 3 >>
Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
4 de septiembre de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
The most beautiful boy in the world es un extraño documental.

A partir de mostrarnos la vida de Björn Andrésen, el chico que con 15 años interpreto el papel de Tadzio, el objeto de las obsesiones de Dirk Bogarde en Muerte en Venecia (1971) de Luchino Visconti. La experiencia traumática que supuso la fama, y utilización de su imagen por parte de terceros, la cosificación a la que Björn fué impúdicamente sometido, marcó toda su vida. En la actualidad, con 66 años, es un personaje opaco, enigmático, con claras señales de desgaste físico y emocional.

Los directores suecos Kristina Lindström y Kristian Petri, elaboran un retrato respetuoso, con una puesta en escena cuidadísima, con un estilo oscuro, frío, cercano al nordic noir. El repaso a episódios dramáticos en su vida, como la muerte de su madre o de su segundo hijo, potencian el tono triste, desesperanzado que transpira el personaje.

Al final, el documental se aproxima a un film de terror psicológico sobre cómo una persona queda marcada de por vida, por una episodio aparentemente positivo en su adolescencia, pero con un transfondo oscuro y perturbador.
Mauri
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de septiembre de 2022
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estoy harto de todos estos documentales de actores desagradecidos que no hacen otra cosa que lloriquear por los escasos inconvenientes de la fama y no agradecer la magnífica vida que han tenido gracias a ser famosos, que en muchos casos no es por sus bondades como actores sino por que se convirtieron en iconos. Audrie Hepburn, Marilyn Monroe.... además parece que eran esclavos, que no tomaban decisiones, que eran personas irresponsables, que siempre tenía la culpa el otro, la industria que me fagocita, pobrecito/a, qué fácil, siempre puedes decir que no, que se acabó, pero claro entonces hay que vivir de trabajar de verdad. Mentiras generalmente de drogadictos y con un ego desbocado. Cada vez estoy más de acuerdo con Dreyer: actores no profesionales, gente que me encuentro por la calle y que dan el físico para el papel, lo demás es complicarte innecesariamente con personas que, además, son profundamente desagradecidas.

Este caso puede parecer distinto porque Björn Andrésen era menor de edad y por supuesto el efebo asexual más bello del mundo: Tadzio, Tadzu. Lo mejor de ese bodrio difamatorio y dramáticamente grotesco que es Muerte en Venecia, nada que ver con la ópera de Britten, más respetuosa con Mann que esta caquita de película que pretendía ser escandalosa e insinuar la posible homosexualidad de Mahler. Tuvo la correspondiente denuncia el inmoral Visconti, maricón y sobre todo, aristócrata, así que creía que podía hacer lo que le viniese en gana, vamos gentuza. El problema es que Björk ya había hecho una película antes de ésta, no era novato ni tan ingenuo como nos pinta el documental. Fuera o no decisión de la abuela, él estaba encantado con ser famoso y "desarrollarse profesionalmente". Se le escapa en un momento del documental. Otra cosa es que no le gustase el icono en el que se había convertido, sabedor además de que era algo totalmente efímero.

El documental está hecho para el público sueco, más conocedor de la vida del protagonista. Ha participado de esa guisa desastrosa en películas de terror de autor, le recuerdo en Midsommar. Se dispersa entre el pasado como Tadzio y el presente de drogadicto, y un drogadicto nunca es de fiar. No veo la relación causa efecto por ningún lado, perdió la belleza y perdió su momento. Puede ser un juguete roto, pero para eso tienes que tener la poca inteligencia de ser un juguete. No puedes echar la culpa de tu ruina a un momento de éxito profesional aunque detrás esté el hijo puta de Visconti. Por cierto, no se deja claro si finalmente tuvo o no relaciones sexuales homosexuales después de la película con alguno del equipo, todos maricones como en Tele 5, es decir, si finalmente fue chaperillo o no, algo que era completamente ajeno al texto de Mann, que habla de belleza asexuada, de un ideal que busca todo artista.

Por lo tanto, al final el documental aburre porque la vida de Björk no me interesó nada y solo las imágenes de archivo del rodaje de Muerte en Venecia tienen interés. Especialmente la cara de sátiro de Visconti cada vez que veía a un niño guapo en el casting, por eso Lucía Bosé, conocedora de las debilidades pedófilas de Luchino, prohibió a su hijo que hiciera el papel (imaginaciones de mamá orgullosa) aunque Tadzio era Björk Andrésen, de eso no cabía la más mínima duda y el resto debería ser silencio
Bartleby
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de agosto de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me gusta la idea de saber qué fue de estos fenómenos cuya fama mundial fue efímera. Este documental es muy interesante pero pasa de puntillas por la parte más sórdida de la vida de un muchacho sin apenas formar y con un pasado familiar muy difícil.

El documental está muy bien llevado aunque a veces no se sabe bien qué pasa, precisamente por no ahondar en lo que es más negativo e incluso escabroso de la vida de este hombre, tanto en su juventud como en su vejez actual. Al hombre actual le da un tratamiento digno señalando lo que queda de aquella belleza adolescente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gudula
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
22 de septiembre de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Debería prohibirse trabajar a los menores de edad? También les pasa a los deportistas y a los cantantes y a todo el mundo le parece la mar de bien o no dicen ni mu esta boca es mía, se celebra con algarabía.
Si te fallan/faltan los padres, estás vendido/perdido, en manos del desastre/peligro. Pero con ellos tampoco estás libre del mal.
¿Cuándo se jodió la vida de Tadzio? Pues no se sabe, aquí lo sitúan en la prematura abrupta ausencia materna y/o en la intervención en la famosa película, pero es siempre complicado (des)cifrar exactamente el comienzo del derrumbe.
Sí, no exageraban, era muy bello, y Visconti lo utilizó, usar y tirar, lo normal, un suspiro, un vampiro, lo que es el arte, vale, pero por otro lado no dramaticemos, o sí, esto pasa muy habitualmente, todos los días, a pleno sol, es bastante común este uso, la diferencia fundamental es que participó de un acontecimiento cultural de primer orden, excepcional, el cruce ¿feliz? de dos mitos, Mann y el citado director italiano (era comunista, pero tenía sirvientes, dicen, cabalgaba contradicciones, lo cortes no quita lo valiente, soy idealista, no tonto, tengo derecho a un ferrari rojo).
El documental trata de ser poético, estar a la altura, apuntarse un tanto y no lo tiene demasiado claro, lo cumple solo a medias, a veces es excesivamente similar a un reality cutre morboso lacrimoso horroroso, otros juega más al despiste y hace elipsis, equilibrismo, insinúa, apunta pero no da, se deja caer, no acaba de tirar la primera piedra, se arredra, y en ocasiones también recurre a las postales o a los silencios con pretendido solemne poso o fondo, a las miradas perdidas al infinito que me pierdo y no me encuentro.
Sí, tenía un lado misterioso perverso, asomaba, y eso es lo bueno o rico o terrible gracioso, esa mezcla sutil de timidez y arrogancia, fragilidad, pecado, inocencia y corrupción, delicadeza y delicuescencia, desvalimiento, degradación, disgregación, inseguro y poderoso, ambigüedad, miedo, desvanecimiento, desconcierto y estupor, pudor, in/a/moralidad, Luchino lo vio, le caló y lo explotó y es ya inmortal, pase lo que pase.
A mí, claro, me hubiera interesado mucho más que nos explicaran con mayor ahínco la parte cinematográfica, su vida me interesa mucho menos, pero bueno, resulta interesante, un tanto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de septiembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este triste y melancólico documental será especialmente apreciado por aquellos que hayan visto “Muerte en Venecia” de Luchino Visconti y que, a su vez, les resultaran atrayentes la adaptación del cuento de Thomas Mann y el tratamiento cinematográfico que hizo el famoso director italiano. Y que no se malinterprete esta introducción: no acostumbro a predecir que determinadas obras pueden ser apreciadas exclusivamente por algunos “elegidos”, me refiero a que todo el asunto que se desarrolla aquí tiene inequívocamente relación con la famosa película de 1971.

La búsqueda desesperada que hace el personaje interpretado por el gran Dirk Bogarde para alcanzar la belleza pura (su rol era el de un compositor anciano, alter ego de Gustav Mahler) y que se le presenta con la aparición de un angelical púber quinceañero, verdadero efebo de la actualidad, hace que el propio Visconti emprenda también una febril búsqueda por toda Europa para encontrar un adolescente que poseyera una figura de atracción física fulminante.

Como es sabido, el rol de Tadzio adolescente polaco de vacaciones en un balneario veneciano, fue interpretado por el sueco Björn Andrésen, luego de cientos de audiciones que el realizador italiano hizo en Polonia, Hungría, Finlandia, Rusia y Suecia. No bien atravesó la sala de casting Visconti quedó deslumbrado y ya supo que ese sería el protagónico rol de la belleza y de la muerte. Delgado, desgarbado y de gran altura para su edad tenía un cuerpo que transmitía cualquier cosa menos erotismo, era más bien un chico andrógino, pero que poseía una estructura facial preciosa. Ojos grises, cabello largo de color miel, mirada seductora y proporciones perfectas en su rostro. Cuando lo contrató y luego del estreno de “Muerte en Venecia”, don Luchino declaró —muy hábil y comercialmente— que se trataba del “chico más hermoso del mundo” y así lo hizo recorrer por tres años (período establecido en el contrato) todo el mundo presentando su película y convirtiéndose en propietario de los que hoy muchos futbolistas llaman “derechos de imagen”. Si la película fue, de alguna manera, icónica los afiches con la fotografía de Björn Andrésen lo convirtieron en un producto de consumo para la publicidad y, especialmente, para la comunidad gay de gran poder adquisitivo.

Lo que es poco sabido (o, por lo menos, para el ignorante que esto escribe) es que esa película marcó para siempre la vida del joven sueco y lo volvió un desgraciado que no podía sacarse de encima el estigma de ser el más bello muchacho del mundo. Y justamente de esa peripecia es que los realizadores suecos Kristina Lindström y Kristian Petri tratan en este documental. Cuentan para ello con increíble material de archivo (del casting original para conseguir al actor adolescente, de detrás de escena de “Muerte en Venecia”, de varios reportajes a Luchino Visconti respecto a esa obra) y fundamentalmente con un largo reportaje que le hacen al actual Björn Andrésen, y a gente vinculada con el mismo.

Todo esto nos muestra el drama de un cuerpo “cosificado” (en aquella época parece que era normal el tráfico de cuerpos, pero hoy podrían sumarse al “me too”), que vio frustradas sus aspiraciones de ser músico y del increíble uso que le han dado a su imagen en Japón, donde hasta el día de hoy pervive un personaje de manga creado a su imagen y semejanza. Pero además se muestran tragedias de vida (la desaparición de su madre cuando niño, la muerte de su hijo más pequeño, su adicción al alcohol, la posibilidad de ser desalojado de su vivienda porque sus vecinos protestan por su comportamiento). La dirección opta por el respeto y el tino, por la denuncia suavizada y por la discreción, y no fuerza al entrevistado ni a su entorno a que cuenten más de lo que desean. Dicho de otra manera, esto no se trata de un folletín de chismes o cotilleos, no hay una intención amarillista.

Delicada realización con una banda sonora exquisita, que va haciendo un paralelismo entre el presente de un Björn Andrésen ya anciano y escenas de “Muerte en Venecia”.

Es, en mi modesta opinión, un buen documental, duro, exquisito y triste que me permito recomendar. Para terminar, declaro que mi intención es siempre criticar obras, pero no hacer crítica de otras críticas. Sin embargo, no me podido evitar leer algunos comentarios que se quejan de que se sabe muy poco del presente de Björn Andrésen, de que no se ahonda en detalles personales del mismo, pero parece que no se tiene en cuenta que el hilo conductor son las entrevistas al mismo y que, obviamente, él cuenta lo que quiere contar. Dicho de otra manera y con lenguaje arrabalero rioplatense, el hombre cuenta lo que se le canta.
Atilio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow