Mujeres de la vida

Filles de Joie (2020), en castellano Mujeres de la vida, es una película franco belga que se centra en la vida de tres mujeres que ejercen la prostitución mientras lidian con otros problemas cotidianos como la familia, los hijos, la violencia masculina y los deseos en el porvenir.

Por Nicolás Bianchi

Si hubiera que hacer una lista de los temas que aborda o toca Filles de Joie en sus noventa minutos de duración sería larga. Sin dudas entrarían el machismo, la violencia que se ejerce física y verbalmente contra las mujeres, el acoso, el sexo en la última etapa de la vida, la adolescencia como momento problemático y los lazos de amistad entre compañeras, entre otros. Pero lo más importante gira en torno al ejercicio de la prostitución y cómo ese medio de vida erosiona la cotidianeidad de los tres personajes principales.

Axelle (Sara Forestier), Conso (Annabelle Lengronne) y Dominique (Noémie Lvovsky) son compañeras, amigas y representan una etapa distinta de la vida. Los días de trabajo viajan juntas en auto para llegar al prostíbulo ubicado apenas cruzando la frontera francesa con Bélgica. Esa maniobra, más que a una cuestión narrativa, parecería responder a la producción de la película, realizada con fondos de ambos países.

El personaje principal de Filles de Joie es Axelle, rubia y treintañera que vive con su madre y sus tres hijos en un departamento ubicado en un monoblock. Sus días son caóticos por los niños y también por la anciana, que tiene un carácter fuerte. Además sobre ella pesa la sombra de su ex marido, fortachón y borrachín, que no acepta ni la separación ni que la madre haya obtenido la tenencia de los críos.

Su mejor amiga es la morocha senegalesa Conso, más joven y alegre, que todavía explora alternativas a la vida dedicada a la prostitución. Por su falta de educación formal y su origen social no puede acceder a trabajos que no sean como personal de limpieza, lo que la joven mujer quiere evitar. Por eso es que vive una suerte de fantasía con un cliente ‘rubio’, según lo llama ella, que es un hombre joven y adinerado que la llena de elogios y promesas de amor de improbable cumplimiento.

El otro personaje fuerte del film es Dominique, una mujer alrededor de los cincuenta años, con una larga trayectoria sobre sus hombros y mil anécdotas para contar. Su principal preocupación son sus hijos adolescentes. Ella no quiere que el varón se convierta en un pandillero como el que todos los días en el estacionamiento les grita groserías ni que la muchacha siga por el camino de la madre.

La película está filmada a partir de cierta cercanía con los personajes, que en algunos momentos se logra mejor que en otros, seguramente con los hermanos Dardenne como una posible referencia para los directores Frédéric Fonteyne y Anne Paulicevich, ella última también guionista. Las escenas en las que los personajes son tomados en acciones de su vida cotidiana, como lavarse después de atender a un cliente, fumar un cigarrillo o descansar le dan al relato una densidad mayor que aquellas en las que los diálogos abundan.

A pesar de un desenlace un tanto apresurado, Filles de Joie es un interesante relato sobre tres mujeres cuya actividad es el factor determinante y disolutivo de sus vidas y relaciones. Ellas saben y sienten que no son solo un pedazo de carne aunque para el mundo exterior las prostitutas sean solo eso todos los días durante las 24 horas.