The Killing Joke: The Death and Resurrection Show

Mareante, vasto y machacón documental acerca del grupo Killing Joke con su líder Jaz como actor principal.
La estructura del trabajo es la ya clásica: sus comienzos con las consabidas fotos familiares, aparición de allegados incluida la mamá de Jaz con sus tres minutos de gloria aportando el peso de una brizna de hierba al reportaje, los titulares en la prensa especializada, apariciones en televisión y unas cuantas anécdotas algunas más jugosas que otras como la violenta reacción de Jaz a una mala crítica o el miedo de una joven periodista al acompañarles a cierto ritual, es lo poco destacable de este indigerible, de una tacada, documental.
Quizá haya que explorar otros caminos en lo referente a este tipo de trabajos sobre grupos musicales como los que propone el polaco Michal Marczak con Todas aquellas noches sin dormir (Ya reseñado en este mismo portal) y no quiero decir que el estilo clásico no tenga buenas referencias como las que se me vienen ahora mismo a la memoria sobre Big Star o The Jam about the young idea que se ajustan a esos cánones con corrección e interés para el público sin tener que ser un fan de ellos, eso sí tutelados por una buena dirección.
No es el caso del trabajo que reseñamos. A la cinta le hace falta una gran poda en la sala de montaje.
Una y otra vez Shaun Pettigrew vuelve a las mismas obsesiones de Jaz tantas veces repetidas que acaba aburriendo a creyentes y crédulos.
El uso de planos y enfoques con pretensiones acaban por anularse a sí mismos por su repetitivo uso, la cámara tiende a crear un ataque epiléptico en el paciente espectador.
La descordinación a la hora de manejar tanto material grabado sume en un caos el resultado conduciendo al espectador a perderse en su visionado y a echar vistazos al reloj que parece haberse detenido.
Después de obligarme a ver este interminable La broma asesina: muerte y resurrección busqué uno de aquellos primeros singles del grupo que compré de importación en el 80, cuando aquí os puedo asegurar eran unos absolutos desconocidos y su propuesta musical era innovadora, no lo encontré debe de andar en los cajones que guardo en algún escondido lugar del trastero que será donde irá a para este Killing Joke: muerte y resurrección.