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El rostro impenetrable

Western. Romance Tras el atraco a un banco fronterizo, Johnny Río es traicionado por Dad, su mejor amigo y compañero de correrías. Apresado por la policía mexicana, pasa cinco amargos años en la prision de Sonora, durante los cuales, vive obsesionado con la idea de vengarse del traidor. Tras ser puesto en libertad, visita a Dad, que se ha convertido en un hombre respetable y es el sheriff de Monterrey. Cuando Dad le presenta a su hijastra Louisa, Jonnhy ... [+]
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Críticas 55
Críticas ordenadas por utilidad
30 de agosto de 2006
79 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico western y algo más. Brando dirigiendo la película de pura casualidad y sin embargo lo hizo tan bien... Cuando contrata a Stanley Kubrick para dirigir este film piensa que es un director manejable pero de calidad, pensando que Kirk Douglas había despedido a Anthony Mann de “Espartaco” y que la llegada de Kubrick no era más que conseguir el control total de la cinta. Pero no fue así, Kubrick era muy exigente con las tomas y rápidamente Brando le echó literalmente. Brando nunca pudo ser un director, demasiado individualista como para controlar, dirigir y mandar a un equipo de cientos de personas, sin embargo en esta película, su primera y última como director, hizo una obra maestra.
La historia de una venganza está contada con fuerza, y con una belleza barroca y fantasmagórica inusual en el género.
Películas como “Sin perdón” (Gene Hackman hace de Karl Manden) o los Spaguetti-western de Leone ( los duelos de la película) se inspiran en esta sin lugar a dudas.
Karl Malden y Marlon Brando ya habían trabajado juntos en éxitos como "Un tranvía llamado deseo" o "La ley del silencio" y se volvían a juntar de nuevo. Si Brando está bien, Malden está de ensueño.
En fin, grandísimo western que fue el primero de la historia en mostrar el mar y que paradójicamente supuso el principio del declive de Brando que no se recuperaría hasta "El Padrino" ya en 1973.
Aunque fue premiada con la Concha de oro en San Sebastián, en Estados Unidos no tuvo mucho éxito y es que en 1961 el western empezaba a no interesar a mucha gente al contrario de lo que ocurrió en la década de los 50.
Película imprescindible.
Nota: 8,4
vircenguetorix
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19 de septiembre de 2009
47 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Algo vio Marlon Brando en la novela, y con su recién fundada productora acometió un colosal intento. Desde el principio quería dejar impronta. El primer guionista se marchó. Con el segundo siguieron las discusiones. El director elegido, un emergente Kubrick, también se apartó enseguida, a reflotar “Espartaco”. Así que Brando acaparó el control del proyecto. Acertó al contratar el reparto (K. Malden, Katy Jurado, Pina Pellicer) y los dirigió muy bien, obteniendo de ellos gran rendimiento. También acertó con el fotógrafo, Charles Lang: el tratamiento del paisaje da imágenes misteriosas, iluminadas por una luz calcinada o lunar que parece siempre proceder de una ensoñación: las tormentas de arena, el poblado chino en la costa californiana, insólita inclusión del océano y las playas en un western…

La historia está llena de motivación. Dos atracadores huyen con apuros de los ‘rurales’. Uno se sacrifica y aguanta para mantenerlos a raya. El otro le traiciona y no vuelve. Con el tiempo, el traidor es representante de la autoridad. Bendice la mesa junto a su honorable familia. Es capaz de las mayores trolas, sin pestañear. El traicionado, tras cinco años en prisión, busca la ocasión de ajustar cuentas mediante retorcida vendetta.

Las partes obligadas por el género (las de acción: tiros, tragos, peleas, carreras, burdeles…) tienen gran resolución, en especial el imponente duelo.

¿Dónde está el problema por el que, con fogonazos de originalidad deslumbrante, la totalidad no está conjuntada?
Quizá la cualidad colosal del intento: las 35 horas de material filmado se comprimieron a un metraje (kilometraje, diríamos) de 5, inviable, lo que forzó otro montaje drástico que lo dejó en 2:20. La mayor parte de lo concebido por Brando quedó fuera; subtramas enteras, como el romance con una china. Y aún hubo parches aconsejados por los asesores, como un final “más positivo”.
Además, Brando dirigió muy bien a los demás actores pero no a sí mismo. La abundancia de sus primeros planos en detrimento del diálogo marea, y la sobreactuación al interpretar al personaje del indómito llega a incomodar cuando durante minutos, con el rostro excesivamente maquillado, sostiene ante la cámara un rictus de dureza total.

Sobre las razones del astro para sentirse atraído por la novela —una buena historia de traiciones, venganzas y desnudamiento del poder político— el psicoanálisis subraya con énfasis los nombres de los mortales antagonistas: Río The Kid (EL CHICO), y Dad (PAPÁ) Longworth.

De volcarse en la película Brando pasó, por la fría acogida, a desentenderse cínicamente de una obra que no reconocía como suya en tanto que artista, pues el colosal intento había resultado en algo paupérrimo en comparación con su expectativa.

Primera y última vez: no lo intentó más.
“No es más que una obra mediocre para ganar dinero”, dijo al respecto. Y también, coincidiendo con Warhol: “No soy un artista sino un hombre de negocios”.

Mentía, evidentemente.
Archilupo
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2 de abril de 2007
41 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
Inusual, manierista, oscura… Un western extraño, tan extraño que casi ni siquiera es un western. Esas playas fantasmagóricas, esos colores pálidos, ese gesto de Brando y la mirada acuosa de Malden, esos escorzos imposibles, esa enmarañada venganza… Pero sobre todo ese primer plano del careto de Malden cuando ve a lo lejos la llegada de Rio y un plano de Brando al principio de la película, recostado luciendo torso, con una infernal tormenta de arena al fondo, un oleaje de polvo y tierra que nos avisa de que en esta película los rostros y los paisajes retratan perfectamente los demonios interiores que van a marcar el desarrollo de los acontecimientos.

Deliciosamente imperfecta, retorcidamente psicológica, agónicamente romántica… Un intenso ejercicio de vanidad que empieza como un tiro, se desarrolla con una penetrante fuerza casi ritual pero que cae en un desenlace cansado y tibio, impropio de la dramática fiereza con la que Brando nos retrata antes, durante hora y media, dos de la narices más famosas y antagónicas de la historia del cine.
Bloomsday
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21 de agosto de 2006
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alucinante película y única muestra existente del maestro tras la cámara.

Un western en estado de transición, que debe mucho del formato clásico de los años 50, como también al desenfado del spaghetti. Lírico y poético como también violento, crudo y gris. La presencia de Brando llena todo, acompañado por el infaltable Malden y un elenco secundario de primera: Katy Jurado, una bella Pina Pellicer (años después se suicidó), además de otros iconos infaltables del género como Ben Johnson, Elisha Cook y un gigante Slim Pickens, en una interpretación bastarda y perversa.

Locaciones jamás vistas antes en un western, como el océano pacífico en la costa de California, además de un México polvoriento y malsano.

Hay que destacar que antes de que la película pasara al control de Brando, Stanley Kubrick estaba contratado para dirigirla. Sin embargo, no alcanzó a rodar ningún fotograma y dejó el proyecto por desavenencias con el genio omnipotente del protagonista. De todas maneras, trabajó en la pre producción de la película por varios meses, así que parte de esta cinta es obra del director de “Espartaco”. El algún momento Sam Peckinpah fue contratado para rescribir el guión (seguro que el fue el responsable de mucha de esa aura sórdida y sucia de la historia), sin embargo, su oficio no fue del gusto de los productores y fue despedido por el mismo Kubrick.

Gran curriculum para una película imperdible.
Entwistle
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19 de septiembre de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi El rostro impenetrable, única película dirigida por Marlon Brando, me parece una obra maestra de los pies a la cabeza. Es un western atípico, con la presencia y el sonido del mar, de la playa, algo que nunca se había visto y que le da una caracterización especial a la historia y a esta gran película. Es un western intenso, lleno de emoción, donde la venganza y la traición rodean a los protagonistas. A pesar de su larga duración, no se hace pesada en ningún momento.

Se dice que Brando abusó en el número de sus apariciones con abundantes primeros planos suyos que podrían haberse acortado o suprimido. Pero yo pienso que la presencia de Brando es fundamental en la película, su rostro tiene un gran protagonismo y una gran presencia, es hipnótico, es un actor con una mirada impresionante, hipnótica. Su presencia en la película es arrolladora. También lo acompaña Karl Malden, soberbio también. Ambos hacen una pareja excepcional.

Es un western que ha influido en películas posteriores como Sin perdón por ejemplo. Tiene momentos que me recuerdan mucho. El sheriff de Sin perdón (Gene Hackman), sin duda tiene mucha influencia de este sheriff. Es una película atemporal, con el tiempo está cada vez más joven, es un western que lo tiene todo, desde bellos y grandes exteriores hasta personajes muy bien construidos, y una gran historia de amor. Y además de eso, está la soberbia e impresionante actuación de Marlon Brando, que no solo hace un grandísimo papel, sino que dirige muy bien un western peculiar y muy interesante.
Alejandro
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