Vacaciones mortales

De hecho, incluso la recordaba buena. Había visto una película en la que seis amigos iban muriendo uno por uno estando de excursión por África pero no conseguía acordarme del título. La atmósfera de desesperación, de frustración por no saber qué era lo que exactamente estaba sucediendo era lo que le daba al filme su encanto. La reinterpretación en cada momento de los hechos y de las circunstancias en los que estos habían acaecido, sobre si esas muertes eran suicidios o asesinatos, las alegaciones sobre la inocencia o la culpabilidad de unos y de otros convertían en mi memoria la película en potente. Era consciente de que era una película para la sobremesa pero de las buenas. Ahora bien, resulta que era esta. Lo primero, admitir que fallé por completo en mis herramientas de búsqueda de esta película porque para nada conté con que fuese alemana. Ignorando el hecho de que compartía procedencia con todos esos horribles telefilmes que pueblan la parrilla televisiva a todas horas, e incluso esa calificación tan paupérrima (inferior a la de esos títulos) me dispuse a verla esperando que los buenos recuerdos evocados me acompañasen en esta revisión y desde el principio ya vi que no iba a ser así. No será culpa de la obra en sí, me refiero del guión, pero el doblaje enseguida lo empecé a encontrar bastante acartonado y la dirección estática, más bien televisiva. Recordaba los hechos acaecidos salvo el final y el seguimiento de la película no me generaba interés. Lo cual quiere decir que se trata de una obra incapaz de inspirar ninguna sensación ni sentimiento más allá de su planteamiento, que una vez conocido, tiene poco que deparar. No obstante el mayor fallo lo vislumbraba en un enfoque equivocado de la criminalidad acaecida. Se quiere dar demasiada importancia a los diamantes y al incentivo económico como el desencadenante de todo el mal, pero para mi gusto se abusa demasiado de esa circunstancia, los personajes la tienen en boca cada cinco minutos. Es por eso por lo que la sensación de misterio resulta inexistente. A mí me hubiera gustado que el origen del mal no tuviera una explicación del todo racional, que fuera fruto de una patología asesina desinteresada en cuanto a la expectativa del lucro económico. Hubiera sido más impactante por la manera de producirse las muertes. O si no, que al menos no se tuviera presente todo el rato el tema de los diamantes para sacarlo a relucir en el momento oportuno.

El cierre en sí lo considero atrevido aunque me volvió a descolocar por abrupto. Quizás una película de una categoría algo mayor sí que hubiera sido acertado cerrarla de esta manera, pero para un telefilme con tantas lacras acumuladas no lo termino de ver del todo adecuado, a pesar del lance de originalidad.

Sí, a pesar de todo, con tristeza un uno. No es tan mala, vuelvo a repetir, o al menos hay otras mucho más odiosas, pero poner otra nota sería ser infiel a mi sensación.