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Los chicos de la banda

Drama Adaptación de una exitosa obra de Mart Crowley. Nueve chicos se reúnen para una fiesta de cumpleaños; ocho de ellos se declaran abiertamente gays, y el noveno sostiene que no lo es. Primer film con homosexuales con final no trágico producido en Hollywood. (FILMAFFINITY)
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
27 de julio de 2008
30 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mart Crowley estrenó en el off Broadway una obra de teatro que da total visibilidad, positiva y negativa, al mundo gay. La época en que se estrena el film, nada popular para el tema central. La homosexualidad era el tabú por antonomasia del Hollywood clásico, donde la más minima insinuación se pagaba con la muerte truculenta o el suicidio del personaje que se atrevía a manifestarla. El teatro, que siempre fue más moderno y controvertido, mostró esta obra que se convirtió en el éxito de la temporada en Broadway, ya no tanto por el morbo que despertaba, que también, sino por la exposición abierta de los temas gays universales; el complejo de culpa, la no auto-aceptación, el bloqueo personal, la monogamia, la doble vida, el cruising, la promiscuidad, el afeminamiento, la marginalidad, el hedonismo…
Los actores en el film son el original cast del teatro, seguramente más debido a que ninguna estrella consagrada quisiese aceptar encarnar un gay, que al increíble talento de los actores que finalmente la interpretaron. Tampoco supuso el estrellato para ninguno de ellos, a pesar de la brillantez interpretativa mostrada.
La película siempre contará con 3 grandes detractores; los enemigos del teatro filmado, a pesar de que cualquier aderezo cinematográfico sea del todo innecesario, tratándose de una historia de texto e interpretaciones. Los gays que opinen que los personajes son estereotipados, cuando resultan más híper realistas que caricaturescos, si se ha conocido a algún homosexual desarmarizado alguna vez, y por último, los heterosexuales demasiado vagos a la hora de identificarse con la historia, calificándola de sectarista o poco universal, cuando el mundo homo se ha pasado la vida poniéndose en lugar del personaje que no le correspondía por sexo, a falta de otros referentes.
El texto está en la línea de los éxitos teatrales de la época, como Quien teme a Virginia Woolf de Edward Albee, frases muy hirientes dichas por hombres con muy poca autoestima. Los temas siguen vigentes hoy en día, para bien o para mal, esta película pone de manifiesto que en lo esencial de la homosexualidad, los problemas siguen siendo los mismos que hace cuarenta años, aunque evidentemente haya habido mejoras notables.
A mí particularmente me gusta mucho el escenario, un ático del Nueva York de los años sesenta, los temas musicales escogidos, especialmente la versión del clásico de Cole Porter “Anithing Goes” por Harpers Bizarre y “The look of look” del infalible Burt Bacharach y sobre todo el elenco de actores, especialmente Laurence Luckinbill (Hank) y Keith Prentice (Larry), a mi juicio la pareja gay más sexy de la historia del cine.
SenyorPirotecnic
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17 de enero de 2008
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de sus grandiosos éxitos con French connection y El exorcista, Friedkin adaptó una obra teatral de Mart Crowley cuyo interés histórico radica en centrarse única y exclusivamente en la homosexualidad, todo un atrevimiento para 1970, más aún en cine que en el teatro, donde su estreno había sido dos años antes.

Es una historia de carácter introspectivo con pretensión humanizadora haciendo ver que todos tenemos similares miedos, deseos o sentimientos independientemente de la opción sexual de cada uno, a diferencia de un cine que hasta entonces había tratado al homosexual casi siempre bajo un punto de vista cómico, anecdótico o soterrado, aquí se hace abiertamente y dándole todo el protagonismo.

Con un reparto sin estrellas (el star system quizás no estaba aún preparado), es chocante que alguien tan brillante técnicamente como Friedkin no hace el más mínimo esfuerzo para disimular el origen teatral de la obra.
Ennis
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11 de febrero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en un obra teatral y sin pretender en momento alguno camuflar su origen e incluso potenciándolo para ayudar a definir el aspecto marginal de sus portagonistas, el gran director William Friedkin dá el primero de sus grande títulos con esta desgarradora, algo tópica, pero en general muy sentida y honesta visión del mundo gay.Los contactos con algunos puntos de la posterior y mucho más famosa, Cruising convierten a estos "Chicos de la banda" en una interesante y por momentos apasionante obra de una fuerza testimonial que la hace superar con creces sus limitaciones y la convierte en todo un icono de su época.
Pero quizás lo más soprendente es que la película sigue teniendo a día de hoy una vigencia asombrosa, ayudada por un grupo de actores excelente y tocando de forma directa algunos temas que en su momento debieron ser motivo de polémica, pero que a día de hoy todavía no han sido superados.
Lo más llamativo es que por aquellas fechas el Sida todavía no campaba por sus respetos , y seguramente por eso la pelicula parece, puntualmente, de otro tiempo, como si estuviera hablando de un mundo que ya no existe, sin embargo el gran mérito de la obra y de la excelente realización de Friedkin es dejar que las situaciones respiren, no temer al histrionismo y sobre todo no convertir a cada personaje en un simple cliché.
Resulta muy soprendente que en estos tiempos de consecución de derechos, de normalización de tantas cosa impensables con anterioridad, una película como "Los chicos de la banda" sea tan desconocida. Quizás es que incluso hoy en día su absoluta libertad, su desolador patetismo, su manera de bordear y asumir el ridículo sin pestañear, sigue siendo aún feroz y turbadora, pero debería ser mucho más promocionada aunque solo fuera en colectivos LGTB. Es evidente que siempre resulta más divertido venerar cosas como Priscilla, Brokeback Mountain o mamarrachadas como Bruno...
Los logros posteriores del gran William Friedkin dejaron claro que la valentía y los múltiples aciertos de esta gran película no fueron una simple casualidad.
kepamk
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21 de octubre de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Los chicos de la banda” es una excepcional obra de teatro que se estrenó en 1968 y que fue llevada al cine por William Friedkin en 1970. Cuenta la historia de un grupo de amigos que se reúnen para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Lo que inicia como jolgorio transmuta en desvelamiento paulatino y en doloroso proceso de exploración y catarsis.

Nueve hombres en perpetuo aislamiento, ensimismados, cercanos al delirio: la copa rota alzada al revés donde el sexo ansioso se destila gota a gota. La carne en carne viva. Un hervidero de variedades, de madeja humana que aspira al desahogo. Entre vapores nerviosos va la cosa y los traiciona la modesta pose. Avanza la confusa nave de la camaradería masculina y su compendio de etiquetas: hetero, macho, gay, afeminado, maricón, mariposa, mariquita, sodomita.

(El calor es más dañino si lo cubre la lluvia, sobre todo si es de noche y aún estamos despiertos.)

La banda: Cowboy, Harold, Donald, Larry, Michael, Emory, Alan, Hank y Bernard.

“Juguemos el juego inclemente de decirnos las cosas, donde el verbo lacerante nos ataque a destajo, bien de frente. Es que la ofensa está cansada de callarse la boca. Y los muchachos insistentemente goteamos, el alcohol se ha filtrado por todos nuestros poros empapando el paño inmaculado de las convenciones y hemos trazado una línea fronteriza entre lo que se queda afuera y lo que permanece dentro. Por ese incontrolable afán de andar buscando lo uniforme para emparentarnos. La insolente quimera de exigirnos únicamente lo idéntico a nosotros mismos.”

Muchos juzgan “Los chicos de la banda” de forma categórica, unos descubren una estocada audaz y prematura a favor de la inclusión y el derecho a la diversidad sexual y otros tantos perciben un intento reaccionario de patologizar la homosexualidad, pero yo creo que su mordiente llega más profundo y se extiende a todos los mundos posibles. Representa la crisis del reconocimiento, el vivir avergonzados, el sabernos solos y escasos, incapaces de ser otro distinto al que somos, con nuestra identidad velada y estigmatizada por el peso de las convenciones. Pero también, y sobre todo, es una película sobre la compasión y el sentido profundo de la amistad.

Debería ser de visión obligada.
Es una película maravillosa.
nahuelzonda
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9 de octubre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El éxito de la obra de teatro en la que está basado el guión de esta película provocó la necesidad de darla a conocer a todo el mundo y no solo a los que podían asistir a los teatros donde se representara la obra. La tarea era difícil, como casi siempre lo es adaptar una obra de teatro al cine, pero en este caso el director obtuvo una buena película y con posibilidades de llegar a todas las pantallas, lo cual era uno de los objetivos. Bueno, a todas las pantallas no, porque en muchos países la censura prohibió la película. Ahora, pasado el tiempo se puede ver como un documento de la los 70 reivindicativo de la dignidad del ser gay. Como en cualquier obra de teatro que trata sobre un colectivo, se eligen los personajes más representativos de ese colectivo con intención de que el espectador pueda hacer sus propias reflexiones sobre el tema que se desarrolla y en la elección de esos personajes es cuando se puede dar lugar a las críticas negativas por considerarlos estereotipos, imágenes tópicas y trilladas. Pero en este caso a mi me parece que se ha conseguido dar una visión global de las características generales que se pueden dar en el mundo homosexual. De todas formas, si es cierto que representan a unos homosexuales que viven, aman y sufren, y la interpretación de estos homosexuales es muy buena, aunque con ciertos toques teatrales que por otra parte el director parece no querer eludir. Si la interpretación de los actores es la que da categoría a la película, la música y la ambientación en un espacio cerrado hacen de esta una obra que debe verse.
Del Mar
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