Haz click aquí para copiar la URL

The Booth (Serie de TV)

Serie de TV. Drama. Fantástico. Ciencia ficción Serie Online. 2 temporadas. 10 episodios. Un hombre misterioso se sienta en un reservado de un restaurante. La gente se acerca para hacerle peticiones: un padre con un hijo enfermo, una mujer que quiere ser más bonita, una monja que quiere escuchar a Dios otra vez. Este hombre puede satisfacer todos sus deseos, pero sólo a cambio de un precio: deberán renunciar a sus principios morales, a su conciencia, y ejecutar actos abominables. ... [+]
<< 1 2
Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un dinner, una de esas cafeterías/restaurante típicos que estamos hartos de ver en la películas americanas en las que los que las mesas están rodeadas por asientos corridos en tres de sus lados, formando cubículos o reservados, en uno de esos en los que la camarera se acerca periódicamente con la jarra del café a rellenarte la taza, hay un misterioso hombre de mediana, que siempre se sienta en el último cubículo, en el último reservado (de ahí el título The Booth at the End). En toda la serie no conocemos su nombre, simplemente es “El Hombre”, pero día tras día se sienta allí, y allí recibe a sus misteriosos “clientes”, parroquianos de toda clase, sexo o edad, que van a que sus peticiones sean atendidas.

El hombre no los conoce a ellos, y ellos no conocen al hombre, pero han oído hablar de él. Han oído que concede “deseos”, pero los deseos no son nunca gratis: hay que ganárselos. Y esa es la cuestión: ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para conseguir lo que quieres?

Los peticionarios, una vez se han presentado, dicen que es lo que desean. Cosas imposibles cosas alocadas, cosas razonables, o cosas terribles. Un hombre desea que su hijo pequeño se cure de su leucemia, otro, tímido y que se considera poco atractivo, quiere que una chica de revista, una modelo, a la que ni siquiera conoce personalmente, se enamore de él. Otro quiere localizar el botín de un robo a un banco, un pintor fracasado quiere ser un buen pintor,...

Una monja que está perdiendo la vocación quiere que Dios le hable, una chica joven quiere ser más bonita, un joven quiere ser invulnerable y vivir para siempre, una mujer de mediana edad simplemente quiere ser amada.

Pero no todos quieren cosas para ellos mismos, de forma egoísta. Un niño quiere que su padre –al que su madre ha echado de casa por alcohólico- vuelva y deje de beber. Un anciana quiere que su marido se recupere del Alzehimer que padece. Una chica quiere simplemente que su padre vuelva a ser feliz,...

Pero todos tienen una cosa en común: son deseos prácticamente imposibles, algunos más que la mayoría: un hombre quiere borrar los últimos 20 años de su vida y simplemente encontrarse con que ha estado casado con su primera novia del instituto, en vez de con la mujer con la que lleva dos décadas casado. Otro hombre mayor quiere simplemente erradicar una religión del mundo, y que todos sus creyentes de desaparezcan.

¿Y cómo funciona? Una vez hecha la petición, el hombre consulta un cuaderno encuadernado en piel, toma algunas notas, y le encarga una tarea al peticionario. Si hay trato y la tarea es completada, el deseo se concederá, lo que se pidió simplemente ocurrirá. Si no lo hay, o si la tarea no se realiza completamente o en los términos indicados, o si a medio camino quien a pedido el deseo, no sigue adelante y se arrepiente, simplemente no ocurrirá.

Como “El Hombre” les dice: él no hace nada: son ellos, los que al hacer la tarea, hacen que las cosas ocurran. Sencillo ¿no? Pues no, porque el problema es aunque las peticiones son disparatadas o irrealizables, las tareas si son realizables, pero a veces a un alto precio.

A uno alguno le puede tocar como tarea sacar de su casa a alguien que voluntariamente no sale nunca de ella. Para otro la tarea es robar una cantidad específica de dinero (101.043 $) de uno o varios bancos. Para otro convertirse en padre. Para otro encontrar a alguna persona que esté perdida y devolverla a casa, Para otro elegir al azar a una niña, secuestrarla y matarla. Para otro construir una bomba que mate a un gran número de personas inocentes...

Las tareas sólo tienen una cosa en común: parecen completamente aleatorias. No tienen porqué ajustarse a las posibilidades de realizarlas que –a priori- pueda tener el peticionario. No son proporcionadas a las peticiones: un deseo difícil puede lograrse con una tarea fácil. Y tampoco se corresponden con la bondad o la maldad de las peticiones: un deseo desinteresado, para hacer el bien a otro, puede requerir una tarea monstruosa y que cause daños a terceros, tanto como podría requerirlo un deseo malvado.

¿A que la idea es buena? Francamente creo que el planteamiento es muy original. Es una serie barata de realizar, que se basa simplemente en las ideas y los diálogos: nunca vemos ninguna escena fuera de la cafetería, simplemente encuentros entre “El Hombre” y sus peticionarios, y alguna aparición ocasional de Doris, la camarera. Pero ese no es el problema.

< en el spoiler lo cuanto, por si acaso revelase algo >

En general creo que esta serie es un magnífico ejemplo de cómo desperdiciar una buena idea, o no sacarle todo el partido posible. Porque a pesar de todo, no creo que sea una serie completamente desdeñable, entre otras cosas por su corta duración: los episodios son cortos (poco más de 20 minutos) y las temporadas cortas también (de 5 episodios cada una).

De hecho la segunda temporada tiene algunos giros interesantes que me convencieron para que, después de dejarme a medias al final de la primera, siguiera viéndola: “El Hombre” ha cambiado de cafetería para montar su pequeña oficina, pero Doris, la camarera de la anterior, lo encuentra, y le revela algo sorprendente... Y todo simplemente para volverme a quedar con un final abierto tras la segunda temporada.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2015/05/the-booth-at-end-como-desperdiciar-una.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de noviembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reflexión muy, pero que muy interesante.
Capítulos de 10 minutos o menos, que te hará replantearte tus valores personales, y pensar mucho en lo que somos capaces de hacer los seres humanos por conseguir aquello que queremos.
¿Hasta donde serías capaz de llegar tú? Creo que con esa frase podríamos resumir esta gran creación, donde Xander Berkeley se muestra tan frío como de costumbre podemos verlos en sus papeles (una frialdad realmente necesaria).
merry
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
21/21(31/01/19) Notable serie dramática creada por Christopher Kubasik y protagonizada por un carismático Xander Berkeley, producida originalmente para el canal de cable estadounidense FX, la serie ha tenido dos temporadas, cada una de las cuales consta de 5 episodios de veintitrés minutos, primera temporada dirigida por Jessica Landaw, y la segunda por Adam Arkin (quien también coprodujo). Es un ejercicio de estilo en el que se hace de la parquedad de medios virtud, y es que toda (absolutamente toda) acontece en un típico Dinner americano, y todo sucede mediante diálogos en una mesa de este local, recordándome la concepción a la serie de la HBO “En terapia” (todo ocurría en una consulta de un terapeuta). La serie sigue los destinos de un grupo aparentemente aleatorio de extraños que cada uno de ellos participa en un pacto faustiano con una figura misteriosa, el Hombre (Berkeley), creen posee el poder de conceder cualquier deseo, a cambio de lo cual deben cumplir una tarea que les asigna. Los capítulos te atrapan desde el inicio, por los diferentes deseos de la gente, y por las extrañas contraprestaciones que pide El Hombre, creándose un halo místico alrededor del metraje, por lo bien relatadas que está lo que acontece fuera de campo, mediante lo cual se establece una radiografía sobre la compleja Condición Humana, sobre sus miedos, debilidades, esperanzas, frustraciones, rencores, ello en un retorcimiento de la moralidad, donde se contraponen nuestros deseos contra las acciones que las provocan, donde sobresale el inteligente y mordaz manejo de un guión hábil que hace fluir las subtramas de modo diverso para ir cambiando de tono en cada segmento, cubriendo un amplio espectro de la sociedad. Una adaptación cinematográfica italiana titulada The Place fue dirigida por Paolo Genovese en 2017.

La serie aborda un tema universal sobre el tema de que estas dispuesto a hacer por lo que más deseas, que línea moral cruzarías para alcanzarlo: Para salvar a tu hijo con leucemia; para ser más guapa; por recuperar el amor de tu hijo; por recuperar la memoria de marido con alzhéimer; por ser amado por alguien inalcanzable; por hacer que tu padre vuelva a ser feliz; por recuperar la FE; por aceptar la enfermedad de tu hija; por ser inmortal; por acabar con un movimiento religioso que consideras tóxico; o por ser amada; Todo esto se entrelaza con las misiones que El Hombre les pone a cambio, donde sus convicciones se pondrán a prueba, desde poner una bomba, asesinar a una niña, atracar un banco, realizar una masacre, torturar a alguien, ser promiscua, y mediante este juego de demandas y precios se establece un carrusel de ententes entre El Hombre y sus “clientes”, mediante los cuales se hace un análisis de personalidades, con giros ingeniosos, con sorpresas, y sobre todo mucha locuacidad, apoyándose en unas actuaciones notables que hacen del espectador un imán para la serie, quedando en muchos de los casos (no todos son igual de sugerentes) cautivado por querer saber lo que sucederá, importándote lo que ocurra.

La serie juega con la percepción del espectador, juega a que este rellene los huecos, sobre si es todo sobrenatural, sobre si El Hombre es un Dios o un Demonio, si es un Intermediario de alguno de ambos, o si es simplemente un loco que sabe embaucar a incautos. Tejiéndose un juego de choques psicológicos sugestivo, donde la tensión e intensidad es manejada de forma epidérmica. Juega a que el espectador rellene los huecos de lo que no ve, de los relatos que le cuentan a El Hombre, es la fuerza de la imaginación, la fuerza minimalista de la palabra puesta al servicio de unas sub-tramas que evolucionan sorprendiéndote y en muchos casos emocionándote, debiendo filtrar además lo que significan la gestualidad, los silencios, las miradas, todo lleva implícito un mundo interior fuera de campo por desvelar.

La primera temporada de las segunda temporada se diferencian por el enigmático personaje de Doris, una camarera en la primigenia, y en la segunda un rol activo que provoca la introspección de El Hombre, la curiosidad sobre las motivaciones de este tipo aparentemente tan frío, quiere saber el alma de “sus clientes”, escudriñando en aquel axioma de que cada acción tiene su consecuencia, cual efecto mariposa. La lástima es que esto queda in media res, a cual camino empezado, pero no finalizado, faltándonos una tercera temporada que pudiera dar respuesta a las preguntas que se generan sobre la velada personalidad de El Hombre. Y es que se le podría pedir una conclusión más impactante y que tan funcional y plana.

Xander Berkley encarna esta especie de deidad (El Hombre) de modo magnífico, te lo crees, su modo de sugerir, preguntar, observar, dudar, su flema, la forma en que indaga en la libreta, como responde ante las demandas de los “clientes” con “se puede hacer”, ello con una gran expresividad, fascinante actuación; Los secundarios que dan vida a los “clientes” resulta excelentes, destacar a uno sería menospreciar al resto, si acaso como ejemplo pondré a Jenni Blong como la misteriosa Doris, la única que mantiene duelos dialécticos de tú a tú con Berkley, donde hace sentir inseguro con su labia viperina a El Hombre, vibrantes sus tour de forcé.

La puesta en escena hace primar las interpretaciones y el guión, la labor de cámara fundamentada en el clásico plano-contraplano. La primera temporada se filmó en el local de Cadillac Jack's Cafe en el bloque 9400 de San Fernando Road, en Sun Valley, y la segunda temporada se filmó en un local de restaurante ubicado en 365 South Main Street, ambos en Los Ángeles, California.

En conjunto, con sus altibajos (que los tiene), me quedo con la originalidad y con el poder que mantiene en muchos tramos de engancharte a la pantalla con sus dilemas morales que te hacen partícipe de lo que ves. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de enero de 2012
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que decir, una de las series con mejor guión que he visto hasta el momento, básicamente la serie es un guión, capítulos cortos con un solo escenario, no hay ningún actor de renombre, bajo presupuesto y sin embargo humilla a muchas series con altísimo presupuesto, ojala los guionistas de hollywood aprendiesen un poco y se dejasen de gastar tanto dinero en hacer tanta basura y se dedicasen a pensar en vez de en gastar.
intocable
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow