Tenure

Puede que este tipo de ¿humor? deveniente de relaciones (amistades, enemistades, amor y demás) entre profesores universitarios, sea apreciado por dicho sector en base a alguna cosa que a mí se me escapa, puede que haya quien encuentre gracioso algún que otro penoso y pueril gag (véase uno con poesía erótica de por medio, que también puede que ese sector anteriormente mencionado le encuentre la gracia), puede que alguna de las demás subtramas con Bigfoot, caca, pis, y abuelos libidinosos en residencia de ancianos de por medio contengan algún tipo de interés para algún espectador, pero en lo que a mí respecta, reconociendo que quizá el problema este en mi falta de sensibilidad y/o agudeza intelectual, lo que aquí tenemos es una aburrida sucesión de escenas que en su mayoría solo causan vergüenza ajena por el evidente intento de querer ser graciosas a cualquier precio (intelectual, se supone), que por muy independiente que evidentemente sea, y por mucho que dicho manido y socorrido calificativo sea merecedor de cierta indulgencia a la hora de juzgarla, se queda en un aburrido y fallido remedo por parte del director/guionista Mike Million en su primer largometraje (tras un corto de 2002 que vista la sinopsis debe de ser primo hermano de esta que nos ocupa) del universo Wes Anderson (supongo que de ahí la presencia de Luke Wilson en este bodrio).