Maestro

La aclamada película sobre Leonard Bernstein. Tengo que ser honesto, no sabía mucho sobre Bernstein y su vida antes de ver la película, así que quizás mucha gente estaba insatisfecha con lo que se mostró o no, pero a mí personalmente no me afectó.

Creo que la película se queda corta, porque es difícil abarcar toda la vida de una figura importante en poco más de dos horas y Bradley Cooper necesita escenas muy, muy largas para convertirse en una figura épica frente a la cámara.

Pero aún así disfruté mucho las actuaciones, de Cooper y especialmente el papel de Carey Mulligan como Felicia Montealegre. Como dije, no estoy muy metido en la vida personal de Bernstein, así que para mí fue casi como ver una película completamente original y, en mi caso, funcionó.

En primer lugar, el de su factotum supremo, Bradley Cooper, director, actor y guionista de este convencional y aburrido biopic, en el que ni siquiera deja brillar a mi muy admirada Carey Mulligan, perdida entre las nubes de humo del eterno cigarrillo del otro ego inflamado, el de Leonard Bernstein, el perpetrador de varios ladrillos musicales altamente indigestos como West Side Story.

Mucho melodrama, exquisito cuidado para no ofender sensibilidades con el bisexualismo del personaje, -al que se le ve arrullando a muchos hombres pero a ninguna mujer excepto la suya-, una cuidada fotografía en blanco y negro al principio y luego con un color algo ingrávido en la segunda parte, tiende al aburrimiento que el respetable puede conjurar admirando a Carey, disfrutando del vestuario de ambos protagonistas o observando fascinado el trabajo de director de orquesta de Lenny, que se asemeja al de un mecánico de tractores intentando desmontar el embrague de un John Deere de 200 CV.

Entre los productores destacan viejos monstruos como el catolicón y sobrevalorado Martin Scorsese, cuya carrera derrapa hacia el arcén y Steven Spielberg, autor de un remake de West Side Story, más melifluo, cursi y saltarín que el original, al que solo le faltaba el Travolta poniendo caras de Cienciólogo con hemorroides.

Este año llevamos dos de directores musicales inflamados de sí mismos, esta y la insufrible Tar. Espero con ansia la de Pink Floyd o McEnroe, (los músicos, no el tenista encabronado).

Para desbravar la conciencia y eliminar toxinas musicales.
alfonso

Estoy sorprendido de que se esté hablando tan poco, y tenga una puntuación tan baja (5.8), la película que creo que debería de llevarse casi todos los Oscars, pero que todos sabemos que se va a llevar uno o ninguno.

Si hablamos de mejor interpretación, Bradley Cooper se sale de la pelleja, quizá un poco impostado, pero solo con ver las secuencias donde “dirige” se te pone la piel de gallina ¿Y Carey Mulligan qué? Se marca un papelazo brutalmente natural y lleno de personalidad. Y digo esto siendo actores, que hasta hoy, no me gustaban.

Si hablamos de mejor guion, yo personalmente no se lo daría, pero no me rechinaría nada si lo ganase, pues se trata de una adaptación muy bien llevada y narrada.

Si hablamos de mejor fotografía, para mi no hay nada que discutir. Si hablamos de mejor dirección, la película es fastuosa en todos los apartados. Si hablamos de maquillaje y peluquería, creo que incluso supera a “la sociedad de la nieve”. Y si hablamos de mejor sonido, bueno, la verdad es que nunca he entendido bien este premio…

Por eso me pregunto, ¿Por qué una película que es en conjunto y pormenorizadamente la mejor va a ser derrotada por un documental ficcionado? Pues la verdad es que no lo sé, y por eso os lo pregunto ¿Por qué “Oppenheimer” es mejor y está mejor valorada que “Maestro”?

Una película producida por Spielberg y Scorsese, dirigida e interpretada por Bradley Cooper, con Carey Mulligan, sobre una parte de la vida de Leonard Bernstein, no puede ser mala nunca. Es imposible.

Y la película en sí, es buenísima.

Lo que no es tan bueno es que de las muchas facetas de Bernstein para hacerle una película, se hayan centrado en su vida de pareja, en su vida social y en su sexualidad. ¡¡¡ Como se puede fallar en la temática !!!. Imperdonable.

Bernstein, autor de la banda sonora más maravillosa compuesta nunca para una película, West Side Story. Considerado el mejor director americano de la historia. Gran formador de miles de alumnos.

Temas había de sobra para hacerle una película extraordinaria.

Como decía la película es buenísima. Lo primero que quiero destacar es el el maquillaje. Sí, el maquillaje. Es espectacular. No solo por transformar a Bradley Cooper en Bernstein, sino por que si te fijas en la piel, su textura, sus manchas, es impresionante como plasman el paso de la edad. Pero impresionante.

Bradley Cooper. Gran actor, se sabía. Pero si imagino que se tiraría 4 o 5 horas de maquillaje antes de empezar a rodar algo, y lo hace con un saber estar impresionante, unos planos - secuencia encajadisimos, una interpretación suya y de Carey Mulligan de primerísimo nivel, no me queda otra que aplaudirle como director.

Carey Mulligan, una actriz británica extraordinaria, que hasta hace poco se ceñía a papeles de sufridora empedernida, compungida, triste, a punto de soltar una lágrima. Desde que ha sido madre, todo esto ha cambiado en ella. El registro que muestra en Maestro, para mi la convierte en la prácticamente ganadora del Oscar casi sin competencia. Es absolutamente impresionante

Luego la peli tiene algunos detalles destacables que ponen un poco de los nervios. El 90% de las secuencias de Bernstein, son fumando. Cansa un poco. Luego un doblaje nasal, como si el doblador no respirara por la nariz. Supongo que será fiel a lo que le ocurría, pero sino, es una buena metedura de pata si han querido ser originales.

La película está maravillosamente ambientada, y perfectamente desarrollada.

Deberían hacer una segunda parte, de Bernstein músico, compositor, formador para ponerle un 10

Lo que se traduce en que casi nadie entiende esta película, y por tanto es mal valorada. Como ya vimos en Tar o Elvys.

Ni los aficionados, ni los profesionales, se han enterado de que Bradley Cooper ha pretendido mostrar al Bernstein hombre; mucho menos estudiado que su personalidad musical. Pero hay que estar un poquito leído sobre Lenny y su extraordinaria esposa Felicia para poder captar los aspectos que, en 120 minutos de metraje, solo es posible mostrar en pinceladas, fugazmente.

Ahí es donde los escépticos del film habéis fallado. No la habéis puntuado mas alto porque no la habéis entendido. Y eso os pasa porque no os habéis informado previamente sobre la compleja personalidad de Lenny y de Felicia, en unas circunstancias de bisexualidad de aquél, y con una mentalidad social que consideraba la homosexualidad una aberrante enfermedad. Muestra, pues, de la persona que solo tangencialmente recurre a su faceta musical.

Sin embargo, tampoco habéis apreciado que, para compensarlo, casi toda la música que acompaña a las escenas es la creada por él. No la de su Dios llamado Gustav Mahler, del cual hubiera deseado ser la reencarnación; por lo cual Cooper se ha permitido recrear ampliamente el Adagietto de la Quinta y el Finale de la Segunda

Leed el formidable libro de Alex Ross: "El ruido eterno", y luego podréis enfrentaros a este extraordinario filme.