Los amores de un príncipe

Amores que se cruzan, que se implican, que se solapan o que se alejan, llenan este fuerte drama en que se citan también el candor y la crueldad, el lujo y la miseria pero en el que, sobre todo, encontramos un modo de hacer cine práctico, sencillo y muy eficaz gracias al cual se puede culminar con éxito una obra de tema complejo y cuyas implicaciones argumentales se ramifican notablemente.
Ya se sabe que la ruleta del amor gira y, como una cuerda de violín, a veces se rompe.
Posee hondo lirismo, habilidad en la descripción psicológica, un admirable sentido del ritmo narrativo y soltura para caminar en el contraste entre la suntuosidad de la corte imperial austriaca y la pobreza de los desfavorecidos.

Como curiosidad, dígase que el nombre de E. von Stroheim ni siquiera aparece en los títulos de crédito aunque es notorio que Rupert Julian no intervino en la dirección de la película hasta que aquél fue despedido.