Malas tierras

Estos Estados Unidos (que no América) profundos dan mucho sobre lo que pensar. No solo por la aparente carencia de sentido de la violencia de los protagonistas, sino también por las reacciones de los secundarios.
Sería terrorífico si no estuviéramos tan acostumbrados a la violencia implícita y aceptada de esta sociedad dominante en lo mediático.
Muy interesante

En su primera película Terrence Mallick cuenta la fuga de dos jóvenes por Dakota, en el Medio Oeste de los Estados Unidos, tras una serie de crímenes. Badlands (1973) está protagonizada por Charlie Sheen y Sissy Spacek.

Por Nicolás Bianchi

Badlands (1973), ópera prima de Terrence Malick, es una historia de esas en la que los crímenes se cometen sin razón aparente en un lugar de esos olvidados por Dios, y en la que los personajes nunca terminan de asimilar la gravedad de sus acciones, cuya expresión más alta fue el libro de Truman Capote, A sangre fría.
Kit (Martin Sheen) es un muchacho sin ningún talento en particular que trabaja como basurero en Dakota hasta que es despedido sin motivo aparente. El joven intenta anotarse en un programa de seguro por desempleo y cuándo le preguntan qué habilidades tiene y de qué le gustaría trabajar, no sabe qué responder. En uno de sus vagabundeos vespertinos Kit conoce a Holly (Sissy Spacek) una quinceañera que vive junto a su padre pintor en una casa modesta de un barrio suburbano.

A pesar de la diferencia de edad, ya que él es diez años mayor que ella, la pareja se enamora y comienza una relación semi clandestina. Mientras tanto Kit, que viste como James Dean en Rebel without a cause (1955), consigue un trabajo de cowboy en una granja. Al tiempo se encuentra con el padre de Holly para enfrentarlo y contarle que él quiere a su hija, pero el hombre (Warren Oathes), se opone a que se sigan viendo. Kit decide entonces escapar con su amor, para lo que va a buscarla a su casa. Ella llega con su padre, que tras una breve discusión, termina muerto de un balazo. La pareja inicia la fuga por las tierras de Dakota, sin rumbo fijo.

En distintos tramos de la película el personaje de Holly narra, con voz en off, las acciones. De esta manera Mallick nos aleja de Kit, el criminal, a quien observamos con cierta distancia. Holly siempre luce contenida emocionalmente. Ni se altera demasiado por la muerte de su padre ni se la ve muy enamorada de Kit, a pesar de que lo sigue en su derrotero criminal. Ninguno de los dos parece tener una cabal comprensión de las acciones que llevan a cabo, como si fueran arrastrados permanentemente por la contingencia.

En Badlans, desde su nombre, el lugar es un componente importante. El retrato del pueblo en la secuencia de títulos en la que Kit todavía trabaja como recolector de basura da la idea de un espacio en el que la vida transcurre sin emoción ni sobresaltos. A medida que la fuga se desarrolla los personajes parecen todos salidos del mismo ecosistema suburbano o semi rural en el que solo hay granjeros, policías y trabajadores manuales. Los planes para las mujeres, o al menos para Holly, siempre implican la compañía de un hombre. Cuando dejés de estar conmigo te podrás casar con otro, le dice Kit en algún momento.

En su primera película Mallick demostró el sentido estético y la habilidad visual que desarrolló durante toda su carrera. Los parajes desolados del Medio Oeste se integran al relato de la película. Las estaciones de servicio derruidas, las granjas destartaladas comunican características de los personajes que las habitan. En un lugar así parece natural que el crimen se ejerza con tal banalidad, que la vida valga tan poco, parece susurrarnos Mallick en los planos de Badlands.

La película está ligeramente inspirada en el caso de dos adolescentes que en los años 50 efectuaron un raid criminal por los estados de Nebraska y Wyoming. Charles Starkweather, de 19 años, y Carli Ann Fugate, de 14, fueron capturados en 1958 tras dejar un tendal de once muertos. Él fue ejecutado en la silla eléctrica mientras que ella fue condenada a 17 años de prisión, lo que la convirtió en la mujer estadounidense más joven en ser juzgada por asesinato en primer grado. La historia de Starkweather y Fugate también fue tomada en parte por Oliver Stone para la realización de Natural Born Killers en 1994.

Ambientada una década antes de su filmación, cuenta la historia de un pederasta (se lía con una quinceañera) y asesino múltiple que acaba como tiene que acabar. En medio tenemos picnic campero, asesinatos variados, persecución policial y amiguismo con la ley.
La verdad es que se me ha hecho larga y un poco aburrida. No acabo de ver nada destacable en las actuaciones ni la dirección.
Lo mejor: los PAISAJES.
Lo peor: la BANDA SONORA de dibujos animados.

Terminando de ver “Badlands” (1973) de Terrence Malick con Martin Sheen, Sissy Spacek, Warren Oates, Ramon Bieri, Alan Vint, Gary Littlejohn, Bryan Montgomery, entre otros. Drama de fórmula “lovers on the run”, considerado todo un clásico sobre “La América Profunda”, narra una sencilla historia de amor entre 2 inadaptados, una relación extraña, enfermiza e inquietante, cuyo comportamiento infantil e inmaduro, contrasta con la brutalidad de sus actos. El título de la película, tiene que ver con el paisaje árido y fuertemente erosionado, las llamadas “tierras baldías” que caracteriza a una parte de la geografía del Estado de Dakota, y que sirve como escenario natural de la ópera prima del genial Terrence Malick, que aquí fue el director de la película, productor jefe, guionista y editor sin acreditar, y supuso el alumbramiento de un lenguaje propio, entendido como la conjunción de una serie de elementos formales, narrativos y de contenido que se repiten de manera constante en todas las obras de un autor, así contiene las claves y características que definirían buena parte de su corta pero imprescindible obra: Fuerza visual, fotografía preciosista, imágenes que son pura poesía, y un exquisito uso de la música. En específico, nos muestra la pérdida de la inocencia, y el retorno al “paraíso perdido” como medio de redención. Como dato, Malick se inspiró en el caso verídico de Charles Starkweather, joven delincuente de 19 años, que en 1958, acompañado de su novia de 14 años, asesinó a 11 personas en el trayecto entre Nebraska y Wyoming, y que a su vez, inspiró filmes como “The Sadist” (1963), “Kalifornia” (1993) y “Natural Born Killers” (1994), pero “Badlands” no pretende ser una reproducción de lo que pasó. Además, Starkweather había sido ejecutado al momento en que la película comenzó la producción, mientras Caril Ann Fugate todavía estaba viva, y enfrentando la libertad condicional; por tanto, los cineastas cambiaron los nombres de los personajes principales, para evitar un juicio; y es muy probable, que Malick tomara prestado más de un elemento de “Bonnie y Clyde”, el agradecimiento en los créditos finales a Arthur Penn, es una pista; por lo que Malick juega con los iconos culturales de EEUU: Los años 50s, James Dean, el mito del joven rebelde, y del joven forajido, etc., y elabora una “road movie” en la que llegar al destino no importa, pues no hay futuro para la pareja de enamorados, que sólo estarán juntos lo que dure el viaje; y se pudiera pensar que para Malick, la sociedad humana es maligna, siendo el hombre la peor criatura de la creación. Curiosamente, “Badlands” se estrenó en EEUU, en un lapso de tiempo corto, de 2 películas de películas de “Bonnie y Clyde” (1967), y otras similares, como “Thieves Like Us” (1974) de Robert Altman y “The Sugarland Express” (1974) de Steven Spielberg. Del reparto, Martin Sheen representa el lado oscuro del “Sueño Americano” y de la sociedad de consumo, el “white trash” sin futuro; mientras Sissy Spacek, es una adolescente, un tanto retrasada, que se deja llevar ciegamente por el amor incondicional; si bien ella no ha cometido ningún crimen, sólo le acompaña, aunque tampoco se opone a la violencia de Kit. Sheen tenía 32 años cuando interpretó a Kit, de 25 años de edad en la película; mientras Sissy Spacek, de 22, hizo de Holly de 15 años, ambos convertidos en personajes que pueden cometer crímenes y actos brutales, de los que no se les culpa ni se buscan sus motivaciones; porque detrás de un asesinato puede no existir ninguna razón para cometerlo, y eso lo hace más inquietante y terrible; una película diferente sobre el amor incondicional, y sobre el crecimiento emocional que el mismo suprime. Atención a los cameos de Terrence Malick como Caller, el arquitecto que busca al hombre rico, cuyo actor contratado no apareció, por lo que Malick tuvo que hacer el papel él mismo; más tarde el director quiso volver a rodar la escena con otro actor, pero Martin Sheen se negó hacer la secuencia con otra persona. Además, Charlie Sheen y Emilio Estevez, hijos de Martin Sheen, hacen su debut aquí, sin acreditar, y ambos hacen el papel de 2 niños bajo una farola. Con todo, la película es visualmente hermosa, en una producción bastante atropellada, que hizo contratar a 3 directores de fotografía, pues mucha gente se retiró del proyecto por falta de fe, por la exigencia de lograr la perfección del director, y por el presupuesto. Pero sobre todo, nos queda la curiosidad de ver El Génesis de un MAESTRO.
RECOMENDADA
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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