El cebo

   En un bosque del cantón de Zúrich un buhonero encuentra el cadáver de una niña que ha sido asesinada. El inspector Matthäi se encuentra con el caso justo en su último día de trabajo antes de partir hacia Jordania para instruir a la policía de aquel país. El buhonero es acusado del crimen al ser el único sospechoso e internado en prisión donde, nada más ingresar, se suicida. El caso se da por acabado, pero, ya en el interior del avión que le ha de llevar a Oriente Próximo, Matthäi cree dar con la clave de que el asesino, que puede ser el mismo de otros crímenes anteriores similares sin resolver, sigue suelto, y se queda para seguir investigando por su cuenta, ya que ha sido reemplazado en su puesto de trabajo y la superioridad no decide reabrir el caso.

              Filme de intriga policiaca en el que entra en juego el personaje (objeto de análisis psiquiátrico, un tanto freudiano, por parte de un médico amigo del protagonista), de un asesino en serie un tanto inusual. Dirección segura por parte de Ladislao Vajda manteniendo la tensión necesaria en todo momento. Argumento hábil que hace pensar al espectador, casi hasta el final, que la historia puede tomar distinto camino al definitivo.

           Guion escrito por el propio director, por Hans Jacoby y Friedrich Dürrenmatt. Se da la circunstancia de que esta película, en un principio, iba a ser dirigida por el actor y director alemán Wolfgang Staudte. e interpretada en su papel protagonista por Martin Held, pero al retrasarse el rodaje y tener ambos compromisos anteriores adquiridos, finalmente, fue Ladislao Vajda quien la dirigió y Heinz Ruhmann quien la protagonizó. Por otra parte, a pesar de lo que figura en los títulos de crédito en español, la película no cuenta con un guion adaptado de la novela 'La promesa', de Friedrich Dürrenmatt. sino que fue al revés, el novelista suizo no quedó satisfecho con el guion final, más o menos exigido por el productor Lazar Wechler y, partiendo de su aportación personal a dicho guion, escribió, ese mismo año, 1.958, su novela.

El cine de nuestro Estado sería impensable sin la presencia de “El cebo” de Ladislao Vajda, una referencia cinematográfica europea imprescindible y uno de los mejores thrillers que se hayan rodado. Y, sin embargo, para que fuera posible, nuestros artesanos tuvieron que irse a Suiza, rodar una coproducción y forjar desde allí unas líneas argumentales que no hubieran sido sostenibles en el interior de un Estado sometido por la fuerza y el yugo de la censura más atroz jamás conocida donde todo funcionaba a la perfección, justo lo contrario de lo que este film formula como planteamiento argumental.

Tantísimas décadas después, el film sigue funcionando con la precisión de un reloj suizo (nunca mejor dicho) y su malsana historia continúa atrapándonos como si hubiera sido rodada ayer. Aunque, sin la menor duda, hunde sus raíces en “M, el vampiro de Düsseldorf” de Fritz Lang (y en buena parte del resto de su filmografía), su influencia directa y expresa en el cine y la literatura posteriores resulta inconmensurable. Verla es resonar en mi mente de forma constante “Plenilunio”, tanto la joya literaria de Antonio Muñoz Molina como su fantástica traslación en imágenes llevada a cabo por el gran Imanol Uribe.

Me fascina especialmente esa facilidad con la que Vajda hace algo complejísimo “a priori”: partir el film en dos mitades haciendo posible que en la primera todo gire en torno a la investigación y al personaje del detective mientras que su segunda mitad vaya evolucionando hacia el estudio del criminal y de una niña apabullantemente angelical.

La historia de una menor muerta encontrada por un buhonero que, por ser el foráneo y el pobre, pasa a ser el falso culpable y el objeto de las ansias de venganza de la población local; la investigación que obsesiona a un policía que no pasa por cerrar el caso tan fácilmente; la inocencia de los niños y, sobre todo y por encima de todo, un dibujo infantil dejado por la víctima que será la única clave de bóveda de la investigación policial que irá descentrando al policía paulatinamente.

Apabullante fotografía en blanco y negro de Heinrich Gärnet y Ernst Bolliger que convierte un thriller ortodoxo en un viaje lisérgico por la Suiza rural donde los bosques cobran un encanto perturbador y ominoso donde los niños pueden jugar hasta perder la vida, donde los cuentos muestran su parte más oscura.

Esta inquietante película titulada El Cebo (The Bait) está basada en una novela de Fredrich Durrenmatt tratando sobre un obstinado detective (Heinz Ruhmann) que se ve involucrado en el caso del asesinato de una niña. Al principio aparece como principal sospechoso un desafortunado vagabundo (el incomparable Michael Simon). Entonces el policía contrata una gasolinera y se lleva como empleada a una madre soltera (una dulce María Rosa Salgado) con una hija, siendo su intención utilizarlas como cebo para un cruel asesino. El detective de policía intenta atrapar a un asesino de niños, al mismo tiempo que piensa en la mujer y la niña. ¡Prepárate para una historia de suspense de lo más inusual e inquietante!

Esta coproducción España, Alemania y Suiza es una película bien elaborada con mucho suspense, emoción y estudio psicológico. La película funciona en varios niveles con papeles magníficos muy bien interpretados por todo el reparto y un guión desarrollado con excitante buen ritmo. Friedrich Dürrenmatt escribió el guión y al mismo tiempo desarrolló la forma novedosa de la historia bajo el título "Das Versprechen" (La promesa), el terminó la novela después de terminar la película y le dio un final diferente, mucho más . Completó el libro después de terminar la película y le dio un final diferente, mucho más oscuro. Su desarrollo perfecto no reside en exhibiciones de acción frenética y violencia espantosa como sucede en el cine moderno, sino más bien en mentiras sobre personajes interesantes y sucesos llenos de suspense. Las interpretaciones son francamente fabulosas con especial mención para Michael Simon y Gert Frobe. El actor francófono Michel Simon, que interpreta al vendedor ambulante Jacquier, aprendió fonéticamente el diálogo alemán. La actuación de Gert Fröbe en esta película llevó a Harry Saltzman y Albert R. Broccoli a elegir a Fröbe como Auric Goldfinger en la película de James Bond James Bond contra Goldfinger (1964). Fotografía atmosférica en blanco y negro de Heinrich Guerner y partitura musical adecuada con un tema emocionante de Bruno Cantafora. La película fue bien escrita por Ladislao Vadja (junto con Hans Jacoby y Friedrich Durrenmatt) y excelentemente dirigida. Vadja fue autor de magníficas películas, como: 'El milagro de Marcelino', 'Un ángel pasó por Brooklyn ' y ' Mi Tío Jacinto', todas ellas protagonizadas por el niño prodigio Pablito Calvo. En mi opinión ¨En Cebo (The Bait)¨ es una de las mejores películas que salieron de Europa en la década de los años 50. Si te gustan las películas reflexivas y melancólicas que son emocionantes y ricas en ritmo pero que no muestran mucha acción, te gustará esta.

Otras películas sobre esta apasionante novela son las siguientes: 'La fría luz del día' dirigida por Rudolf Van Den Berg con Richard E. Gant; una versión alemana (1997) dirigida por Nick Hoffman; y la más conocida versión americana 'The Pledge (La promesa)' de Sean Penn con Jack Nicholson, Benicio Del Toro y Robin Wright Penn
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Me da rabia que esta sea mi primera crítica pero el que no haya ninguna tirando a negativa me anima a hacerlo. Creo que con mi nota ya esta dicho casi todo y no puedo justificar el hecho de por que me parece tan mala sin destripar algo del argumento. Nada que ver con las actuaciones (discretas pero aceptables), fotografía u otros apartados técnicos y por eso paso ya a los spoilers.

Un Vajda, diferente, abandona el sentimentalismo, y compone, siguiendo las páginas de la novela "La promesa" del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt, su obra maestra, y una de las obras maestra del Séptimo Arte, y con un relato que se nutre en la intriga, entre una fotografía, en blanco y negro, magistral, la impresionante representación de Gert Fröbe, la sobria de Heinz Rühmann, la corta, pero intensa, de Michel Simon, en una escena prodigiosa durante un interrogatorio policial y la naturalidad de los niños actores (auténtica especialidad del magiar), principalmente, la niña protagonista, Anita von Ow , nos introduce, en la investigación, particular, de un expolicia, que dejó, en su carrera, a un monstruo suelto y el cadáver de una niña, al que no se le hizo justicia. Y para su resarcimiento personal, expondrá, al apetito del monstruo, a una pequeña que usará como cebo...

Veremos, una cinta, que nos atormenta, nos asusta, nos conmueve, nos intriga, nos maravilla y nos adentra en los oscuros pasillos de la perversión humana, en el país de los monstruos, curiosamente, en el país, donde menos lo esperaríamos, en un país de idílicos parajes, en el país del chocolate...