Pájaros de papel

Película dirigida al corazón, espoleando nuestra memoria histórica y homenajeando al sufrido mundo de los "Cómicos" con mayúsculas. Cómicos de mal vivir y peor comer...creadores y artesanos del mundo del espectáculo en su más pura esencia en los tiempos en los que no se aprendía el oficio en escuelas sino más bien al modo de aprendiz sufrido, experimentando y aprendiendo desde las mismas entrañas de la profesión.
La película es un poema romántico y entrañable, tanto desde el punto de vista del guión como de la banda sonora,.. loa sin duda merecida y que refleja auténtica sinceridad emocional.
La tragedia personal e histórica se mezcla con la necesidad de divertir y entretener al espectador a costa de todo... el espectáculo debe continuar. "Mucha mierda" para Emilio Aragón (en el séntido "teatral" de la palabra) parece alguien que tiene cosas que contar.
En general me parece bien medidas las dosis de acción, descripción, contextualización histórica, tragedia, humor, ironía.... quizás en alguna secuencia se excede un poco en cierto sentimentalismo... pero en líneas generales.. me parece una película digna de recordar.
Lástima que según intuyo sea una película que atraiga sobre todo a un segmento de edad mayor de la cuarentena... porque se van a perder algo que merece la pena ir a ver.

No era esta la película que quería ver, fue una confusión al leer la programación de la filmoteca la que me llevó a encontrarme con esta película, que con todos los prejuicios del mundo había desechado verla.
Entro a la sala y sólo habían personas de la tercera edad, buf. La película avanzaba y yo no quería caer en el juego de las emociones fáciles típico de Emilio Aragón -o al menos eso dicen-, he de decir que las pelis de ambientadas en la guerra civil no son mis preferidas, bueno pues he de decir que con todos estos aspectos en contra, al final la película consiguió lo que pretendía emocionarme y puedo decir que me gustó, incluso me contagié de los aplausos que recibió del publico al final y también la aplaudí.
Joder, yo estaba en contra de este tipo de sentimentalismos, ¿pero qué tiene de malo emocionarse?

La verdad es que esperaba mucho más de esta película. No sé por qué, la verdad, habiendo estos dos argumentos de peso para no esperar gran cosa: temática recurrente (bueno, quizá la guerra civil se abordaría con un enfoque completamente nuevo) y director primerizo dueño de una cadena de televisión hiperpolitizada (quién sabe, igual compensaría su inexperiencia con sentimiento y dejándose aconsejar por profesionales).

Pero no, a pesar de todos los medios puestos al alcance de Milikito (sobre todos actores, aunque con altibajos, bastaste más solventes que la media habitual), la película hace aguas. Intenta emocionar constantemente pero no lo consigue y cuando intenta hacer reir se vuelve ridícula. Y sobre todo, adolece completamente de ritmo en la narración, lo que provoca que se haga muy lenta y pesada, sobre todo antes del fallido desenlace.

En definitiva y como ya han puesto de manifiesto otras críticas, igual resulta que para ser director de cine va a hacer falta estar preparado y tener talento (aunque estemos en España). Y en este caso no se da ni lo uno ni lo otro.

Muy buena película que, probablemente, será menospreciada por tocar, en parte, un tema politicamente incorrecto, como es la guerra civil, conflicto absurdo aún no superado por algunos sectores. Vista, internamente, desde un bando determinado, sin darnos cuenta de que en ese bando también, el director sitúa al espectador, equiparando la visión interna a la externa. Estoy hablando del tercer bando, del de la gente sin ideologías políticas que simplemente quería comer todos los días y dormir bajo un techo.

Grandísimas interpretaciones, tanto de Imanol Arias como de Lluís Homar, aunque, personalmente, destaco la de éste último, que está absolutamente genial, y que cuyo personaje se enriquece más aún conforme pasan los minutos.

Sentimental, sí, y ¿porqué no? Al fin y al cabo la vida está llena de sonrisas y de lágrimas. Es probable que se juegue o se aproveche del cariño que todos le tenemos al Gran Cómico, pero aún así, se lo merece y no se lo hecho en cara.

La música ayuda de manera soberbia a llevar la película hacia el sentimiento y aporta sensaciones. Es tal que si esta película hubiera sido muda, con su música se hubiera llegado a comprender. ¡Qué bueno es saber de música a la hora de dirigir!

Espero que se premie como se merece. El tiempo lo dirá.

Una más sobre la guerra y posguerra que, más bien descosida y bastante sensiblera, remonta a veces el vuelo y vuela alto alguna. La triada padre con familia asesinada + cómico homosexual + niño con vis cómica, es, eso sí, eficaz, contundente y a veces, más de las que cabría esperar, funciona como en un capítulo ideal de "Cuéntame" En estos días alborotados, en el mes aniversario de la 2ª República, Emilio, Imanol y entera la troupe de cómicos, cantan a coro que el franquismo y la guerra que lo parió no han terminado del todo, ¡vaya por Dios!. Lo hacen de una manera española en una cinta coral y anti-coral, si se permite el oxímoron, que huele a cierto cine español de antes de la transición (Mercero, algún Saura) y no a "Las trece rosas" o a "Los girasoles ciegos" que tampoco hace falta.
Lo inconfesable es que huele todo el rato a "Médico de familia".