Requiem por la Sra. J.

Aunque de producción serbia, y protagonizada por la actriz Mirjana Karanovic, rostro habitual del cine balcánico y de filmografías como las de Kusturica o Paskaljevic, esta interesante película que se ha podido ver en el Atlántida Film Fest, recuerda en sus formas (tipo de planificación, ritmo, estilo, factura, ambientación...) a la nueva -e interesante- hornada de cine rumano que nos está llegando en los últimos años.

Y aunque sea un drama -acerca de una viuda depresiva que vive con su madre y sus hijos en una ciudad gris y que planea suicidarse-, tiene un tratamiento lo suficientemente irónico y agridulce para ser considerado una especie de "dramedia", que denuncia sutilmente la mentalidad burocrática y otros aspectos de la sociedad serbia, que bien podría ser cualquiera de las balcánicas o del este de Europa, es decir, aquellas que fueron comunistas durante tanto tiempo que parecen andar algo perdidas en su paso al capitalismo y al contexto sociopolítico actual.

La señora J no encuentra motivos para seguir viviendo. Se cumple un año desde la muerte de su marido y desde entonces no parece capaz de salir adelante, ni en el plano laboral ni en el personal. Ahora se dedica a deambular por la casa como si fuera una muerta viviente, sin apenas cruzar dos palabras con sus propias hijas. Lo mismo le sucede cuando camina por la calle o va a hacer la compra a la tienda. Solo hay una solución posible: el suicidio. Para ello, ya tiene una pistola y se ha encargado de cuidar los detalles de su entierro. Tan solo le falta encontrar la bala que sentenciará su trayectoria en este mundo y cerrar aquellos cabos sueltos que todavía quedan abiertos en torno a su persona. Precisamente esto supondrá un serio problema en el plazo que ella misma se ha otorgado para quitarse la vida, ya que el sistema burocrático administrativo no ostenta precisamente el premio a la celeridad…

Con Requiem por la Sra. J, film serbio que dirige y escribe Bojan Vuletic, no llega a quedar claro si es preferible reír o conmoverse. Ciertos detalles de la película invitan a pensar que lo que el cineasta balcánico nos ofrece en esta obra no es sino una especie de sátira de la sociedad contemporánea, donde las relaciones familiares se han deteriorado con el paso de las generaciones. El apego que probablemente la protagonista tenía hacia su marido no tiene nada que ver con la relación que mantiene con su pareja de hijas. La mayor de ellas no deja de recriminarle cosas y la pequeña se pasa el día enganchada al móvil. Junto a esto, el director también plantea la cuestión de hasta qué punto nos domina el trabajo, suponiendo en último término que el fin de esa relación laboral añada otra razón para no vivir. Se trata de una situación extrema, pero que bien pudiera suceder en la vida real porque los principales ingredientes quedan claramente identificados en el film.

Este aroma a humor que desprende una película de trasfondo en apariencia serio como Requiem por la Sra. J resulta todo un acierto a la hora de hacer funcionar la obra. Vuletic no ve necesario repasar los antecedentes del marido de la señora J, ni tampoco aquellos que le llevan a tomar la decisión de suicidarse, básicamente por ser obvios. Bastan tres escenas en el inicio de la película para que el film logre enganchar: la soledad que refleja la protagonista sentada en una silla con su pistola, mientras ve pasar frente a ella a las personas con las que comparte cobijo; el enigma que surge con su compra en la tienda y lo que hace después con ella; y el tono cómico que denota la secuencia donde la señora J busca cerrar los detalles de su entierro. La mayor parte de los 93 minutos de película tienen un matiz similar al de esta última escena mencionada, pero Vuletic consigue que en ningún momento podamos obviar el drama que se esconde detrás del relato y plantea varios pasajes que logran que nos cuestionemos si finalmente la protagonista se quitará la vida o no.

Todo ello convierte a Requiem por la Sra. J en una obra muy peculiar, con un toque personal que la hace ser merecedora de figurar en rincones cinematográficos como este Atlántida Film Fest. Es bastante sencillo quedar atrapado por lo que Vuletic propone, sobre todo porque su combinación de registros no es nada gratuita y responde exactamente a lo que la película parecía proponer en sus primeros compases. Eso sí, el tibio desenlace se aparta de la línea general de Requiem por la Sra. J y provoca que los cimientos del conjunto fílmico se tambaleen, sin desmerecer lo exhibido con anterioridad pero dejando la sensación de que Vuletic podría haber aprovechado mejor su interesante trabajo.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para @CineMaldito

El director Bojan Vuletić nos presenta su segundo largometraje. Una película repleta de un humor negro continuo. La cinta estuvo presente en el Festival de Cine de Berlín en la Sección Panorama, en el Festival de cine de Sevilla en la Sección Nuevas olas y en el Festival internación de Sofía donde ganó el premio Fipresci. Ahora la podemos disfrutar en el Atlántida Film Festival dentro de la Sección Política y Controversia.

Nos cuenta la historia de Jejena, una señora madura que un buen día se levanta con una idea en la cabeza, para celebrar en primer aniversario de la muerte de su marido, decide que ha llegado la hora de juntarse con él.

Pero a medida que va pasando la película, nos vamos dando cuenta que no es tan fácil poder llevar a cabo su plan, el director nos va desgranando los sietes días previos a la fecha elegido para el supuesto suicidio. La señora tendrá que lidiar con una burocracia nefasta e incluso con su propia familia (tiene dos hijas que le dan bastantes problemas).

La cinta está repleta de situaciones disparatadas, como cuando va al marmolista para añadir su nombre y su imagen a la lápida de su marido, así como el viaje de ambos al cementerio. Y qué decir de las situaciones que tiene que vivir cuando va a solicitar un certificado que pruebe que ha trabajado 20 años.

Aparte del notable trabajo de la actriz principal, cabe destacar la actuación del grupo de actores secundarios que en ciertas escenas aparecen para completar la imagen de cómo la sociedad contemporánea serbia ha desamparado a esas generaciones de personas normales, decentes, respetuosas con la ley, de clase media.

La película es entretenida, con una buena estructura narrativa, una buena fotografía y sobre todo un guion equilibrado y bien desarrollado.

Lo mejor: Algunas situaciones disparatadas
Lo peor: La parte final

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net

Rezuma un humor depresivo del 15 y la perpetua tristeza de Mirjana Karanovic que borda su papel de fantasma ausente de la realidad, junto a la hija pequeña que no para de decir palabrotas y sacar fotos con el móvil, la abuela que solo sale de la habitación para mirar en la nevera y la hija mayor que trabaja y folla con su novio.
Vamos una familia que desborda buen rollo y alegría, una familia ideal.

La trapisonda burocrática que tiene que montarse para dejar todo en orden es el leiv motiv de la película y muestra una sociedad Serbia anestesiada, catatónica y ridícula.

Si quieres levantarte el ánimo no es recomendable, si en cambio pretendes potenciar tu abulia es un filme que hará las delicias de gente en ese estado o con ganas de potenciar el ánimo por los suelos.

La primera parte cuando filma con planos largos y en su mayoría panorámicas, tiene su punto visual rozando lo onírico y el esperpénto.