Café Express

Un tipo de cine en el que son -fueron- maestros los italianos. Comedia, drama social, crítica. Un guion muy inteligente perfectamente construído, que al ritmo del viaje en un tren de la costa del sur de Napoles, muestra una galeria de tipos "pícaros", funcionarios ferroviarios, ladrones, y toda clase de personajes de la posguerra italiana, donde su único interés es sobrevivir. Una magnífica -soberbia- interpretación de Nino Manfredi, un vendedor ilegal de café en el tren que tiene que ocultarse de los funcionarios de la ferrovia que intentan darle caza por orden del "Ministerio"·y un rodaje, lleno de virtuosismo, dentro de los coches de un tren que permite el fluir de las escenas y los personajes. Comedia de sonrisas y sorpresas donde el drama se esconde detrás de una vida "difícil".

Nino Manfredi recorre los vagones del tren nocturno ofreciendo café; lo vende sin licencia, y lo lleva haciendo tanto tiempo que se ha convertido en todo un experto en su trabajo, un elemento indispensable del viaje. Conoce cada recodo del camino, entretiene a los viajeros con historias sobre su brazo inútil, brinda servicios complementarios a quien los solicite. Las autoridades han decidido que ya es hora de pararle los pies.

Película deliciosa, que transita con ligereza de la comedia al melodrama, de la emoción a la risa. El protagonista, un pícaro entrañable, un hombre con principios pese a las apariencias, se las verá con ladrones, funcionarios, clientes difíciles, obstáculos inesperados, mientras desarrolla su labor habitual. El mayor deseo de este hombre consiste en ahorrar dinero para su hijo enfermo. A lo largo de una jornada de pesadilla, le observamos recurrir constantemente al ingenio ante los problemas que se acumulan. El tren avanza con monotonía; Manfredi nos divierte y conmueve durante el trayecto.