Soy espía

En el cine pasa muchas veces que se tira de famosos para vender algo mediocre (como es el caso) o directamente malo.
Los cuatro actores principales tienen (o tuvieron en su momento) éxito, y son de lo poco que sostiene a duras penas esta comedia de espías.
Y es que no tiene ni un solo chiste o situación que me haya hecho algo más que sonreír, y respecto a la trama de espías y acción, tampoco tiene mucho más aliciente que ver a Famke Janssen y a  Malcolm McDowell.
Es una película que se mueve constantemente en la línea del “suficiente”, jugando con los clichés de toda la vida del género que se hizo famoso con 007.
Eddie Murphy está demasiado pagado de sí mismo con su personaje, y eso que la carrera del actor ya estaba en franca decadencia por entonces y ya necesitaba compartir cartel con otros para hacer taquilla, en este caso con un Owen Wilson muy poco creíble como agente secreto.
A su favor, el film es entretenido, se hace corto (porque lo es) y divierte por la mínima cuando la ves, aunque con mucha probabilidad se te habrá olvidado en menos de una semana, pues no tiene nada que destaque.

Comienza el milenio. Tom Cruise, pletórico él, ha resucitado las aventuras de "Misión Imposible" con dos entregas, una en el 96 y otra en el 2000. Por entonces no lo sabíamos, pero el chicle se estiraría hasta los ocho títulos. O más...

Mientras esto ocurría, Eddie Murphy andaba reinventándose con esas basuras de "El profesor Chiflado" y el "Dr. Dolittle". Comedias muy, pero que muy dudosas, no exentas de una cantidad notable de mal gusto, con las que volvía a hacer caja tras pegarse un hostión bien hermoso con la tercera entrega de "Superdetective en Hollywood", alla por el 94. Eso sí, en 1997 lo habían pillado jugueteando con un travelo de pago, lo que, a buen seguro, no le ayudó en un Hollywood puritano e hipócrita. Y encima a "Pluto Nash" (2002) le faltaba poquito para manchar su currículo.

Pero Eddie no era el único al que más o menos le iba bien, porque Owen Wilson también vivía tiempos de vino y rosas. Su carrera como actor despegaba gracias a comedias como "Los padres de ella" (2000), "Shanghai Kid: del Este al Oeste" (2000) y "Zoolander" (2001). Todavía faltaban unos años para que se intentase suicidar (2007), por lo que no tenía de qué preocuparse.

Finalmente tenemos a la tercera en discordia, Famke Janssen. Buenorra donde las hubiera, Janssen había logrado meter la cabeza en un cine de superhéroes aún en ciernes o, al menos, distante de la locura que luego Disney desataría. Su trabajo en "X-Men" (2000) la había puesto en una posición ventajosa, haciendo de ella una actriz en boga muy atractiva. No le duraría demasiado.

Total, que ya que el cine de espías triunfaba, aunque imperando la acción desenfrenada frente al estilismo de 007, estos tres optaron por rodar una parodia de ese subgénero que rehacía una antigua serie (véase spoiler 1). Una comedia en donde los tres formarían un trío para que nos echáramos unas risas con la caja de dientes del negro, la nariz del patoso y el cuerpazo de la jaca. "Soy espía" (2002), vaya. Y no, no nos reímos mucho.

Porque "Soy Espía" fue un fracaso, y gordo. Gordísimo. Nada menos que $70 millones de presupuesto (Dios sabrá en qué lo dilapidaron) para producir una taquilla global que no llegó a los $52 millones. Una pifia descomunal, aunque justificada, porque la película se gastaba una gracia tan justita como cargante, como bien demostrarían sus dos protagonistas principales. Dos actores, cada uno repitiendo el único rol que parecía conocer, dando la brasa con chistes bobos y momentos grimosos. Si, además, le añadimos la sobredosis de Eddie Murphy, con sus gestos, sus risitas y sus "tics", la cosa pintaba aún peor.

A todo esto hay que sumar que "Soy espía" envejeció mal. Mal y rápido, porque apenas dos años después de su estreno ya olía a naftalina. Sus diálogos, las aventuras de los protagonistas, el malvado de turno, y las cuitas que les afectaban a unos y otros eran tan simplonas que, honestamente, costaba recordarlas. En otro contexto la llamaría flor de un día, pero es que este capullo ni siquiera llegó a florecer.

En resumen, olvidada comedia sobre espías. Un peñazo de pareja protagonista dando la turra sin compasión. Lo único agradable era disfrutar con la MILF de Famke Janssen.

Eddie Murphy intentando retornar a sus orígenes de las comedias de acción en este caso con resultados no muy satisfactorios, la película tiene buena pinta, pero el guión es muy absurdo y los actores no ayudan mucho (Owen Wilson esta perdidísimo en su papel).

Otra gran mediocridad para la filmografía de Eddie Murphy.