Una cuestión de tiempo

¿Puede haber algo más raro que mezclar una comedia romántica al uso y los viajes en el tiempo? Pues eso es lo que hace el director y guionista Richard Curtis (Cuatro bodas y un funeral, Notting Hill), todo un especialista del tema, en su última película.

A pesar de todos los reparos que uno puede tener ante el loco argumento de un joven cuyo padre le revela que los hombres de su familia pueden realizar viajes temporales, Una cuestión de tiempo sabe encajar con mucha naturalidad esta aparente estupidez. Y lo hace, en un principio, para explotar el lado más cómico de un tipo normal que intenta ligarse a un chica a base de repetir una y otra vez sus encuentros. Una vez que esta faceta se agota, Curtis va girando poco a poco al drama para acabar con un tono que en nada tiene que ver con el que comienza la cinta.

Una cuestión de tiempo no es la maravilla que muchos críticos han dicho o, al menos, a mí no me lo parece. Es un film digno, amable, decente, pero que, por mucho que quiera darle un toque de realidad a la manera en que cuenta las relaciones amorosas, no puede dejar de caer en los tópicos: chico feo pero simpático que acaba ligando con mujeres mucho más guapas que él, familia loca a la par que encantadora con casa de catálogo de decoración y mensaje de optimismo.

Al menos regala algunos momentos divertidos y no se pasa (por los pelos) de empalagosa. Soportable para el género masculino y, como todo lo que hace Curtis, irresistible para las mujeres. ¿Hay alguna a la que no le encante Love Actually?.

Lo mejor: la escena del metro.

Lo peor: creerse que el protagonista puede ligarse al personaje de Margot Robbie.

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Es tan difícil encontrar películas de este tipo, de las te hacen reír y llorar y después volver a reír... Me gusta que una película te encoja el corazón, que te haga sentir, que te ponga en el lugar de los personajes y Richard Curtis lo ha conseguido conmigo. Me ha hecho disfrutar como una enana y ha conseguido hacerme llorar con su film como pocas películas han logrado. Por este tipo de historias me gusta tanto el cine.

Se trata de una cinta íntima, con muy pocos personajes y sin salirnos demasiado de la familia. No pasan grandes cosas, no hay explosiones ni disparos. Sólo hay sentimientos. De todo tipo.

Domhnall Gleeson ha sido un gran descubrimiento. Me conquista desde la primera escena y consigue una química fantástica con Rachel McAdams. Aunque creo que eso no es difícil porque ella es una de esas actrices que son su magia lleva al actor que tiene enfrente a ser mejor. No se puede comparar la química de Gleeson con la de Gosling en "El diario de Noa" pero consigue que me olvide de Ryan aunque sea sólo por un rato.

Un 9. Muy buena película que recomendaré cada vez que me pregunten por algo digno de ver.

Película con muchos ingredientes, y todos buenos.
Lo primero, es inglesa. De las que muestran como nadie esa mezcla de tradición y modernidad que tanto nos encanta a todo el mundo.
Lo segundo, la historia. No es que sea original, pero, si algo diferente a las clásicas de viajar en el tiempo. En este caso está contado de forma tan simpática, que para el espectador es fácil empatizar y olvidarse que está delante de una comedia de fantasía.
La historia es una de esas historias de amor/humor inglés, que en los años 90 Hugh Grant bordaba. Mismo estilo.
Luego están los personajes. Chico de extraño atractivo, eterno fracasado que debe girar su vida, y chicas monas que no se lo ponen fácil. Entre medias, secundarios en papeles ingleses típicos, padres, hermana, amigos, compañeros…a cual más particular.
Por último la música. Pop británico del bueno para situaciones concretas.
En definitiva, una comedia con tantos ingredientes, con una historia tan bien desarrollada y evolucionada, con giros positivos tan optimistas…que sinceramente no me ha llegado de convencer del todo.
Tengo la sensación que quiere ser afín con tanta gente y situaciones, que en el global, patina.

Tenéis que verla. Una película que trata de la felicidad en lo cotidiano. Da gustó ver reflejadas realidades como el amor del padre al hijo, del hijo al padre, entre hermanos, el enamoramiento, la paternidad y la maternidad. Y todo servido en unos diálogos jugosos matizados por un humor a veces cáustico, que evita el empalago.
Personajes perfectos como el del tío. Y una Rachel McAdams que tiene una de las caras más amables, sencillas y perfectas del cine.
No es la típica película de chico encuentra chica, sino una historia de familia, en la que uno sonríe, ríe y se emociona.
La película quiere decir algo: que la felicidad no está en cosas extrañas ni insólitas, sino en vivir con amor lo cotidiano.
(Es cierto que quien esté amargado pensará que esta película es insultante. Pero esa es otra historia).

El reputado en la comedia británica Richard Curtis nos sorprende a todos con una de esas joyas del año cinematográfico que recordaremos pero que seguro no van a estar en la temporada de premios, lo que viene a ser una joyita en éste, por otro lado, bastante buen año 2013.

Curtis nos deja su obra más dramática y quizás su mejor película a la hora de utilizar los recursos. Mantiene su genialidad en el guión con carismáticos personajes, punzante ingenio y un inteligente sentido del humor, cambiando las situaciones que tan manidas tenemos como espectadores de comedias románticas (la cena del encuentro, la boda); además del añadido fantástico que representa el poder de viajar al pasado y dar una segunda oportunidad (o más) para arreglar esos errores que realicemos.
El viaje al pasado acaba siendo una excusa para hablarnos del destino, del vivir el presente y aceptar la vida como es, luchando por ella eso si. Sea quizás esta lectura final que nos deja el filme, lo único mínimamente discutible ya que puede ser tachada de conservadora y facilona.

Pero sin duda estamos ante una comedia romántica nada habitual (la mejor desde (500) días juntos (2009) aunque con un calado más dramático) que rebosa carisma e inteligencia además de unas fantásticas interpretaciones y una elección musical realmente acertada. Una pequeña joya y lo mejor realizado por Richard Curtis hasta la fecha.